lunes, 29 de julio de 2013

Maldeojos. El parto



El parto

      Creo que hacen tantos reportajes sobre una nimiedad como un parto, por muy real que sea, para reírse de ellos, para que veamos el gran ridículo del pueblo británico. Llevan toda la semana con la matraca de Kate Middleton y el pavipríncipe Guillermo. Menos mal que parió la burra, porque en España parecía que todos estábamos preñados. Niño, que ha sido niño, gritaron en las redes sociales, y las televisiones se pusieron tontitas y empezaron a hablar como se habla a los bebés, como majaras. Durante la semana, y en todas las pantallas, he visto de todo. Con el programa de Anne Igartiburu ganas tuve de pillar un avión tan veloz como la luz y sacarle en directo, a tarascadas, la gilipollez de golpe. Esta mujer se supera, y cuando uno creía haberla visto hecha una breva para hablar de la relación “en el periodo estival” –quién escribe estas majadas- entre el tragaldabas Borja Thyssen y su mamá la barones, va y pare Catalina

      Démoslo por válido, porque un bebé nos llena de ternura, y a algunas, en la tele, de ridículo. Pero qué pasa cuando un informativo se vuelve loco y hace las mismas cosas. Pues que te dan ganas de volver a coger el avión y destrozar la antena de la unidad móvil del corresponsal de TVE en Londres. Ver a Miguel Ángel Idígoras hablando de que el vestido azul de lunares que lucía Catalina a la puerta del hospital ya se ha agotado, que su diseñadora no puede atender tantas peticiones, y que lo mismo ocurrirá con la marca del cochecito que elijan los papás es decepcionante. Ni siquiera el dato de que las ganancias que generará el parto rondarán los 600 millones de euros enmascara unos reportajes tan banales.

Guillermo, el pavipríncipe, con Catalina y el nene. Y el traje de lunares, que según los gurús que analizan las cagaditas de estas familias privilegiadas que nadie eligió, es un guiño a Diana de Gales, que cuando parió a su principito llevaba un vestido parecido. Ohhhhh. Pues bien, en crónica en directo, el corresponsal de TVE en Londrés, Miguel Ángel Idígoras, dio cumplida cuenta de semejante soplapollez.


domingo, 28 de julio de 2013

Maldeojos. El momento



El momento

      Antes de 24 horas ya veíamos imágenes de la tragedia del tren que salió de Madrid pero jamás llegó a Santiago de Compostela. Primero las vi en las redes sociales, aunque a los pocos segundos el canal Youtube las retiró por indebidas, creo recordar que decía. Pero daba igual. Las imágenes daban saltos por todas partes como salta el aceite hirviendo cuando le echas agua. Cuando pasé de la pantalla del ordenador a la pantalla de la tele, ahí estaba el plano fijo de una vía en curva, plano que recogía al fondo, sobre un puente, el paso de los coches, y plano en el que al instante entra en campo un tren que parece ir a una velocidad excesiva. Justo en la curva, de un convoy sale un fogonazo, la máquina se vuelca, y avanza en primer plano, volcada, arrastrándose, hasta que desaparece del encuadre envuelta en un sofoco de humo y polvo. 

      Es el momento letal. Podría hablar de la cobertura –pésima en las horas posteriores a la tragedia en TVE, que hizo un ridículo espantoso, con una Marta Jaumandreu en La 1 y en el Canal 24 Horas catatónica, manteniendo una conversación telefónica cuando en otras cadenas ya veíamos imágenes del accidente, aceptable en 13TV con Antonio Jiménez- pero me detengo en ese instante de miedo y muerte, de confusión y locura. Es cuando uno prefiere no imaginar lo que pasaría dentro. A partir de ese instante empezó también el revuelo de vecinos ayudando con mantas, aguas, manotazos, la llegada de los bomberos, camilleros, enfermeros, funcionarios, donantes de sangre, y el país se ponía en vilo, sobrecogido y emocionado. En un segundo pasa todo. Aquí también. Eran las 20´41 del día 24 de julio de 2013. Instante donde empieza todo, donde acaba todo.


Marta Jaumandreu fue la cara sobre la que recayó el gran ridículo que hizo la televisión pública en las primeras horas del accidente, desbordada, sin imágenes, sin aportar noticias y datos de interés, haciendo de TVE una televisión con palos y cañas, una televisión catatónica en un momento en que el país tenía que informarse por otros medios.

viernes, 26 de julio de 2013

Maldeojos. El palco



El palco

      Aquí el único palco que se añora, desea, y cabría pelearse por él, el único palco en que piensa el gentío cuando le hablan de palco es el palco del fútbol. ¿Es que hay otros? A mucha gente le extrañará saber que sí, que hay otros palcos que no valen para ver fútbol sino para ver teatro, danza, ópera, un concierto, pero un concierto de Puccini, oh, gran putada, no es de David Bisbal, pobrecito. Ante panorama tan familiar, La 2, tan lírica y guerrera, se pone farruca y programa otros palcos, es más, programa El palco. Menos mal que lo hace con discreción, sin avasallar, dosificando su atrevimiento, para que no se vea como afrenta. El palco está dedicado a la ópera, a las grandes citas musicales, y lo presenta la soprano Ainhoa Arteta. El estreno del programa fue el domingo 21 de julio, y estuvo dedicado a otra voz memorable, la de Teresa Berganza

      Pero que nadie se ponga nervioso, la próxima entrega será dentro de un mes. Montse Abad, directora de Contenidos y Programación, decía de El palco que la idea es hacer accesible la cultura a todo el mundo. No está mal. La oferta está ahí. Pero veamos los resultados, es decir, miremos las audiencias. 124.000 personas, o sea, el 1´1% de la audiencia. A mí me parece bien. Son muchas más que las que pueden ver en un teatro ópera. Hace unos días se condolía el colega Antonio Sempere porque Página 2, también cultural, y también en La 2, apenas lo ve el 0´7% de la audiencia, y explicaba el dato hasta el dolor, dejando claro que eso significa que sólo siete de cada mil vieron en algún momento el programa. Concluía que ese desinterés por la cultura sólo nos lleva a un estado simiesco. Podríamos llamarlo de otra forma. Pero así está bien. 

Ainhoa Arteta en un momento de la presentación de la primera entrega de El palco, que emitirá La 2, los domingos, una vez al mes.




El primer programa estuvo dedicado a la soprano Teresa Berganza, cuya voz alcanza cotas de una belleza que debería de aliviar el dolor de este tiempo tan mezquino.


miércoles, 24 de julio de 2013

Maldeojos. Bragas fuera



Bragas fuera

      Hoy -ayer para el lector- iba a estrenar Telecinco la segunda temporada de Frágiles, serie aceptable que no hizo mucho tilín a la audiencia natural de la cadena, y con la que una audiencia que no ve sus mamarrachadas podría haberse encontrado a gusto. Es lo que tiene diseñar una programación tan especializada. En este caso, tratándose de Telecinco, en las diversas caras de la ponzoña. Frágiles es una serie que habla de sentimientos y relaciones, poco para explicarla. Digamos que en ella actúan Santi Millán –se me hace cuesta arriba, me lo trago con apuros-, Malena Alterio, y se incorpora Ginés García Millán –siempre es una garantía-. Hoy se hubiera estrenado si hoy Antena 3 hubiera seguido emitiendo el fiasco –en audiencia- Dallas, la remozada serie, con tramas y personajes nuevos, del clásico que estuvo en TVE hace 30 años. Pero la ha quitado. Por baja audiencia.

      En su lugar, Antena 3 emite esta noche la película Tres metros sobre el cielo, una cinta melosa interpretada por María Valverde y Mario Casas, bragas fuera. Antena 3 ya la emitió hace un año, y con éxito -cerca de cuatro millones de espectadores, muchos-. Es un valor seguro, aunque en este segundo pase pierda a chicos y chicas enamoradizos. Aún así, Telecinco sabe que Frágiles estaba en peligro y por eso la emitió anoche, que competía con la segunda temporada de Pulseras rojas en Antena 3, con Bella y Bestia en Cuatro, y con El mentalista en La Sexta, es decir, con competidores más pasables. ¿TVE? Ah, no, sin el águila de las plumas rojas, sin los aprendices de cocinero, y sin Cuéntame, apenas cuenta en estas batallas. ¿Y de qué va esta columna? Pues de eso, de las tácticas guerreras diarias que usan las cadenas para ir ganando plazas. 


Ruth Núñez en su personaje de Frágiles, uno de los nás intresantes. Ni la cadena tiene claro el empuje de la serie. A la menor embestida, retirada. Del martes, pasó al lunes para no competir con una película azucarada y tontita como...


... Tres metros sobre el suelo. Antena 3 volvió a acertar anoche reponiéndola. Hizo más de un 19% de cuota de pantalla, cerca de dos millones y medio de espectadores. Mario Casas es mucho Mario... Bragas fuera.



martes, 23 de julio de 2013

El origen del mundo (ilustrado). El agujero



El agujero

 Artista invitado Ernesto Herrero Rodilla

      Entré con urgencia a la primera puerta que estaba abierta, y bajándome el pantalón me senté para descargar el retortijón que anudaba mis tripas. El bombazo sonó con eco en aquel servicio público de olores nauseabundos y trasiego incesante de transeúntes anónimos. Más aliviado fui leyendo las frases escritas en la puerta con mensajes de chicos que dejaban sus teléfonos por si querías un servicio completo, de viejos sin dentadura que limitaban la edad del destinatario de su magisterio, de 18 a 30 años, abstenerse locas y viejas, que para eso estoy yo, de avisos para el rearme moral de los auténticos patriotas dispuestos a cargarse a tanto maricón suelto, mensajes a veces con la tinta diluida por chorretones de una pasta densa, amarillenta, que descendía en línea recta hasta formar una perla diminuta que testificaba el momento de placer estampado en la madera cochambrosa. Y entonces me di cuenta. En la pared de la derecha, a la altura de mis ojos, lo que en un principio me pareció una mancha negra, era en realidad un agujero hecho en el tabique contiguo, y una boca abierta con unos labios rojos, como un coño impúber, me invitaba a entrar. Y lo hice. Me levanté. Coloqué mi caciquil deseo en el agujero notando cómo aquella boca desconocida me sorbía tragándose el rabo una y otra vez, que si al principio estaba cohibido, nervioso ante una situación inesperada, revivió en dos chupadas maestras sacándome en unas cuantas mamadas hasta el último caldo de mis entrañas.

      -¿Quién eres?, pregunté en un susurro, pero nadie respondió al otro lado del insalubre tabique.

      Me vestí rápido, salí del váter y abrí la puerta contigua, pero sólo vi en el suelo un charquito blancuzco entre orina y restos de papel manchado.

El agujero, de Ernesto Herrero Rodilla







ERNESTO HERRERO RODILLA

         Nacido en Liria (Valencia) en 1957. Estudia Magisterio (1978) y Filosofía (1982) en la Universidad de Valencia, y Grabado (1991) en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Valencia. Inicia su trayectoria artística de forma autodidacta y realiza su primera exposición individual en 1989. En 1993 comienza los estudios de Bellas Artes en la Universidad Politécnica de Valencia, donde coincide con el pintor Rafael Cebrián, con el que, a raíz de los atentados del 11-S, forma el equipo Herrero&Cebrián y emprenden el proyecto, todavía vigente, que denominan “La Mirada Interpuesta” (www.herrerocebrian.com), una de cuyas obras recibe el Primer Premio de Pintura de Burriana (Castellón) en 2003.