La
bien pagada
(Artículo publicado el domingo, 21 de abril, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
En la semana de pasión católica nos
enteramos de lo peor que le puede pasar a un negocio, y es que la cosa empieza
a no pitar, a chirriar, y que la bolsa en vez de llenarse se va vaciando. Aquí
no se puede decir lo de las gallinas de José
Mota, eso de las que salen por las que entran. En la iglesia católica no
hay gallinas que entran. Casi todas se van saliendo. Hoy más del 27% de
españoles se reconoce ateo, agnóstico o no creyente. Un estudio de la fundación
Ferrer i Guardia, del que se hicieron eco la semana pasada todas las
televisiones por su interés informativo, y por su morbo, dice que las bodas
civiles en España alcanzan ya el 80% de las uniones. La bien pagada con el
dinero de todos, ateos, agnósticos, o no creyentes, sigue como si tal cosa,
dejando que gallitos con sus trajes de fantasía escupan aupados a sus púlpitos
sobre el pueblo y sigan cobrando con una mano e insultando con la otra a
quienes no comulgan con su moral. Y no me vengan con la letanía de que en estos
días las calles se llenan de nazarenos, monísimos, de postal, de penitentes
amantes del disfraz, de procesiones de vírgenes lacrimosas o hermosos cristos llagados, atravesados por
espadas como labios, no, ese cuento no cuela porque todo el mundo sabe que la
religión es una cosa y lo otro, otra. Ya sabemos que otra bien pagá, a la que
han pagado con oro sus carnes morenas que se rebozarán en las arenas blancas de
playa Cochinos o vaya usted a saber a qué otras cochinadas someterán a Isabel Pantoja en Telecinco, ha firmado
para concursar en Supervivientes. Me
mola. Los 80.000 euros que se embolsará la ex presidiaria por semana –la
tonadillera, mamá de Paquirrín y de
otra eminencia llamada Chabelita,
ganará a la semana tanto como el presidente del Gobierno al año-, los 80.000
euros, digo, saben a poco. Desde que supe que la Pantoja se iba a la isla me
imaginé a Paolo Vasile
descojonándose en su casa. Lo conseguí, habrá dicho el viejo zorro del pelo
blanco. A los pobres se les compra con lo más fácil, con pasta. La imagen de la
Pantoja medio en cueros, apartándose un poco de las cámaras, bajándose las
bragas para hacer sus cosillas detrás de las palmeras, no tiene precio. Y
Mediaset lo sabe. (26)
5.000
euros por mear
Igual que sabe eso sabe que la farfolla
que cría al amparo de la mamandurria Mujeres
y hombres y viceversa no va a ningún sitio. Se la llevó de Telecinco a
Cuatro, cambió a la señora del pene inalámbrico Emma García, que se espatarraba en la escalera del plató aferrada
al micrófono como un charlatán de tómbola a sus chochonas, por la amoldable Toñi Moreno, que le ha echado al
programa mucha sal y pimienta, mucha diversión, y le ha quitado el envaramiento
y la fatua intensidad que le imprimía la primera, total, que el programa sigue
siendo una caca, pero vista por menos gente. Por tan poca gente, y con la carne
de choni y de hormonado tan al arrastre que luego pasa lo que pasa. Pasa que un
lerdo, un picha brava, un calienta pantallas, un guaperas de diseño, un carita
de haba, un ex tronista, no me jodas con el nombrecito, un tal Iván Sánchez, un don nadie, creyéndose
que iba a partir en dos el mundo allá donde llevara el reclamo de su paquete
–no hay otro en esta tropa-, le reclamarían sacando los fajos de billetes a su
paso. Pero hete aquí que se postuló para ir a un pub de Zaragoza por el módico
precio de 600 euros para hacer “mi show”, es decir, sonreír para las fotos,
servir algunos chupitos detrás de la barra en modo cabaretera que admite
billetes en la raja de las tetas, e incluso el necio se ofrece a descender del
agujero negro de su fama y hablar con el público. Hilarante, ¿no? Lo bueno es
lo que le contesta el dueño del pub El zorro –local donde actúan desde hace 30
años grupos de rock, así que imagínense-. Ahí va la respuesta. “Soy el dueño
del local, y si me pagas 5.000 euros te dejo que entres a hacer pis, pero
rapidito. No molestes, tenemos dignidad, y los shows los hacen artistas,
músicos y gente así…” Esto sí que un cogotazo en el lomo, una respuesta para no
levantar cabeza. La idiocia labrada en las cochineras de Mediaset no parece,
como las barrabasadas del colector bucal de algunos políticos, tener límite. La
vida de los que aspiran a ser bien pagados por su cara bonita no siempre es
fácil. Ser ex tronista es muy duro. (51)
Caca
y coco
Y como de todo se puede sacar chicha David Broncano –presentador de La resistencia, en #0- la quiere sacar
de su desgracia como usuario de las bicis alquiladas en nuestras grandes
ciudades. Una foto suya, siendo multado por la policía de Madrid, se convirtió
en foco de bromas. En paralelo, en el Late
motiv de Andréu Buenafuente el
gran Raúl Pérez, brillante como una
estrella de luz viva, salió al plató en patinete imitando a la alcaldesa, la
abu Manuela Carmena –de verdad
descacharrante, idéntica, monumental-. Ante tan soberbia parodia la verdadera
alcaldesa, con humor, contestó en las redes sociales que sí, que vale, “pero yo
nunca voy en patinete por zona peatonal, que no quiero que me multen como a
David Broncano”. Y ahí empezó el lío. Broncano le ha contestado, “venga,
Manuela Carmena, en serio, ¿cuándo montamos el dúo cómico la Yaya y el Millennial?
Yo hago chistes y tú comentas la Constitucion. Nos forramos, Manuela, nos
forramos”. Estoy seguro de que sería así, pagados, bien pagados, y mucho pagados.
Pero menos que la mala leche de Mila
Jiménez, que le dice a Chelo García
Cortés –que va a Supervivientes-
que en la isla “la limpiarás las cacas a la Pantoja”. Qué buena es la Jiménez
siendo diabla. ¿Podemos meter aquí a Carlos
Sobera? Sí, no sólo podemos, debemos. Este señor no sólo cobra un pastizal
fomentado la ludopatía –vive, vive, vive, juega, juega, juega-sino que,
insaciable, ahora se enfrasca fomentando el entretenimiento cagón que le
faltaba a Cuatro colaborando en su desmantelamiento al presentar esa reunión de
patanes en bañador con orgullo de bien pagado. Así que me tiro al barro. A ver,
Isabel, guapa, si la otra te quita la mierda, yo, si me pagas bien, me voy a la
isla y te parto los cocos.
La guinda
Lo
de Risto
Al final se está asentando el programa
de Risto Mejide en Cuatro. Todo es
mentira ha ido perfilando sus contenidos, apostando por la política, sí,
buscando a veces el choque, el espectáculo y la bronca a lo Sálvame, es verdad, pero también que ha
cohesionado el formato, que el equipo funciona, y que Todo es mentira es, dentro de la cadena, de lo más digno que se
puede ver en ese canal cada vez más irrelevante.
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