domingo, 30 de octubre de 2016

Maldeojos. Paquitas Salas



Paquita Salas
(Artículo publicado el jueves, 27 de octubre, en diarios de EPI PRESS)

     Creo que el actor Brays Efe nació para ser –o encarnar, que diría su personaje, aunque no tuviera ni puta idea de lo que significa- a Paquita Salas, representante de actrices. Paquita Salas es una serie que emite Flooxer, la plataforma digital de Atresmedia con trabajos que se mueven en parámetros distintos a los de una cadena convencional. Vi el estreno de Paquita Salas en un cine de Madrid, justo cuando en el Hotel Prado Real de Soto del Real se celebraba su segundo Webfest, y desde el minuto uno me cautivó. La serie para internet ha ido emitiendo más capítulos. El martes se pasó el quinto, y último. La protagonista es Paquita, el actor Brays Efe, siempre acompañada por la malagueña Belén Cuesta como su secretaria, maravillosa, divertida, fresca, excelente actriz de una versatilidad admirable.
Creada, escrita y dirigida por los jóvenes Javier Calvo y Javier Ambrossi, Paquita Salas es un divertimento visual que ha ido creciendo desde el primer hasta el último capítulo. Pero no sólo eso. También es el lado oscuro, no siempre rutilante, del mundo del cine, el teatro y la televisión. Paquita Salas es la historia de un continuo fracaso, de un disparate, de una carrera que se quedó varada en un tiempo que ya no existe pero a la vez el intento patético de entender el nuevo luchando como una jabata, aunque sea con métodos hilarantes. Bien escrita, atrevida, con invitadas de postín –desde Ana Milán a Yolanda Ramos, o Andrés Pajares-, Paquita Salas es un descubrimiento que nació como divertimento entre colegas que sabe divertir, sin dejar de tener ese aire de complicidad amistosa, a mucha más gente. A por otra temporada, querida Paquita.

viernes, 28 de octubre de 2016

Maldeojos. Grandes



Grandes
(Artículo publicado el martes, 25 de octubre, en diarios de EPI PRESS)

     Anoche emitía La 2 un Imprescindibles dedicado en verdad a alguien imprescindible en la marca España, en el haber del talento y la emoción. Eso lo viví embobado el viernes por la tarde en el teatro Campoamor de Oviedo durante la entrega a Nuria Espert del premio Princesa de Asturias de las Artes –ocho modalidades en total-. Así, de la forma más natural, pasó de ser una mujer agradecida por el premio recibido ante su auditorio, y la audiencia en casa, a convertirse en la Doña Rosita de Federico, un Lorca que de nuevo, bisturí en mano, nos lleva al filo del amor, del paso del tiempo, de la más simple crueldad, de la decadencia y la tristeza. A veces el realizador de La 1, que emitió entera la ceremonia, pinchaba planos del rey Felipe y de la reina Letizia, tan perplejos y emocionados como, supongo, estaba usted si en ese momento miraba la tele.

     Casi nunca había prestado atención a este tipo de ceremonias. Pero el viernes la vi, y si Nuria Espert, sola, con su desgarro, con su forma de decir el texto de Lorca justificaba estar ante la pantalla, la presencia de otra premiada, la académica y divulgadora Mary Beard –Ciencias Sociales-, elevaba a cimas de placer poco frecuente poder disfrutar de mujeres cuyo talento aún está vivo. Nuria Espert en el teatro de La Abadía, Madrid, con Incendios. Y Mary Beard en la serie documental que emite los miércoles 0# sobre Cómo vivían los romanos, una serie puntillosa, divertida, narrada con la pasión de esta mujer desgarbada y sabia. Sólo un nombre más, el de Hugh Herr –Investigación-, el hombre biónico, aunque más que el hombre máquina habría que decir una máquina de hombre. Los grandes parece que no lo son hasta que caes en tu propia pequeñez.


miércoles, 26 de octubre de 2016

Maldeojos. Tu cara me suena 5



Tu cara me suena 5
(Artículo publicado el domingo, 23 de octubre, en diarios de EPI PRESS)

     Lo han vuelto a lograr. Los viernes ganan por goleada. No hay “belenazo” ni tontadas parecidas que puedan con el bien hacer de un espectáculo que te soluciona el viernes por la noche si te quedas en casa y eliges ver la tele en vez de ponerte a leer el quinto tomo de las obras completas de Inmanuel Kant o te aventuras, en serio, lápiz en mano, cabeza despejada y lanza bien cogida para entrar en batalla en un bando o en otro, hasta dilucidar si Bob Dylan es poeta poeta, cantante de letras más o menos apañadas, o un impostor que se ha hecho con el Nobel de Literatura dándole a la guitarra. En lo del Nobel, no entro. Ese negocio tiene sus reglas. Lo que sí sé es que me chifla la música de Dylan, pero no me gusta como cantante. Nada. O casi nada. Me pone nervioso, muy nervioso, esa forma de cantar desganada, gangosa, arrastrada. Pues eso, que la noche del viernes puedes revisar la obra completa del reciente Nobel o te pones delante del muy verbenero Manel Fuentes, que habla como si trabajara vendiendo números para la rifa de una tómbola, y te tragas sin rechistar Tu cara me suena, edición número cinco para mejor honrar al dios del espectáculo, para aumentar el negocio de Antena 3, y para irte a la cama con buenas vibras, término tonto que usan mucho los jurados de los concursos más lerdos para no decir nada, salir medio airoso, y seguir con el culo pegado al sillón una semana más. Los de Sálvame, la competencia de enfrente, se creían a salvo, como imbatibles, yo creo que partiéndose las costillas de tanto reír, como alucinados de ver que semana tras semana, con el sumario más infame y nauseabundo, arrastraban a una audiencia alelada, entregada, firme, enrocada y abducida por las chorradas ya de la cuentista Aramís Fuster, ya de la última majada de Kiko Matamoros o la alucinante Raquel Boyo, hasta que hace un par de semanas llega la tropa de Tu cara me suena, monta el circo de las maravillas, y se lleva a su era el bocado gordo de la audiencia.

Talento y dignidad
     ¿Qué tiene Tu cara me suena para que guste tanto, para que triunfe la noche del viernes? Ingredientes infalibles. Caras conocidas, voces asentadas, o no, como la de la actriz Yolanda Ramos, que ocupa el papel que el año pasado tenía Silvia Abril, es decir, poner mucho humor en escena, hacer de sus actuaciones un número deseado porque el espectador sabe que no juega en la liga de los líricos sino en la del gag, del chiste, de la broma, y eso se agradece, sentido del ritmo televisivo, levantar cada semana un túmulo al divertimento familiar sin connotaciones peyorativas, disfrutar del magisterio de un equipo de maquilladores de primer nivel, esos que consiguen que de verdad te quedes lelo viendo la transformación de una Ester Arroyo que entra en la máquina del milagro y sale hecha una Grace Jones apabullante, elección de canciones y artistas a imitar muy populares, muy tarareadas, y en una banda ancha de gustos para que nadie se sienta en el olvido, por eso vemos a Rosa López como Marisol o a Lorena Gómez cantando el Sax de Fleur East, e incluso va resultando un acierto contar con el histriónico Ángel Llácer como profesor y jurado, y hasta sus caras de asombro, más que estudiadas, son parte del paisaje, como lo es la presencia de Lolita y sus batallitas, o de la imponente Chenoa, una chica que ha ido madurando ante nuestros ojos en la pantalla, una chica que cae bien, incluso cuando se pone intensa y un poco repipi. En fin, un acierto general este Tu cara me suena que mide sus fuerzas desde el talento y el respeto a la audiencia frente a una propuesta de entretenimiento más chabacano, yo creo que denigrante, y sin duda en las antípodas de la calidad y la dignidad.

Micropene
     Sigamos con el juego de Tu cara me suena pero sin referirnos al programa de los viernes de Antena 3. Su cara me suena, pero no estoy seguro si sí o si no. Quizá ustedes me puedan ayudar. Hablo de la corresponsal de TVE que se llamaba Almudena Ariza. De pronto, a raíz de la devastación del huracán Matthew, me la encuentro en Haití cuando la esfinge doméstica Ana Blanco le da paso en una crónica que creo recordar era grabada. La corresponsal cuenta desde el terreno los desastres que el huracán ha causado a un país ya devastado tras el terremoto que sufrió en 2010, es decir, horror sobre horror. Pero me veo que en vez de estar pendiente de lo que dice la periodista estoy pendiente de su cara. ¿Es o no es Almudena Ariza? Sí, porque ha respondido a la conexión. Sí, porque su cara me suena un poco. Pero no y no porque esta Almudena Ariza tiene las mejillas infladas de silicona, o lo que sea, y se ha quedado en pepona de verbena con un micrófono en sus manecitas. Ay, qué cosa, con su naricilla allí, lejana, detrás de los mofletes gordos y brillosos. ¿Será o no será? Ahí lo dejo. Sí estoy seguro de que Donald Trump es el mismo. Su cara me sigue sonando igual. Y provocándome el mismo terror y el mismo asco de siempre. Su cara me suena al matón acomplejado y furioso, envalentonado por su cartera de billetes, al chulo que acosa desde su pedestal económico pero sabe que no se comería una rosca ni por lo que se ve, el anti morbo, ni por el micropene que le supongo, falo de bebé para un canalla que ve a la mujer como una gran vagina de usar y tirar, así que sí, su cara me suena a cara de cerdo con piel de cerdo. Y de pronto, iluminando la pantalla, aparece David Leo, poeta millonario, el malagueño que ha hecho de los concursos de televisión su forma de vida. El joven de 27 años se embolsó casi dos millones de euros al completar el rosco de Pasapalabra un día en que, casualidades, su madrina era Paz Padilla, taruga de mucha ordinariez, simpleza y mala hostia, dicen quienes la conocen detrás de las cámaras. Por cierto, este domingo se ven las caras los mandones del PSOE. ¿Le dirán, mirándole a los ojos a Pedro Sánchez, tu cara me suena?

La guinda
En seco
De la búsqueda del manantial lacrimógeno al que aspira cada semana El amor está en el aire, que presenta con su habitual desparpajo y sin que se le despeine el bigote Juan y Medio en Antena 3, se ha pasado al parón, al corte de las grabaciones, al dique seco, a la lágrima cortada de raíz. Se acabó, parece decir la cadena. No ha colado esta reedición de Sorpresa, sorpresa, y eso que sin Isabel Gemio todo parece más digestivo.

martes, 25 de octubre de 2016

Maldeojos. Caquitas



Caquitas
(Artículo publicado el sábado, 22 de octubre, en dairios de EPI PRESS)

     El titular no se refiere a la plasta que, defeque o no, aparenta un energúmeno como el aspirante a casi gobernar el mundo desde el Gobierno de EEUU, y eso que Trump, que llamó asquerosa a Hillary Clinton en el último debate de campaña, se merece eso y un poco más. Tampoco hablo de caquitas como lo que hacen en Hora punta, el programa  de Javier Cárdenas, el de dicción ininteligible, por mucho que esa media hora de tele pública se esfuerce cada día en ponerse ese collar. Hablo de caquitas caquitas. O sea, de mierdecillas de verdad, aunque sean de bebé. Me explico. La otra noche El hormiguero invitó a Rosa López y a Ester Arroyo, ambas concursantes de Tu cara me suena, en la misma cadena. Ya saben que el ritmo del programa va de una cosa a otra, de un truco a truco, de un invento a otro, de un número de circo a otro. Sin parar. Sin cesar.

     Cuando Pablo Motos anunció la sección de Marron dijo que asistiríamos a la maravilla de ver cómo unas madres adivinaban que la caca que les pusieron a oler era la de su crío y no la de otro. Tapadas las braguitas de bebé cagadas con campanas de cristal, como se tapa un queso para mantener el olor, las mamás iban destapando la cosa, acercándose al pañal cagado, y diciendo si era mierda de su crío o no. Contado así es asqueroso. Pero les garantizo, tal como dijo Rosa, creo que fue ella, que era muy tierno y emocionante. A mí también me lo pareció. Allí vimos a unas hembras reconociendo a sus cachorros, esa parte animal que aún conservamos y que en las mujeres que han parido parece que se agudiza hasta esos límites que ponen los pelos de punta. Y otra cosa, detrás hay unos guionistas sin descanso. ¿A quién se le ocurriría la idea de oler mierda de bebé?

sábado, 22 de octubre de 2016

Feria de octubre en Villanueva Mesía -2016- en imágenes.





 Creo que es la primera vez que bajo a la feria desde que volví al pueblo. Mientras los más jovencillos, como potros, se daban castañazos en los coches de choque, y las mujeres desfilaban con sus trajes de gitana ante el regocijo de los paisanos, la mano maestra del cocinero, en el mismo ferial -Eventos Esperanza-, preparaba condumio para cerca de 900 personas. A la rica paella. Mi recorrido se explica con las siguientes imágenes. Ah, no he recogido todas las mujeres que desfilaron porque... porque me quedé sin batería. Y otra cosa. Las camisetas y mochilas que pinta mi sobrina son una maravilla. Admite encargos.