miércoles, 26 de septiembre de 2018

Maldeojos. Domingo, 23 de setiembre de 2018


El entretenimiento vacío
(Artículo publicado el domingo, 23 de setiembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Claro que hay entretenimiento vacío y entretenimiento lleno, para entendernos. Claro que hay una estrategia que fluye sin apenas cabeza visible a la que señalar pero que nace, crece y se desarrolla como esos bichos que lo hacen así, porque sí, y se apoderan de lo que les rodea porque su biología les marca, les guía, y les condiciona. Seguro que ya habrá alguien pensando que hablar del poder, hablar del sistema, suena a cosa añeja, superada, caduca, a términos que ya no sólo no se usan sino que no se deberían de usar porque son antiguallas terminológicas que apenas tienen encaje en un mundo tan, tan globalizado. Perdonen que me tape la boca para no esturrear la risa, el llanto, la rabia, la decepción, y la certeza de que sí, de que no hay cabeza individual a la que señalar, pero el sistema, el poder, los grupos de presión, los estrategas planetarios existen como existe el oxígeno que respiramos y no vemos. Y los tontos útiles que trabajan para el sistema. El peligroso, ordinario, fatuo, fanfarrón, cretino y maleducado Donald Trump trabaja para esa rueda de negociantes, sean banqueros, petroleras, empresas de armamento, u opacos chiringuitos farmacéuticos. De tan obvio, el ejemplo es grotesco. Este payaso tiene el poder más gordo que su sexo, que es tipo cabeza de hongo según la actriz porno Stormy Daniels, que se recrea en el pingajo del estúpido presidente diciendo que tiene la polla como un personaje de Mario Kart, el vídeojuego de carreras de coches. Un asco, vamos. La historia está en todos los diarios, radios, y televisiones, por encima de las sistemáticas masacres que Arabia Saudí ejerce contra la población de Yemen. La polla de Trump ocupa más titulares que los cadáveres amontonados en Al Hudeida, Yemen, incluso abre informativos. La corrupción sistemática de este canalla, su grosera chulería, la zafiedad de su mandato lleva a la política a un nivel de degradación sólo comparable con algunos programas que podrían ser intercambiables, mero entretenimiento, despiste social diseñado al milímetro.

La laca de Aznar
     La tele forma parte de ese sistema, de esa rueda que perpetúa, esparce valores, vende modelos de conducta, y hasta se permite posturas que parecen ir contra el sistema, como enfrentado a él. Pero forma parte de él. La tele crea a sus Marhuenda e Inda, la política a sus Trump o Aznar, que alimentan e incendian informativos, magacines y tertulias. Las tertulias políticas son peleas de gallos sin reflexión que no conducen a nada, mero espectáculo de buenos y malos, según el lado que elija el espectador, una eterna función de moros y cristianos que no hace daño a nadie aunque esté diseñada para que saltes de tu asiento según hablen “los tuyos o los otros”. Las comisiones de investigación en eso que llaman, de manera ridícula y pomposa, la sagrada sede soberana del pueblo, en el Congreso, sirven para diatribas de vaqueros, escupitajos de chulitos, de adolescentes que se la miden a ojos vista para demostrar que la suya es la más grande. Qué tristeza el paso de José María Aznar por la comisión que investiga la financiación ilegal del PP, qué desprecio al ciudadano la de este mentiroso compulsivo que negó como Judas la guerra de Irak, la caja B del PP, y conocer a Francisco Correa, el testigo de la boda de la princesa Ana Aznar Botella. Junto a Rufián y Pablo Iglesias formó el trío la, la, la de las Azores catódicas, disputas tabernarias que sólo sirven para nutrir los vídeos manipulados de El intermedio donde Wyoming analiza en profundidad el inane rifirrafe llevándolo al único terreno posible, el de averiguar, sin necesidad de máster alguno, el tipo de laca del ex presidente, capaz de aguantar cuatro largas horas sin que se le moviera un pelo de su arquitectónica melena, a la que Pablo Casado el pequeñín tanto adora.

Aramís, la VIP
     Y de golpe, en columna tan sesuda, mera farfolla con aspiraciones de alta reflexión, llegamos al meollo, a la cosa, al coño pelado de Aramís Fuster, manda ovarios, la única VIP de verdad en el aquelarre por excelencia del entretenimiento vacío que representa Gran Hermano. Los cimientos sociales se han venido abajo, o han subido a la estratosfera del disparate, la hilaridad, la coña y la tristeza o la diversión más putera con la llamada de Isabel Pantoja a Sálvame para hablar de su niña encerrada, es decir, controlada en esa jaula de celebridades desconocidas y absurdas. Que la Pantoja llame a Sálvame después de más de dos mil programas y más de nueve mil horas de televisión basura en directo es un hito, y la cadena lo sigue celebrando con el derroche que merece el negocio y la audiencia. Hasta la presentadora, Carlota Corredera, como una virgen traspuesta de Murillo, fingió al día siguiente la emoción retardada por “este regalo en mi vida profesional”. Las malas lenguas dicen que la llamada debería haberse hecho estando Jorge Javier Vázquez para asistir a la pelea de las dos grandes divas –tipo Aznar y Rufián-, de la gran pelea de gatas, pero no, el premio se lo llevó, “para hacer historia”, Carlota. Me meo entera. Pues claro que estamos idiotizados. Pues claro que entre usted y yo permitimos que nos estafen, que nos tomen el pelo, políticos que hacen política basura como los mentados y allegados, y claro que usted –yo ahí no me meto, de verdad- permite que la necia Isa Pantoja gane a la semana lo que tal vez usted no gana en un año, o una don nadie como la malagueña Makoke se embolse cada siete días cerca de 30.000 euros, repito, 30.000 euros, y cuyo doctorado, máster y tesis es ser, o haber sido, o tal vez volver a ser esposa del sabio Kiko Matamoros, otro eminente experto en espectáculos fatuos, fuegos de artificio insustanciales, anodinos como la caterva de cantantes de aluvión olvidables que se preparan para la fama en Operación Triunfo, fama de consumo fácil, de consumo clínex que La 1 alimenta con la jovialidad de un Roberto Leal entregado a la causa. Que no pare la fiesta. El vacío exige mucho.

La guinda
Amar
Otra nueva temporada de Amar es para siempre, que comenzó el otro día en Antena 3 con incorporaciones de nuevos personajes como los de María Castro –también en las cocinas de MasterChef- y de Fernando Andina.  En esta sétima temporada los vecinos de la plaza de los Frutos van a ver cómo se levanta un hotel de lujo que no gustará a todos. La arquitectura de Amar se mantiene en su equipo de guionistas. Larga vida.

Maldeojos. A ras de Francis


A ras de Francis
(Artículo publicado el sábado, 22 de setiembre de 2018, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Es un programa donde se encuentra como pájaro en el aire. Literal. Hablo de Francis Lorenzo. Hablo de La 2. Hablo de España a ras de cielo. Si lo ves, sabes que es un programa de La 2. Por su tono, por su tema, por su aire, esa mezcla de información, cultura, y cuidada presentación visual que da un resultado de disfrute que hace que te reconcilies con la pantalla. España a ras de cielo –nombre bien elegido, con ironía, jugando con el más conocido a ras de suelo- va de eso, de hacer un recorrido por nuestro país teniendo el foco puesto en destinos de todo tipo pero con un nexo común, verlos a vista de pájaro. El formato le viene como un guante a medida a Francis Lorenzo y a su natural sentido de la empatía, tan alejado del envaramiento y de la cercanía que uno detecta en quien la finge. Él es así. Lo mismo habla con el jardinero del jardín colgante más alto de Europa  que con una nadadora de élite.

     En la entrega que vi el jueves –ignoro si es repetición u original porque con La 2 en estos asuntos nunca se sabe- subió a una de las moles de cemento y cristal de la zona norte de Madrid para compartir con la audiencia unas vistas de infarto, visitó un faro y habló con el farero, y subió a Sierra Nevada para pasar unas horas con atletas que se preparan en las instalaciones del CAR, un Centro de Alto Rendimiento donde ese día entrenaba la nadadora olímpica Mireia Belmonte. España a ras de cielo se bebe sin apenas darte cuenta subiendo, como subió el jueves, a los techos de España. Destaco además la banda sonora, que podría ser cursilona e industrial, pero no, no lo es. Tiene gracia, energía, y muy bien elegida. Si lo ven, déjense llevar a ras de Francis.



sábado, 22 de septiembre de 2018

Maldeojos. El otro máster


El otro máster
(Artículo publicado el jueves, 20 de setiembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Hablar de máster hoy en España es nombrar la bicha. Pablo Casado lo sabe bien, y los juzgados también. El gran petimetre Albert Rivera, pijo de forma y fondo, quita y pone máster, tesis, doctorados, aprobados, suspensos, deseos, y sueños varios, incluso los húmedos, en su currículo, según convenga. Y los cocineritos de Masterchef celebrity van y se desmayan en La 1. Qué espectáculo, qué vergüenza, decía después del trance una derrengada, obnubilada, noqueada, desasistida, desnortada y humeante pija de libro Carmen Lomana, señora que no, no debería de estar en el concurso de la pública. ¿Qué hace Carmen Lomana, quién es Carmen Lomana, por qué Carmen Lomana? No felices con eso, no lo suficiente, este MasterChef de las celebridades está dando tanto juego frente a las vitrocerámicas como fuera de ellas.

     ¿Vieron llorar o lo que quiera que haga ese tipo, Mario Vaquerizo? Dicen que se le vino el control abajo y se aflojó recordando a David Delfín. Qué espectáculo, qué gran vergüenza. ¿Y eso? Un señor como él no debería dar otra imagen que no fuera la del tonto del pueblo con pluma desmadrada, con rabos negros en los ojos más antiguos que los de Cleopatra, no debería salirse de las payasadas de vieja loca ignorante porque él sabe las reglas del espectáculo. Claro que pensándolo bien, lagrimear un poco y hacer pucheritos de folclórica trasnochada también tiene su aquél en la pantalla. Que no, en serio, que por una vez, visto lo visto, he visto a un Mario hablar de verdad, sin la careta del personaje. Allí se emocionó hasta la presentadora, hasta la chispeante María Castro.  ¿Hablamos de recetas y cocina? Bueno, de eso, ya si eso, hablamos otro día.


Maldeojos. Presunto culpable


Presunto culpable
(Artículo publicado el martes, 18 de setiembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Cada vez que veo y escucho una entrevista que realiza Ana Pastor a quien sea me da la sensación de que la periodista trata al entrevistado como culpable de algo, de lo que sea. Y eso está bien, me gusta, así tiene que ser si cambiamos lo de culpable por necesidad de que cuente, nos cuenta a los espectadores, lo que esa persona no quiere contar, no quiere desvelar, no quiere que se hable de eso. Ocurre también que los resabiados de la política se saben los trucos, y aunque quien entrevista pregunte por la luna, el invitado responde con el sol. Le pasó al señorito Albert Rivera, el que ve chanchullo en las tesis ajenas pero no dice este baile en mi currículo es mío aunque hoy sea doctor, mañana deje de serlo, hoy tengo un máster y mañana haya desaparecido. Hay quien va al plató buscando el titular barato, pero sin responder a lo que se les pregunta, como Rivera, que acusó a la periodista de TV3 de manipulación, pero no respondía a lo preguntado.

      Cada vez que veo y escucho una entrevista de Ana Pastor me da la sensación de que la periodista trata al entrevistado como culpable de algo. Pero hija, ya te lo dijo con mucha calma hace tiempo Manuela Carmena, “tus preguntas no sirven de nada si no dejas responder”. Tuve la sensación de que eso mismo le pasó a Pedro Sánchez el domingo en su paso por El objetivo, aunque le dio tiempo a dejar claro que en el rollo inventado por el populista y vacuo Rivera en torno a su tesis no hay chicha que cortar. Otro que sí sale a la pista como sospechoso es Miguel Ángel Muñoz, que esta noche estrena serie en Antena 3 como Presunto culpable, que es la historia en torno al crimen de su novia. Los guionistas seguro que le darán tiempo para ver si es o no culpable.  

Maldeojos. La Sexta, a pajera abierta


La Sexta, a pajera abierta
(Artículo publicado el domingo, 16 de setiembre de 2018)

     A rulo, sin descanso, sin cesar, un todo continuo, a pajera abierta. Así es lo que estamos viendo en la parrilla de La Sexta. Se enciende el piloto rojo de la cámara en el plató de Arusitys a las siete y media de la mañana y no se apaga hasta pasadas las diez y media de la noche con la última maldad de Wyoming en El intermedio. En mitad, entre una y otra hora, una programación que mantiene a su audiencia pegada a la pantalla en directo y sin desmayo, enlazando magacines, tertulias, informativos, entretenimiento, humor, y más informativos, y más entretenimiento. Y más periodismo, asoma por la esquina de la pantalla Antonio García Ferreras, que conecta con Pastor, con Ana Pastor, que casi no lo escucha porque tiene que poner mil quinientos mensajes de Twitter antes de decir ese dato es mío, Ferreras, no me lo quites, cabrón, que te corto una mano y te dejo más cojo que las aspas del molino que destrozó Don Quijote en su delirio contra los gigantes y cabezudos manchegos. Tampoco para quieta doña Ana. Y en directo, cosa de familia. La esfinge Ana Pastor, no sin mi móvil, apareció la semana pasada en el palacio de la Generalitat en un plano enfático que la convirtió en una diosa rojísima cuyo pantalón de anchos perniles barría el suelo de haberse movido, pero las estatuas no se menean. De hacerlo se rompe el encuadre, y el fondo gótico del testero de atrás no haría su función. En todo caso, cambian de palacio. Si hace siete días El objetivo se fue a Barcelona, hoy se monta la pista en La Moncloa. Si ayer fue Quim Torra, hoy es Pedro Sánchez el deseado –cinco años detrás del hoy inquilino del palacio-.  Y todo, en riguroso directo. Un sin parar, un sin vivir, un sin aliento, más periodismo, ay, cuándo verán Ferreras y Pastor a su hijo. La pasta es la pasta. Como Las Campos, qué narices.

Manteca para untar
     Yo que Las Campos, cuya matriarca está de los nervios porque Vasile el insensible no le da el programa que merece, un informativo como dios manda, un magacín para mandar a su casa a Ana Rosa Quintana la mudita, una tertulia seria para dilucidar de una vez por todas las operaciones, enfermedades, enganches, amoríos y lo que convenga para que el espectáculo no decaiga, en fin, todo eso, y si no, ahí va mi propuesta. Al igual que La Sexta no apaga el piloto rojo, María Teresa Campos tiene rollo para rato por sí misma, por sí misma y sus niñas, claro. La operación para rebanar la papada de Carmen Borrego no dará las mismas horas que la boda de Belén Esteban, que dará para -creo que es el año que viene- que la casadera llore, grite, se pelee con su novio, se vuelva a juntar, amenace con irse, amenace con volver, valeeee, la papada de la hija de Maritere no es la boda de la Princesa Chabacana, es verdad, pero sí para que uno esté a punto de vómito. Verán. La gran Leonor Lavado, en Arusitys, decía el otro día que le han quitado tanta manteca a la Borrego que la familia podría meterla en una orza e ir untándola en las tostadas de la mañana durante un año. Ay, dios, aparta de mí esa imagen. Menos mal que he levantado la mirada del ordenador para tomar aire y no echar la pota y he visto a un lelo David Bisbal anunciando no sé qué compañía de telefonía móvil, o quizá un friegasuelos, tal vez laca para los rizos, parodiándose a sí mismo con tanta naturalidad como unos reyes esforzados en ser naturales y cercanos y cotidianos que llevan a su Leonor de Borbón al colegio para que el pueblo diga, mira, como tú y como yo, ni rey Felipe ni reina Letizia, sólo papá y mamá. Pues eso, Bisbal igual de natural dando un pingo en el anuncio diciendo “ay, fibra mía, cuándo serás mía”. Luego hace un chasquido, guiña a cámara, y pergeña algo que parece una sonrisa. Sólo el chichi pelado de Aramís Fuster en GHVIP se codea en repulsión con la manteca de la Campos y la mueca de Bisbal.

Ana Rosa, bonita
     Quien ha tirado, una vez más, la toalla no sólo del directo sino de las mañanas es la directa competencia de La Sexta, Cuatro, que a la hora en que se emite o Arusitys o Al rojo vivo, ella se columpia con sesiones soporíferas de series yanquis de saldo. El pulso y el descaro de Al rojo vivo hace que su audiencia casi roce el cardado de cemento de Ana Rosa, que esta semana volvió a sentar su seta en el plató aparentando dar la cara por la historia de su marido –detenido este verano, luego puesto en libertad sin medidas cautelares, acusado de extorsión con la ayuda del ex comisario José Manuel Villarejo-, aunque lo que pidió fue paciencia, “mi marido está colaborando con la justicia, dejemos que jueces, fiscales y abogados hagan su labor”. Claro, bonita, ¿lo haces tú cuando el encausado, mirado, estudiado, vigilado, acusado, sorprendido con el carrito del helado no es tu santo? Pues eso. Pero si la mañana de La Sexta pone al rojo vivo los pilotos de las cámaras, la tarde no es menos -Mario López, director de cadena, lo tiene claro, y por eso dice que su apuesta por el directo no tiene vuelta atrás-. Después del informativo de Helena Resano llegan los gamberros de Zapeando –menos la presencia semanal e inexplicable de un botarate, del espantajo Josie, todos los colaboradores son un cielo que endulza la sobremesa-, y luego vuelta a la información diversificada que ofrece Mamen Mendizábal en Más vale tarde, que enlaza, sin apagar el directo, con otra hora de informativos hasta la llegada de El intermedio, que se crece con patéticas pataletas como la denuncia de la Fundación Franco -¿quién coño conocía a esta gente?- por las coñas que se traen con la momia del tito Paco.  ¿Y el fin de semana? También regado con directos –desde La Sexta Noche con Iñaki López el sábado, a Liarla Pardo, hoy, con Cristina Pardo, a ver si en la temporada que hoy comienza afinan los contenidos, ajustan los colaboradores, y encuentran el norte y de verdad la lían pardo, que en la anterior no fue así. Venga, Cristi, suéltate, pero de verdad, a pajera abierta, como los directos de tu cadena.

La guinda
Toñi Prieto
No la conocemos, pero sí sus decisiones. Toñi Prieto es la directora de entretenimiento de TVE. Ha sido llamada a declarar por el caso la rueda de las televisiones, chanchullo por el que algunos directivos de cadenas cobraban derechos de autor. ¿Y? Pues que el Telediario 2, presentado ahora por Carlos Franganillo habló de esa imputación. ¿Y? Pues eso, que hace unas semanas este tipo de informaciones era impensable en La 1.

Maldeojos. Twitter y la tele


Twitter y la tele
(Artículo publicado el sábado, 15 de setiembre de 2018)

     Se forman unas peloteras en las redes que te alegran o hunden el día, según toque. Al principio te puede molar, luego te aburre. Digo la gente, poca, que te sigue en ese patio llamado Twitter o Facebook. Pero también se dicen cosas brillantes y divertidas que te iluminan ideas que tenías dando saltos de una neurona a otra y una frase es capaz no sólo de revelarse como clarificadora sino de explicar mejor que una columna tuya lo que quieres decir. Y se agradece. Aquí va un ejemplo. De vez en cuando, acuciado no por mis manías de espectador, que las tengo como todo el mundo, he tratado la aburrida parrilla de Canal Sur. O mejor, la diversa parrilla sobre un mismo tema. Lo de encender la tele y si no ves a Juan y Medio o María del Monte, ves a un cantaor, a la que baila, a otro que hace palmas, y a un tipo que se mueve, poseído, por un decorado de tele local hablando de toros. Lo mismo podría decir de otras autonómicas, de otras nacionales.

     Pero hablo de Canal Sur y que cada lector o lectora se lleve el ejemplo a su televisión de confianza. Resulta que un tuitero, Gerardo TC, brillante andaluz, lanzó la noticia bomba de que Cuarto Milenio, lo de Íker Jiménez y señora, deberían de investigar el terrible caso del accidente en la tele andaluza por el cual, y sin aviso, emitió hace poco algo donde no había niños cantando, adultos vestidos con trajes de gitana, ni procesiones, ni toros, y que la cadena, avergonzada, ha pedido perdón y que, por supuesto, se ha puesto a investigar para dar con el irresponsable responsable. Brillante. Ya me gustaría a mí tener esa capacidad de crítica tan feroz e implacable echando mano de humor e ironía como armas sin desmayo para retratar el mundo tele. Uno lo intenta, pero…


viernes, 14 de septiembre de 2018

Maldeojos. Canguelo


Canguelo
(Artículo publicado el martes, 13 de setiembre, en diarios del grupo EI PRESS)

     Se equivocó la paloma, decía el poema de Rafael Alberti, que tan mal leía su propia obra –aquel tonillo cursi, aquella vocecita de poeta de tardes de florilegio de señoras sensibles que leen poesías al atardecer, en fin-. Se equivocó Paolo Vasile, y lo hizo a lo grande, sin matices, sin opciones, creyendo ir al sur cuando en realidad iba al norte. Hay cosas, como las rosas de Juan Ramón Jiménez, que no se deberían de tocar porque ya son perfectas, y cualquier cambio las estropearía. Le pasó a Pasapalabra. Vasile tocó el programa y la cagó, perdonen este arrebato tan prosaico en pieza tan elevada. Digo todo esto porque el capo de Telecinco creyó tener la fórmula para catapultar a la chuchurrida franja de su parrilla que coincidía con el cañón que maneja en Antena 3 el discreto pero infalible Jorge Fernández pensando que Pasapalabra se tragaría vivo a La ruleta de la suerte, que hasta entonces competía con un agonizante Cámbiame, tontuna grande.

     Y se perdió. El programa de Christian Gálvez no era plato de consumo para audiencia que consume marranadas. Viendo Vasile que se le iba la mañana, que incluso el folletín de Pedro Piqueras empezaba a naufragar, tragado por las Noticias de Antena 3, intentó corregir el rumbo y volvió a colocar Pasaplabra en su sitio y hora. Tarde. El divertido e interesante ¡Boom! de Juanra Bonet en Antena 3 se alza a diario como líder a esa hora. Desde el lunes, con los pelos como escarpias, Pasapalabra ha comenzado la ofensiva cambiando gráficos, plató, y aumentando en tres las pruebas. Cuando empezó ¡Boom! lo hizo con la humildad del primerizo pero con la determinación del convencido. Llevaba razón. Pasapalabra es un gigante, pero hasta ellos tienen barro en los pies. Cuidadín.



miércoles, 12 de septiembre de 2018

Maldeojos. Doctora Foster

Doctora Foster
(Artículo publicado el martes, 11 de setiembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Zorra de mierda, dice la joven rubia. Soy más que una zorra, contesta la mujer cornuda, hoy soy una loba. La escena tiene lugar en una cena que empezó de forma educada en una familia de alta posición económica que recibe una semana antes de lo previsto a un matrimonio con diferentes tipos de relación entre los anfitriones y los invitados, cena que acabó a dentelladas verbales, visuales, y de una tensión que la convierte en una joya de rara perfección fílmica. Es la escena de revancha de una mujer agraviada por su marido, que lleva acostándose dos años con la hija de su socio empresarial, y cuando una mujer se siente así es como “abrir las puertas del infierno”. Son unos  minutos que funcionan como un dardo cargado de la mejor anestesia y que forman parte de una obra redonda llamada Doctora Foster –miércoles y jueves, Antena 3, segunda temporada-.

     Me enganché por casualidad, pero me he bebido lo emitido hasta ahora con delectación de neófito. Desde el primer minuto me fascinó la actriz protagonista, Suranne Jones, de esas actrices que parecen ser así, una especie de Frances McDormand británica, como la producción de Doctora Foster. Destaqué la cena porque encierra toda la tensión que va acumulándose en la esposa engañada y que anuncia una transformación que asusta por su capacidad para la venganza sustentada en la metódica frialdad de sus actos. Trepidante, intensa, la historia es tan simple como una diatriba de amores contrariados pero contada con mano firme para analizar la condición humana, y esa tensión está narrada con miradas cortantes, palabras como disparos, silencios que 

lunes, 10 de septiembre de 2018

Maldeojos. Arús con leche y gasolina


Arús con leche y gasolina
(Artículo publicado el domingo, 9 de setiembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     A ver si a la vejez me va a gustar Alfonso Arús. Lo digo porque nunca me gustó. Lo repito. Nunca. Y no me pregunten por qué. Es de esos tipos a los que se les toma ojeriza sin conocerlos de nada, o sea, como se conoce a la gente de la tele. Como se te atraviese alguien en el gaznate, malo, ya no hay pizca de pan que te ayude a tragar la bola. No me pregunten por qué, pero a lo largo de los años, muchos, que llevo comentando cosas de la televisión, he ido acumulando una lista, aunque no muy gorda, de gente a la que no trago. Es verlos y me enciendo. Me pasa con Paz Padilla. No puedo con ella. Como comprenderán, no es cosa personal ya que no conozco a la señora, ni falta que me hace. Digo que no la trago si asoma su jeta por la pantalla. Da igual lo que haga. Da igual que presente Sálvame y suelte sus sandeces o se tire en el colchón de látex junto a Joaquín Prat o aparezca estos días anunciando el regreso de Mi casa es la tuya, agarre como si fuera un pollón el zapatazo de Bertín Osborne, y con voz de deseo diga “ay, dios mío, si todo lo tiene así de grande”. Pues nada, es más, lo que en otros podría hacerme gracia, cuando lo dice esta potranca me repele. Me pasa con Santiago Segura. Que no, que no hay forma, que no me lo creo, que siento que es un farsante, que no me creo sus caras, que me aburre su ego al revés, es decir, tiene un ego que se lo pisa jugando a no tenerlo, es decir, haciendo como que es consciente de sus carencias, haciendo como que se ríe de ellas, pero qué va, el tipo es arrogante y no soporta que le desmonten la farsa. Nada, no lo trago. Me pasa con el abominable señor de Olvido Gara. No soporto a Mario Vaquerizo. Es tanto el repelús que ni siquiera voy a dar razones. El dios de la tele y La 1 me vuelven a castigar metiéndolos en la presente edición de Masterchef celebrity que hoy arranca. Digo que no soportaba a Alfonso Arús, que es a donde quería llegar. No me gustaba el humor que hacía en los noventa. Ni él. Era otro de los que asomaba sus dientes encalados por la pantalla, en contraste con su morenazo a lo Trump antes de Trump, y salía cortando. Ahora, después de siglos de no verlo, aparece en las mañanas de La Sexta -¿hay que decir madrugadas?- haciendo lo que venía haciendo en una tele catalana. Su regreso se llama Arusitys. Y sí, se ríe igual. Y sus dientes me siguen dando tiricia en contraste con su piel achicharrada de rayos uva, maquillajes y barnices.

Grande María Llapart
     Pero venga, pongo el contador a cero a ver qué pasa. Me pongo a ver Arusitys, que llega a la cadena como extraordinario telonero de Al rojo vivo, como telonero de don Antonio García Ferreras, más periodismo.  ¿Puedo volver un segundo a mis horrores favoritos? Puedo. Que dice Rafael Amargo –el de Granada, el bailarín, según él bisexual y hetero, entero y redondo, ni maricón ni gay, o sea, dios y el diablo, el tonto del pueblo y el listo del geriátrico, el que asegura que dirigirá un ballet de los gordos y se lo venderá a una televisión privada como si fuese un Gran Hermano- que si él hablara “habría un golpe de estado, pero nunca lo haré, por eso repiten conmigo –hasta los presidentes de Gobierno, así que sí, ya ha habido en España un presidente gay”-. ¿Este tío es tonto, o es una vedete de tercera que necesita armar lío para que hablen de él y vender lo que en ese momento tenga en el mercadillo? Desde que lo vi como concursante en Expedición imposible, concurso de viaje, esfuerzo y aventura presentado por Raquel Sánchez Silva en Cuatro, por tierras de mi amado Marruecos, se me hizo una bola así de grande con el enfermo ego de este señor de la escuela de las viejas folclóricas que confunden lío, pose y larga lengua con espectáculo, trabajo y promoción. Se acabó. Que llega puntual a su cita Alfonso Arús cargado de colaboradores, mejor, colaboradoras, y desde el preciso y milagroso instante en que se enciende la luz roja de la cámara hasta que se despide a las 11 en punto de la mañana para dar paso a María Llapart –maravillosa hasta el viernes  al frente de Al rojo vivo- , no para, no deja de sonreír, bueno, lo que quiera que sea ese gesto entre me aguanto la cagalera y si yo me divierto, aquí se divierte hasta el que pone el culo. Cree uno, en su humilde opinión, que terminará con un dolor de quijada tremebundo. A mí me duele sólo de verlo.

Españoles, Franco ha vuelto
     Pero sí, me gusta el programa. Es ameno, es divertido, tiene una agilidad de liebre, y se nota que la peña que lo forma lleva tiempo conociéndose. El programa es un reló suizo, un coche bien engrasado, un espacio cohesionado donde fluye el buen rollo. Y eso llega a casa. Y tiene a Leonor Lavado. Para mí, un descubrimiento. Sus libres recreaciones sobre petardas como Tamara Falcó –el otro día habló de “mi mami y de Mario Vargas Sosa”-, Terelu Campos la come porras, la absurda, lela y cortita Isa Pantoja, o la ridícula y chabacana Belén Esteban son un momento de alta televisión que come televisión, como otra de sus secciones, que se fija en lo que la noche antes ha hecho Wyoming en El intermedio, que a su vez ha contratado al cadáver amojamado de Francisco Franco como colaborador habitual ya que, así lo sabemos en este país desde hace unas semanas, “españoles, Franco ha vuelto”. Plagado de decenas de secciones –sobre la propia tele, sobre actualidad, sobre el tiempo, sobre vídeos a los que se les saca punta, vieja especialidad de Arús, o sobre deportes- y en un tono distendido, Arusitys es un despertador de primera con una oferta distinta a lo que se ve a la misma hora en el resto de cadenas. Me gusta. También es cierto que Íker Jiménez, incluso ayudado por su medio aguacate Carmen Porter, debería averiguar dos misterios en Arusitys. Uno, ¿está Alfonso Arús más enganchado que Lidia Lozano a la tanorexia, incluso más que Donald Trump al bronceado caca anaranjada? Y dos, ¿es cierto que ni Alfonso, que no Alfons, como corregía a los colaboradores su media papaya Angie Cárdenas –sí, la hermana de-, ni su equipo, toma gasolina con la leche del café para tener la marcha que tienen?

La guinda
Todos vuelven
En tromba. El lunes llegan en torrentera. Tanto a las cadenas gordas –Ana Rosa, a la que habrá que vigilar a ver si habla de los líos de su marido- como a las flaquillas que aspiran a gordas –como Ferreras a La Sexta-. Y también la banda de humoristas que hacen de #0, la de Movistar, una tele de rechupete. No es para menos con tipos como Andréu Buenafuente, David Broncano, o Javier Coronas. Empieza la función.

Maldeojos. Misión basurilla


Misión basurilla
(Artículo publicado el sábado, 8 de setiembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Que los perdemos, coño. Que no, brother, que hay tiempo. Pero si ya han zarpado, tío. Que hay tiempo, bro. Una cámara sigue todo el rato a un trío de fotógrafos, siendo la estrella de la conca el, al parecer, afamado paparazzi Sergio Garrido, del que me entero que entre sus proezas, no sé si leyenda para cebar su perfil o verdad verdadera, está la de haber cobrado 500.000 euros, como suena, por una foto de Leonardo DiCaprio con su ex Toni Garrn. Mucha pasta es esa para tan poco meollo por más que este mundo está chiflado, digo el mundo de las exclusivas y el mundo en general, nuestro mundo de por aquí, que es capaz de pagar medio millón de euros por la foto de un tipo con su tipa, por muy conocido que sea el tipo y la tipa, la tipa sola o el tipo solo. Flipo. La escena de los fotógrafos corriendo como descosidos para subir a un barco en Ibiza desde el que seguir a otro para hacer fotos mueve a risa, porque desde luego discreta no es la cosa.

     Forma parte de Misión exclusiva, que esta semana estrenó Cuatro para mayor gloria de los programas insustanciales, sin corazón aunque dedicado al corazón como género en teles y algunas revistas que aún quedan rezagadas que hablan de casas de artistas, de bodas reales o plebeyas, de peleas vulgares entre zafias criaturas recrecidas en espacios de testada estupidez, y que estos y otros paparazzi nutren con sus trabajitos, fotos a ser posible robadas para mayor gloria “del paparazzi más cara dura del mundo”, como la cadena presenta a su fotógrafo. Supongo que esta Misión exclusiva es una especie de retrato del día a día de estos currantes del objetivo que en el estreno robaron fotos de la boda de Mireia Calalda y Felipe López. Pues muy bien. Nada de lo visto me interesó.


domingo, 9 de septiembre de 2018

Maldeojos. La República


La República
(Artículo publicado el jueves, 6 de setiembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

      Que llega. Que sí, que viene. Que al fin llega La República. Y eso que hasta don Pablo Iglesias, republicano de pro, da las gracias expresas al jefe de Estado por la llamada que hizo Felipe VI al secretario general de Podemos y a Irene Montero, su pareja, por ser papás de mellizos -¿se puede decir papás y no papá y mamá sin caer en pecado mortal de lenguaje no inclusivo y de un machismo transoceánico, asilvestrado, tónico, sádico, escuálido, y tonto del haba?-. Uno pensaba, quizá, que después de dos meses, Iglesias el papi chulo, volvería sin coleta, tal vez sin su camisa de cuadros, quizá con la barbilla un poco rasurada, pero hete aquí que llega al plató del informativo de Pedro Piqueras con la misma imagen, ni más moreno ni más escuchimizado ni más barrigón, mensaje oculto a los suyos para que vean que “aquí no ha cambiado nada, y el jefe sigue siendo el jefe”.

     Pues a pesar de todo eso llega La República, no como gobierno sino como serie. Oh. Después de siete años en el cajón, al fin se recupera. A este espectador se le había olvidado aquel éxito de la pública, que con con la llegada del PP y, por tanto, de la nueva dirección de RTVE, se escondió. Se secuestró, dijo el otro día en el FesTVal de vitoria Fernando López Puig, director de ficción de TVE, como ocurrió con Tres días de abril, Volveremos, o La conspiración. Félix Gómez, entonces jovencísimo protagonista de La República junto a Verónica Sánchez o Alejo Sauras –extraordinario ahora en su personaje de Estoy vivo, con la segunda temporada pidiendo paso- habló de censura. Rescatar La República para su emisión en La 1 es otro pasito más en la buena dirección de la nueva dirección.




miércoles, 5 de septiembre de 2018

Maldeojos. Reporteras en riesgo


Reporteras en riesgo
(Artículo publicado el martes, 4 de setiembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Hemos visto, o en directo o entresacado en forma de vídeo ya emitido, casos delicados de reporteros y reporteras en apuros. Y siempre, pasado el primer susto, en tono relajado y de broma. Ya saben, el reportero que habla del viento en directo para el magacín y un golpe seco de aire le vuela el micro, la reportera que se protege de la lluvia sujetando con una mano el paraguas y con la otra, todo muy precario, el micrófono, hasta que el tinglado se deshace y el paraguas se vuelve del revés o sale volando. Escenas como las descritas son familiares. Pero en los últimos días la cosa se ha puesto chunga.  Los de Zapeando suelen tener sus fetiches, y una vez localizados, van a saco, no los dejan, no les quitan el ojo. Son una especie de diana porque sus reportajes son filigranas del orden periodístico, entre la cuidada preparación, la coreografía, y la performance.

     En Canal Sur, en Andalucía directo, son expertos en manejar a los figurantes, vecinos que protestan por algo a la voz de ya, o señoras muy repintadas que actúan según les va diciendo la sagaz reportera, que a una orden con la cabeza dicen lo que venían a decir. En Telemadrid nació una estrella para el programa de La Sexta, Luis Vegas, reportero con extraordinaria imaginación para darle vida a su trabajo. Pero de las bromitas a la mala leche del personal apenas hay un hilo fino de mala educación y falta de respeto. Verán, a Cecilia Iglesias, de la televisión asturiana, le rociaron la cara con vino, que entró en los ojos y tuvo que acabar con un “lo siento, no veo, no puedo seguir”. A otra de Más vale tarde, Elizabeth López, la besa un gilipollas en pleno directo y se da a la fuga. Y a otra de la tele murciana la tiran al agua. Pues ni chispa de gracia, oiga.


Purgas en RTVE


Purgas en RTVE
(Artículo publicado el sábado, y de setiembre, en diarios de EPI PRESS)

     Vamos a ver, populares, incluso vamos a ver, señor Teodoro García, ciezano de más alto vuelo en el PP como secretario general, experto en escupir no sólo olivicas en ese ardid tan bravo sino en escupir sandeces de ignorante, vamos a ver si nos centramos en la verdad ya que en lo político van cada vez más a su puta bola, huyendo del añorado centro para tirarse de barriga a la derecha más derechosa, que oiga, allá ustedes. Verá, señor Teo -¿me lo permite?-, llevo unas semanas escuchándolos, y hasta usted, sin necesidad, ha entrado en la batalla. De repente se escandalizan y reclaman pluralidad, independencia, y se llevan las manos a la cabeza hasta ayer ensangrentadas de silencio cómplice porque el nuevo Gobierno ha entrado en RTVE liquidando el legado que dejó el PP “de libertad, credibilidad, pluralidad e independencia informativa”. Qué morro.

     Hablan, manda cojones, de purgas, de escabechinas, de linchamientos, de venganza, y de pisotear el periodismo, que basa su razón de ser en contar la realidad le pese a quien le pese. El que fuera director de TVE en Murcia en 2012, Manuel Segura, hace unos días recordaba que fue ¿purgado, destituido, liquidado? por Julio Somoano, nuevo director de Informativos entonces, que a su vez sustituyó, ¿purgado, linchado, vengado, fulminado?-, a Fran Llorente. ¿De qué purgas hablan, de las del PP, de las que hacen los que llegan? No tomen al ciudadano por imbécil. No sobreactúen  enfatizando su repentino amor, apego y apuesta por una RTVE libre e independiente porque no se lo creen ni ustedes, ni usted, señor Teodoro García. No se meta en fangos. Aparten, todos, sus sucias manos sobre la Corporación. Dejen trabajar en libertad. ¿Es tan difícil?




Maldeojos. Oriol y Raquel


Oriol y Raquel
(Artículo publicado el jueves, 30 de agosto, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Supongo que así, ni idea, que no saben ni de qué ni de quién hablo. Es lógico. Hay que afinar mucho para saberlo. Hablo de Oriol Nolis y de Raquel Sánchez Silva, que van a sustituir a dos figuras controvertidas de la tele de antes de la llegada de la imparable Rosa María Mateo, que según dicen medios de panfleto y tentetieso, desprestigiados por sus propias ocurrencias, vendida como información lo que sólo es una mentira, a veces grotesca de tan burda, está haciendo una escabechina. Oriol se dice que sustituirá al hasta ahora presentador del Telediario del fin de semana, don Pedro Carreño, que a su vez, con la irrupción del PP en RTVE en 2013, ocupó el puesto de Nolis. Lo de siempre en esta pobre casa. Sobre el solar de la mezquita que te destruyo levanto la iglesia que más tarde destruiré para levantar de nueva mi mezquita. Pues lo mismo.

     Creo que más, incluso creo que mucho más, me gusta el otro cambio. No me negarán que haga lo que haga Raquel Sánchez Silva mejorará la imagen de La 1 sustituyendo al insoportable Javier Cárdenas, y por supuesto, haga lo que haga, seguro que Raquel hará algo mejor que Hora punta, programa inaudito, marciano, polar, cortito, tontito, cabestro, cansino, antiguo, total, que no debería de estar en hora de máximo prestigio en la tele pública. La anterior dirección, arrobada con un producto tan zafio, huero, tan amarillo y sensacionalistas, volcado en el suceso o dando pábulo a teorías delirantes contrarias a la ciencia, y arrobada con un presentador tan pésimo, amarró al maromo con un contrato –eso dijo el tal Cárdenas-, que ahora es papel mojado. Hala, a la calle. Sin contemplaciones. Ya no volverá Hora punta. Bienvenidos Oriol y Raquel.