lunes, 30 de junio de 2014

Maldeojos. Todo va regular



Todo va regular
 (Artículo publicado el jueves, 26 de junio, en diarios de EPI PRESS)

       Otro para reírnos. Sin parar. En el plató hay ciento y la madre, dicho con toda la intención ya que lo de ciento y la madre recuerda al programa fallido, también en Cuatro, de Patricia Conde, que llegó y se fue sin hacer ruido, aunque seguro que alguien creyó que Ciento y la madre sería el no va más del entretenimiento. Con Todo va bien, igual. Seguro que alguien ha pensado que hacer un programa de humor a la misma hora que El hormiguero y que El intermedio es una idea acertada porque donde caben dos, de humor, caben tres. El humor de Todo va bien es un humor que parte de la nada y te conduce a la nada. El intermedio apuesta por el humor social y político. El hormiguero por el humor infantil con ambiciones.

        En Todo va bien, Xavi Rodríguez y Edurne apuestan por el guirigay donde un puñado de colegas ríe y apostilla gracias, como la cuadrilla del torero, al quite del maestro. Van de gamberros y locos, pero ni lo uno ni lo otro, salvo que el gamberro haya cambiado tanto que uno ya ni lo reconoce. Su presentador ha dicho que abren una ventana para echar unas risas sin complejos. Eso y nada es lo mismo. Es lo que pretende Mariló Montero, echar unas risas sin complejos aunque nos saque los colores a los demás. Y ella lo consigue. Todo va bien no es la vida alegre, es la vida gilipollas. Y en ese punto es cuando me pregunto qué pasa cuando todos ríen dentro de la pantalla pero tú tienes cara de palo. Pues eso, que cada uno está en su sitio y entonces sí que todo va bien. 

Los presentadores de Todo va bien, Xavi Hernández y Edurne. En el plató se ríe mucha gente, pero servidor en casa no. ¿Están equivocados? No tienen que estarlo. ¿Estoy yo? Tampoco. El humor que hacen, al parecer el mismo que el tal Xavi hace en un programa de radio, no lo pillo, es decir, no me concierne. Así que perfecto, todo va bien. Quizá algún día...



sábado, 28 de junio de 2014

Maldeojos. Lupus



Lupus
(Artículo publicado el martes, 24 de junio, en diarios de EPI PRESS)


     Este fin de semana he pasado unas horas en Almàssera, Valencia, con Martín Angulo, el tremendo fiscal de Amar es para siempre, que emite Antena 3 por la tarde. En realidad fue con Jaime Pujol, el actor que da vida a ese bicho de la ficción. La noche y el día, en las antípodas de su oscuro personaje. La asociación artístico cultural Peloki me invitó a presentar Se vende varita mágica, dirigida por Koke Jiménez y Josevi García Herrero, auténtico motor de esta peliculita que trata la enfermedad del lupus que padece una mamá, la actriz Cristina Perales, contada desde el punto de vista de una niña, a la que da vida María de Paco, un prodigio en la pantalla. La madre real de María, Ana Flores, como la de la historia, también padece esta enfermedad inmunológica, mujer arrolladora que desde Peloki dio con la vía para que el lupus no sea el centro de su vida.

       Jaime Pujol, el papá de este cuento adaptado, es un tipo divertido, amigable, de trato fácil. Le pregunté por Martín Angulo, su personaje en la serie de Antena 3, y sin darle importancia estuvo a punto de contarme algo fundamental que se verá en los siguientes capítulos. Ni se te ocurra, Jaime, ¿o es que te ha salido la mala leche de tu fiscal? Ay, qué torpe, perdona, olvídate, no digo nada, corrigió enseguida. Aún así, me dejó con la mosca revoloteando. ¿Qué pasará, qué le pasará a Martín Angulo, o será a otro? Ahora, ya en mi casa, tengo la sensación de haber alimentado mis dos caras, la frívola, como espectador de seriales, y la más sensata como ciudadano informado que apenas sabía qué es el lupus, y ahora, con algo más de información, pide lo que piden sus enfermos, que se combata desde la investigación. Colaborar ha sido un honor. 



Parte del equipo artístico y organizadores de la presentación del cortometraje Se vende varita mágica, un cuento de Isabel de Ron llevado al cine por Koke Jiménez y Josevi García Herrero donde se habla del lupus, una enfermedad que ataca al sistema inmune. La presentación se hizo en el Centro Cultural de Almâssera, Valencia, y a ella asistieron, entre otros, Jaime Pujol y Cristina Perales, protagonista junto a la niña María de Paco, un auténtico descubrimiento. Que sí, que también estoy en la foto. 

viernes, 27 de junio de 2014

Maldeojos. Días de fútbol



Días de fútbol
(Artículo publicado el domingo, 22 de junio, en diarios de EPI PRESS)


      Creo que llevamos en estado de fútbol unos diez días. El espectáculo comenzó cuando a las ocho de la tarde del día 12 Cuatro transmitió la inauguración del Mundial de Fútbol, y qué quieren que les diga, vi a cachos el evento no porque me interese lo más mínimo ese negocio sino porque me barruntaba lo peor, me barruntaba que la techumbre, quizá las gradas, tal vez el mismo campo, el césped con sus muñequitos dentro se vinieran abajo por más que el día antes Dilma Rousseff dijera, con un aplomo digno de Carlos Floriano, que todo estaba preparado, cuando no, no estaba, que vi alguna crónica en la que los obreros trasegaban con hormigón, hierros, mobiliario y un sin dios que no era el de final de obras sino el de a ver quién cojones nos mandó meternos en esta. De hecho, parte del país se vino arriba y salió a la calle cuando el humillo mareante del triunfo por ser Brasil el elegido para tamaña cosa se diluyó, y los brasileños cayeron en la cuenta de que ese gasto faraónico podía llover para apagar las llamas vivas de tanta favela y niños malnutridos. Como en España, dirá cualquier brasileño con orgullo patrio. Pues sí, como aquí, donde se trata de enterrar la llamada de algunos directores de colegio que avisan de que cerrar los comedores escolares en verano supone un alto riesgo de que muchos críos no tengan, al menos, una comida decente al día. Que sí, que por más vueltas que se le dé, hay familias que pasan más necesidades que las ratas. Para TVE nada de esto es real, es decir, no existe, es decir, apenas es propio del sumario. Aunque cualquier detallito que le ocurra a los muñecos que corren de aquí para allá por el césped ha de ser tratado como merece, en titulares, sin tacañerías. ¿Ha dicho TVE que el diputado del PP gallego Román Rodríguez considera que no es bueno que los comedores escolares abran en verano para no fomentar la visibilidad de la pobreza? Por favor, qué cosas dice usted. Eso es gana de liar, de mezclar, de hacer mal uso de un medio de comunicación, eso es una bravuconada demagógica, boludo.

Esta era la imagen del nuevo templo a escasos días, u horas, de la inauguración del festival. Dilma Rousseff, la presidenta del país, decía que todo estaba listo, y es posible, pero en la calle lo que estaba listo, y ahí sigue, es el dolor, el descontento, la tensión de un Brasil con tasas de pobreza inadmisibles, vamos, como en España...


El pollito asustado

      Ha sido decir boludo y me viene a la cabeza el pibe Leo Messi, un soseras con morrito de pollo asustado al que medio mundo idolatra mientras la UCO, esa Unidad Central Operativa de la Guardia Civil que husmea y persigue la alta delincuencia, investiga al héroe casi dios por si su desinteresado amor a las causas de la infancia dolorida en forma de partidos benéficos esconde, oh mortal, un desmedido amor por los dineros que no tienen estampada la carita de niños famélicos o enfermos sino la de monarcas de relumbre, mucho más cuando esas espuertas de dinero de aquí y de allí se vuelcan a sacas sin corazón en paraísos fiscales, che. A mí me gustaría que en los programas del corazón y crónica rosa futbolera, de gritos y machos entregados a los únicos varones por los que se permiten unas lagrimillas sin mariconadas, empezaran a tirar del pantalón, a desabrochar zapatillas, a rasgar calcetines, a ver lo que esconde la taleguilla de Ronaldo o la camiseta de Sergio Ramos, pero sobre todo que metan la nariz en los despachos de los directivos de los grandes y medianos equipos, que no se anden con pamemas, que no miren para otro lado, que no llamen a los presidentes de los clubes para echar unas risas sino para ver si se les está haciendo la piruleta a los ciudadanos, macanudos. Ya sé que hablar de esto estos días, cuando La Roja ha bajado a los infiernos, es como hablarle a los obreros de Sálvame, de Jorgeja abajo, de recortes, porque si en este país alguien sabe de eso, es Kiko Hernández, la pobre María Patiño, el insondable talento de Raquel Bollo, a los que, así, de golpe, les quitan un 10% de su salario. Cómo vivir si a los 1.000 euros al día que ganan estos gañanes del espectáculo les quitan un 10%. Es un sacrificio poco justificado cuando esta banda lo da todo para que el pueblo se divierta, como los futbolistas, así que no me venga con pataletas de que hay que tirar de la manta. La manta está tirada. Y quemada.


Este zinguango está aquí no por él sino por lo que representa. Parece que lo que hagan, digan, callen, o miren es la mar de interesante. Pero lo que a mí me gustaría de verdad es que los periodistas que jalean y elevan a categoría de noticia cualquier gilipollez de esta banda de héores metan la nariz en los despachos de los directivos de los grandes y medianos equipos, que no se anden con pamemas, que no miren para otro lado, y que no llamen a los presidentes de los clubes para echar unas risas sino para ver si se les está haciendo la piruleta a los ciudadanos.

Los íntegros independientes

      Las cifras de audiencia que está haciendo Cuatro y Telecinco con el fútbol no sólo lo justifican todo sino que lo cubren todo con un manto de complicidad y cinismo tan vil, que hablar de otra cosa que no sea lo que toca es tan irrelevante como que el papa, y eso que es Francisco el de Roma, le diga en la tele a Henrique Cymerman en su entrevista exclusiva, que su iglesia, de tener, tiene vocación de pobre. ¿Vocación de pobre? Pobre. Pues yo tengo vocación de alegrarle el PIB a Cristóbal Ricardo Montoro y a Luis de Guindos, o a Mariano Rajoy, que los resume a todos. Así que no sé si hacerme puta o cocainómano. ¿Qué tal las dos cosas? Este sector empresarial, putas y cocainómanos, va a levantar el PIB como un sexo adolescente, y en ello estoy, o me meto a puta o me meto una raya, por mí que no quede. Lo dicen los lumbreras europeos, que en vez de poner los cojones encima de la mesa y acabar de una vez por todas con el desastre que han organizado, tratan de tapar el hedor con trucos para que los hombres en la sombra sigan a lo suyo, forrándose mientras el resto apenas boquea, la madre que los parió. ¿Se han enterado de que 40 periodistas, de los grandes, de los de renombre, de los que de verdad crean estado de opinión, esos que dirigen periódicos gordos, radios, o hablan y no paran como habituales del mundo tertulia se han ido a Brasil, gratis total, a pasar unos días para ver a La Roja, y a descansar y comer en hoteles de lujo pagado todo por Iberdrola? Hemos visto en foto a José Oneto, a Olga Viza, a Luis del Olmo, a Carlos Herrera el independiente, a Melchor Miralles el insobornable, a Edurne Uriarte la íntegra, y a Ángels Barceló la intratable ¿Ustedes creen que si alguien te hace un regalo de esta envergadura está en condiciones de defender al ciudadano ante los, tal vez, atropellos de ese emporio eléctrico? Todo sea por el fútbol. Un sacrificio lo hace cualquiera.

 
Se llaman José Oneto, Melchor Miralles, Olga Viza, Luis del Olmo, Edurne Uriarte, Carlos Herrera, vamos, la cremita del chiringuito. ¿Y qué pasa cuando a la élite se le paga un fiestón en Brasil, gratis total, y quien paga es una empresa como Iberdrola, que asalta al ciudadano con sus facturas y sus tejemanejes? Pues nada. Que los santones del periodismo, de golpe, se vuelven mudos, ciegos, y miran para otro lado. Un sacrificio lo hace cualquiera.


La guinda
Esas niñas
Discursos, fajines, solemnidad, emoción, banderitas, paradas militares, música, política, alfombras rojas, Rolls Royce, caballería, entorchados, coche cubierto y descubierto, saludos, flores, Madrid, Congreso, palacio real, intercambio de cromos, la apostura de Felipe VI, la reina Letizia, y las niñas, esas niñas, una princesa ya, Leonor, y la otra infanta, Sofía. ¿Entenderían de verdad lo que vivieron el 19 de junio de 2014?

miércoles, 25 de junio de 2014

Maldeojos. No con mi X



No con mi X
(Artículo publicado el sábado,  21 de junio, en diarios de EPI PRESS)

Advertencia. Prometo desde lo más profundo de mis convicciones que cuando aquí se habla de católicos en ningún momento se habla de la gente de fe, del creyente raso, de los hombres y mujeres que comulgan con el ideario de esa iglesia. Dicho queda. Cuando aquí se habla de católicos siempre, siempre, me refiero a la organización, al emporio, a la jefatura de esa empresa que para mí es sólo de ambición y poder, y bajando a los detalles, bajo a la sucursal española, a la Conferencia Episcopal patria, al núcleo duro del que emanan las estrategias, como si la nueva de Cristo tuviera que ver con la factoría que hoy conocemos. ¿Es otro arrebato de este columnista contra la institución? Lo es. Y lo es porque estamos en tiempo de recaudación fiscal. ¿Lo habían olvidado?

       La iglesia católica no. Y como cada año, vuelve a la carga con su Por tantos, es decir, por tantos motivos que, según ella, tiene la gente para apoquinar, más, a sus arcas. ¿De verdad a la cabeza visible de este organismo no se le cae de vergüenza esa cabeza por pedir dinero? ¿Cuántas veces hemos escuchado a sus dirigentes, más allá de cuatro y hueras palabras, hablar de desahucios, de bancos avaros y pecadores, de familias que no tienen para comer, del desmantelamiento de la sanidad y educación públicas, de la planificada senda hacia algo parecido a la esclavitud laboral ejecutada por un Gobierno bribón al servicio de un poder al que también aspira, y sirve, la propia iglesia? ¿Sigo? Así es que cuando escucho el dichoso anuncio pidiendo la equis para esa jauría de lobos sin alma me enciendo. Ahora piden ayuda al pueblo, pero al pueblo, que le den.     

Es la cara amable, la que usan como reclamo para llenar la bolsa. Desde que se iniciaron estas campañas jamás se ha visto en la tele a energúmenos como Rouco Varela el inquisidor pidiendo dinero, que para eso está la monjita buena, la que cuida de enfermos, o el seglar que ayuda a las personas mayores. Es decir, la cara vendible del negocio. Pero yo no participo en esa farsa. No con mi X.