miércoles, 29 de junio de 2016

Maldeojos. Ganadores, otra vez



Ganadores, otra vez
(Artículo publicado el martes, 28 de junio, en diarios de EPI PRESS)

      En España ha ganado las elecciones un partido que alza su poder sobre una base podrida de fango, un partido que según la justicia se financia de forma ilegal, un partido del que ya ni sorprenden sus fechorías, ha esquilmado el estado de bienestar, y ha hecho del engaño y el miedo su motor -¿sólo yo sentí vergüenza de un Rajoy catatónico, entre excitado y estupefacto, en el balcón del PP?-. En Reino Unido ha ganado la opción troglodita del nacionalismo ramplón y xenófobo de abandonar la Unión Europea como el cateto que mira de soslayo al forastero con una mezcla de temor y arrogancia, y el miedo a un terremoto político, que lleve a otros países de los llamados euroescépticos a referendos parecidos, recorre desde el viernes un club que ha despertado de su inopia.

     La Bolsas, acojonadas, parecían cabritas de monte en pánico, y el Ibex-35 alcanzaba la bonita cifra del 12’35% de pérdidas, una cosa jamás vista. En EEUU soltaba su rebuzno Donald Trump diciendo que la salida de Reino Unido de la UE era algo “grandioso para que los británicos recuperen su país”. El mismo viernes, cuando los votantes echaban a las urnas su decisión, se iba forjando otra tragedia en forma de pregunta angustiosa. ¿Podrá seguir participando Reino Unido en el festival de Eurovisión? Esta sí que no se la salta el galgo Trump ni el payaso Boris Johnson, ex alcalde de Londres y aspirante a primer ministro, unido al yanqui por sus ideas de hooligan y, sobre todo, por su irresistible cabello naranja. Bien, el mundo se hunde. Pero Sálvame de Luxe fue líder el viernes con la visita de Víctor Sándoval, y el fútbol fue líder el domingo. Lo entiendo todo. Todo encaja.  

martes, 28 de junio de 2016

Maldeojos. Guarrillas en verano



Guarrillas en verano
(Artículo publicado el domingo, 26 de junio, en diarios de EPI PRESS)

     Leí hace unos días, quizá unas semanas, que Ana Obregón volvía del olvido. Se cargó  nuestro descanso con su regreso. En carne mortal y en versión catódica. El jueves, si la fecha de tan memorable acontecimiento no ha variado, se puso al borde del mar para que las olas, deseosas, ansiosas, desmedidas, nerviosas, maleducadas por ver quién es la primera, pudieran lamer sus ubres como lo hacen desde que el mundo se volvió majara. Es el rito de su posado veraniego. Esta señora siempre me dio un poco de grima. Ahora me resulta inquietante. No sabe uno en qué parte de su ser hay más silicona, si en el cerebro, en las mejillas, o en las tetas. Total, que empieza el verano y ella, la bióloga, lo ha inaugurado para que este país tenga la creencia de que, salga lo que salga en las urnas –me temo lo peor- funciona, no se viene abajo. ¿Hay más? Hay más. Anuncia –hay que estar pendiente, que las trolas las carga el diablo- que empieza a grabar un programa como el de las hermanas Kardashians, vamos, otro puto Alaska y Mario. Ah, no, sonríe muy ofendida Ana la de los 7, no es como lo de las Kardashians porque “lo mío es más profundo, yo soy actriz y ellas no”. Acabáramos. Dice que hace el programa –en Dkiss, responsable de hitos como Mi secreto al desnudo, 90 días para casarte, o Enterrado en mi basura - para que la conozcamos mejor. Esta tía flipa. Y la cadena también. Creo que una de las promociones decía que emitía programas protagonizados por “gente real para mujeres sin prejuicios”. Alto ahí. Ana Obregón y gente real no casan. Aunque es verdad que no hay que tener ni un resto de prejuicio para tragarte lo que quiera que haga esta señora cada día. Lo mío es más profundo, yo soy actriz y ellas no. No me canso de repetirlo. Lo mío es más… en fin. Estas pájaras son la caraba.

Leti y la salchipapa
      El verano acaba de empezar y ya tenemos exceso de candidatos a panolis del mes. Los que fabrica la productora Lime Pictures como concursantes de Gordie Shore para la cadena británica MTV son espuma de choni, gemelos de nuestros compi yogui Mujeres y hombres y otros berzas. Serán “british”, pero son tan huecos como los que exhibieron su vulgaridad en nuestro Gandía Shore. Tanto, y tan mala imagen dan allende nuestras fronteras que en las Baleares, desde el Govern a los ayuntamientos, -Calvià, Magaluf-, o a los empresarios del ramo, han dicho no a la productora, negando permisos para grabar semejante bochorno de guarrillos en acción. No quieren dar la única imagen de que por sus costas y sus pueblos  corren el semen, el alcohol, y el desenfreno más gañán. Según Diario de Ibiza están grabando sin permiso en San Antoni. Digo guarrillas y enseguida sale en mi buscador la Leti. Tras el éxito sideral de “Mr. Polisman” y “Yo quiero fiesta” llega la “Salchipapa”, un eructo de cutres marranas que mueven sus lorzas en clubes para ganaderos y campesinos. Qué pena que la cincuentona, Leticia Sabater, no enseñe su himen zurcido mientras, con esos labios de comer muchas salchipapas, canta su último rebuzno. Tiki tiki, tiki taka, lo bailan en la playa, lo bailan en las discos, lo bailan en las fiestas, salchipapa, lo bailan en los bares, tiki tiki tiki, tika tika taka. Portentoso. Se me salían los ojos. ¿Esto va en serio?, me decía. Y me puse a reír, la madre que la parió. ¿Dignidad? Por favor, ¿es que la tiene alguien que se jala una salchicha bien gorda que chorrea lo que tiene que chorrear? Seguro que para Carles Simarro, concejal del PP y ex alcalde de Sóller, esa joyita de pueblo mallorquín, el vídeo sería apto para verse cuando España celebre “el día del machote” o, mejor, “el día de la señorita de toda la vida”, esa que se traga la salchipapa del machote sin rechistar, por decreto divino, joder, que una guarrilla es una guarrilla y un tío es un tío, no eso de LGTB ni cojones.

Juego de conejitos
     Cómo terminar la columna, hablando de cerdas, sin meter a Silvio Berlusconi, yonqui del bisturí, poseído por la atracción del implante. Salió de su última operación no para inyectarse silicona en las mejillas o en los labios, ni para ponerse más pelo en la tupida cabellera de Il Cavaliere, sino a corazón abierto, a vida o muerte, y lo hizo como un chaval de 15, comiéndose todo lo que hubiera delante. Y delante estaba Cristina, una enfermera española que atendió al capo en perpetuo estado de viagra. El articulado donjuán, pasando por encima de su empleado Paolo  Vasile, vaciló un poquito a la paisana ofreciéndole, si quería, un puesto en Telecinco. ¿De enfermera, para atender los vahídos vespertinos de la peña de Sálvame, de Mama Chicho, de barrendera del plató de Ana Rosa Quintana, esa dama acostumbrada a hollar la basura como si no fuera con ella? No queda claro. Berlusconi ha hecho un Maritere Campos. Es decir, confunde su vida privada con la pública, convirtiéndose en una titiritera 24 horas al día en nombre del espectáculo. La malagueña lo hizo de nuevo en la última edición de ¡Qué tiempo tan feliz! Convaleciente de una operación de vesícula, como su jefe Berlusconi para que le reemplacen la válvula aorta, celebró su 75 cumpleaños soplando velas en su casa, con parte del equipo, plantando un set en su comedor, al estilo Bertín –¿se ha puesto más fondón en Telecinco, se sube el pantalón al sobaco, ha dado rienda suelta, ahora sin el corsé de la tele pública, a su lado más pedestre, si cupiera la posibilidad?-, junto a su amor, Bigote Arrocet, esa dentadura, esa melena. Pero aquí hemos venido a hablar de guarrillas, hombre, se oye a Paco Umbral tronar desde su tumba. Un empresario de Nevada, EEUU, ha tenido una idea. Alrededor de El rancho del conejo, un burdel para los amantes de Juego de tronos, ha creado su particular “camino de la vergüenza”, y en vez de Cersei Lannister, la bella Lena Headey, pasean por la calle los clientes en bolas. Las chicas se forman viendo escenas de sexo de la serie para luego estar a la altura del cliente. Aquí hemos venido a hablar de guarrillas, gritan desde la isla, donde defecan detrás de los cocoteros, Steisy, Mila, y Yola. No sé si me explico. Fin de la cita.

La guinda
TVE, otra vez
Lo han vuelto a hacer. La dirección de Informativos, amparada por la de TVE, no se rinde. Fiel a su amo sigue hasta los límites de la indecencia periodística y las reglas del juego político protegiendo los asuntos del PP. La última, la charla entre el ministro Jorge Fernández y el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña tratando de buscar escándalos contra ERC y CDC. Pues bien, para el Telediario, la víctima es el ministro.

Maldeojos. Mariano, y Trancas y Barrancas



Mariano, y Trancas y Barracas
(Artículo publicado el domingo, 19 de junio, en diarios de EPI PRESS)

      Si no fue, malo. Y si va, también malo. Si manda a Soraya a que baile como una gogó un poco torpe, plomiza, graciosilla pero cortada, y hace la coreografía del pasito aquí y el pasito allí, si la vice se pone en plan colega que te cagas y termina besando la calva del calvo, mal, muy mal, porque el jefe la envió a ella con la misma indiferencia con la que la envió a la plaza del debate a cuatro del 20-D mientras él, repantigado en el mejor sofá de la Moncloa tal vez leyera el Marca o se fuera a la cama retirándose con desgana de la barba los restos de pan de la cena sin ver a su segunda, ni falta que le hizo. Y si es él el que acude al plató de El hormiguero, peor, mucho peor. Si Mariano Rajoy acude a la llamada de Trancas y Barrancas hay que echarse a temblar. Este país está peor de lo que nos dicen, y eso que Fátima Báñez predica la bajada del cielo de una época dorada como jamás hemos visto en esta España al borde del precipicio si, por un casual, el voto de la gente se va a donde no debe. La ministra salió de su cubil y se sentó una mañana en el plató de La 1 para desayunar con María Casado, donde soltó uno de sus mítines sin que pelo y cara de cemento se resquebrajaran. Pues no. España está mal, muy mal, si no a cuento de qué va a decir sí el señor de la Moncloa a Pablo Motos. Lo digo porque, si no recuerdo mal, y creo que no recuerdo mal, cuando en la pasada legislatura trató el equipo del programa de invitar al inquilino monclovita, una de las respuestas de peso para decir no fue la siguiente, “¿cómo va a hablar el presidente con dos hormigas?”. Es incontestable. Un presidente, ejerciente, en funciones, o que aspire a serlo, no puede acudir a un programa de entretenimiento donde la estrella, según la estrella Motos, son dos hormigas de peluche. Y si lo hace, este país se va al carajo.

Líder Profidén

      El presidente tiene que resultar cercano, tan familiar como la coleta del Coletas, tan de la casa como Albert Rivera, que aunque apagues la tele, coño, sigue ahí. Lo vimos el miércoles con Susana Griso, versión maletita rosa, en 2 días y 1 noche, y lo vimos con Ana Rosa, o sea, dispuesto a todo, es decir, que confirma mis temores, España se va al carajo. Cuando Jorge Moragas, jefe de campaña del PP, apareció ante los periodistas inflado, abotagado, brillante de sudor mantecoso, diciendo que les iba a presentar una “versión del himno del PP latina”, y que habían dudado entre reguetón y merengue, y que al final, los cerebritos, optaron por la versión merengue, me volvieron a temblar las piernas. Y la puso. Y sonó el himno del PP con ritmos latinos a lo merengue. La horda periodística, en planos demoledores, se quedó frita. Se miraba sin dar crédito. ¿Campaña inane que convierte la anécdota en categoría?, se preguntaba con inteligente ironía Javier Ruiz en Las mañanas de Cuatro, que veía cómo, mientras se habla de las hormigas, del merengue –música venezolana, válgame el cielo-, del color de los logotipos, o de payasadas muy bien orquestadas, no se habla de corrupción, de paro, de pobreza, de fraude fiscal, de evasión de capitales. Bingo. Por su parte, Pedro Sánchez, el Líder Profidén, no hace falta que vuelva al plató de Trancas y Barrancas ni juegue al baloncesto con Motos, aunque volvió el lunes. Este hombre vive en un permanente El club de la comedia, en su mundo, respondiendo a lo loco, contando cuentos de la señora que le cuenta en Ávila lo que le contó la misma en Córdoba, y lo que le contará Loli en Galapagar de Abajo. En el programa de Iñaki López, en su sección de las familias preguntando a los líderes, una chica de 23 años, Cristina Albadalejo, quiso saber por qué rechaza que le entreviste Ana Pastor en El objetivo de La Sexta. Sin cambiar el rictus, enseñando sus blanqueados piños, riendo como sonríe un lelo, respondió que tiene muchos compromisos, y  que no se preocupe porque será ella a quien le conceda “la primera entrevista como presidente”. Ah, no, eso sí que no, reaccionó rápido Iñaki, “esa promesa ya me la hizo a mí”. Bueno, se atragantó el Sonrisitas, lo que digo es que “ella será la primera vez que entreviste a un presidente de Gobierno”. ¿Cómorrrr? Supera eso, guionista de Trancas. Y siguió sonriendo y tal.

Como la BBC
      Es lo que le pasa a Santiago Segura, tenía que ser él, cuya presencia echa la persiana al fiasco de audiencia que ha resultado ser El hombre de tu vida, serie donde José Mota era un gigoló que trataba de conquistar a señoras con problemas sentimentales, que le proporcionaba  su cuñada, Malenia Alterio, para quedarse con su pasta. Segura, venga o no a cuento, sonríe como Pedro Sánchez, a piñón fijo, con la careta encasquetada, y no te crees a ninguno. TVE ha decidido quitarse la serie de en medio vomitando el jueves pasado los tres últimos capítulos. ¿Quién es el lumbreras en La 1 que decidió estrenar una serie cuya emisión se toparía con la Eurocopa y con del verano, que trastoca el consumo televisivo? Podría ser Trancas o Barrancas, y daría el mismo resultado. Es lo que le pasó a Rajoy en su visita el miércoles a El hormiguero. Tiene que superarse a sí mismo. Sin necesidad de ir a divertirse al hormiguero catódico el autor de “un vaso es un vaso y un plato es un plato” nos acaba de regalar una de las reflexiones más emotivas que hemos oído en la campaña, que ve una alcachofa, dice, y zas, no falla, se emociona, sniff, pásame un clínex, joder. Pero cuando más gracia me ha hecho, hasta revolcarme por los suelos, es cuando el autor de haber eliminado la elección de la dirección de RTVE por consenso político, tal como funcionó en la etapa de Zapatero, la mejor, la más premiada, la más independiente, el responsable del descrédito actual, con el Consejo de Informativos en pie de denuncia por manipulación, va y pide una tele y radio públicas “independiente, como la BBC”. Me mata. Este menda es un genio. Su jeta y cinismo son proverbiales. Para divertirnos no tiene ni que pasar por El hormiguero.



lunes, 27 de junio de 2016

Maldeojos. Las víctimas



Las víctimas
(Artículo publicado el sábado, 25 de junio, en diarios de EPI PRESS)

     La Ley del Menor tiene unas líneas rojas, y cuando ha dicho no es que el programa las ha traspasado, y al traspasarlas, por mucho “ánimo social y de ayuda que haya” –lo de las comillas es mío por ver si se entiende la ironía-, y hay un huevo, como lo hay en el negocio de la tele, la Fiscalía del Menor –de Madrid, Cádiz y Segovia- ha dicho no, no se puede emitir Proyecto Bulling. Mediaset, abanderada del rigor, de los informativos que son ejemplo de credibilidad, con programas de calidad contrastada, preparó la cosa para Cuatro –Supernanny, Hermano mayor, ejemplos de lo que la cadena entiende por ayuda a niños y jóvenes, o Granjero busca esposa, pensando ya en carlancones-. El jueves escribía una columna sin haber visto el programa, aunque me temía lo peor, y dejé escrito que si cambiaba de opinión al verlo el miércoles, escribiría el desagravio.

     No va a ser necesario. Me reafirmo. Proyecto Bulling es una buena ideaque intenta ayudar a escolares, niños o adolescentes a superar el insoportable acoso escolar que viven en sus aulas, algo que nuestra sociedad, desde padres, colegios, o fiscalías del menor han de erradicar educando desde la base, tomándose en serio las denuncias al menor atisbo. Desde la base, digo. Educando. Proyecto Bulling es una buena idea pero hay un pero. Es un programa de televisión. Ni siquiera se justifica el uso de niños, y digo uso en todo su significado, aunque lo presente Jesús Vázquez –acosado cuando crío por ser gordo, con gafas, y con pluma, un tipo sensato y razonable, coño, parezco Rajoy- . Claro que hay que abrir un debate sobre el acoso escolar. Pero que Cuatro no se convierta en víctima. Las víctimas, en manos de una cadena, vuelven a ser los niños.