sábado, 30 de enero de 2016

Maldeojos. La realidad inventada


La realidad inventada
(Artículo publicado el domingo, 24 de enero, en diarios de EPI PRESS)

       La veo un poco zorrita, de primera impresión, no quiero faltar a nadie. La escena sucede en los jardines de un monstruoso hotel de Méjico de los que te recogen en el aeropuerto, te llevan a la habitación, te ponen la pulsera del todo incluido, y te devuelven de nuevo al aeropuerto a los siete días y seis noches después de haber enlazado una cogorza tras otra. Creo yo, que nunca he estado en esos hotelitos sin encanto. Pero es allí donde se dan cita los novios que no conocen a las novias con las que están a punto de casarse. No sólo van los novios. Van las mamás, las hermanas, las amigas, un grupo de cinco o seis a gastos pagados. Y eso hay que rentabilizarlo. Es como lo de los pactos en política. Si yo te apoyo en esto, espero que tú me apoyes en lo otro. Pásame un senador, Pedro, que luego me haré el tonto y miraré para otro sitio. Pues lo mismo. Os llevo gratis, pero hay  que dar juego. En Casados a primera vista, que Antena 3 emite los lunes, se cumple esa ley. Las suegras dan vidilla. La veo un poco zorrita, dijo Marisa, la madre de Jonathan López, de Benidorm, al conocer a su futura nuera, Sabrina López. Frases así es lo que interesa al programa, Miradas así es lo que busca. Que esté todo el rato refunfuñando es lo ideal. Que mire a su consuegra con altivo desprecio es lo que da nivel. Que murmure durante la ceremonia que a la madre de ella le ha tocado la lotería casando a la hija es hacer bingo, y que al hijo, en el jardín del hotel, tras la boda, le diga que “no me gusta la nariz, pero todo, como las tetas, se puede operar”, es como si el guionista de Gym Tony le dictara los repentes al oído. Es perfecta. Marisa es ideal para el programa. Es la suegra bruja. Es la que sólo quiere para su hijo a alguien como ella, lástima que no pueda casarse con él, que si no…

Ya tenemos a la mala. Es la suegra bruja. Esa mirada vale el pastón que se gasta la productora en llevarlos a todos, gratis total, al hotel todo incluido en uno de esos horribles mastodontes mejicanos.
La boda gay

      El esquema del programa no ha variado con respecto a la primera edición. Un equipo de expertos –la tríada de la divinidad televisiva que pretende dar marchamo de calidad y rollo serio, es decir, la sicóloga, la sexóloga, y el experto en motivación, en este caso Marian Frías, Silvia Sanz, y Rubén Turienzo- analiza el perfil de los solteros, sus gustos, inquietudes, aspiraciones, hasta dar con el soltero compatible que conocerán justo el día en que lleguen al “altar”. En algunos casos te preguntas qué tipo de test han hecho para llegar a emparejar el agua y el aceite. Casados a primera vista es un espacio de tele realidad donde la ausencia de guión se suple con la elección de candidatos y allegados que garanticen el espectáculo. Si no, no hay programa. Por eso la elección esta temporada de dos chicos garantiza titulares como la “primera boda gay en Casados…” Así fue. Ahí están Alberto Garrido, sevillano, 32 años, bailarín –me gustan los chicos muy machos- y José Ramón Agüera, cartagenero, 32 años, auxiliar de enfermería –me gustan morenos, un chico normal, que no se preocupe tanto por la imagen como yo-. En un primer vistazo de Casados a primera vista descubro que apenas hay hombres que acompañen a la tropa casadera, es decir, me faltan más papás, más hermanos, más primos, más abuelos. Creo que no dan juego. Y por eso no son invitados. Mientras en Antena 3 se ve Casados a primera vista, en Cuatro tiene lugar otro programa con el amor como excusa, Un príncipe para tres princesas, que presenta con mucho salero e ironía Luján Argüelles, una Celestina rarita. Dicen que es otro programa de tele realidad. Veamos. En una mansión han metido a tres chicas, Marta, Rym, y Yiya –sí, sí, hay gente que se hace llamar así, qué pasa- para que escojan, entre la cuadra de maromos que les ofertan, a su príncipe.
Faltaban y ya está. Matrimonio entre hombres. ¿Y? Pues eso, lo mismo pero entre barbitas.

Marilyn de porcelana

      Es el planteamiento. Pero si en Casados a primera vista aún podemos encontrar algo que sepa, huela, recuerde y trate de sentimientos, de amor, en Un príncipe para tres princesas el tinglado se viene abajo y sólo hay truco, ambiciones personales, gente mona con aspiraciones de notoriedad, tal vez de fama efímera o de hacer carrera en los platós, quizá gente que acabó ahí porque no pasó las pruebas para sentarse en otro paripé sobre el amor como es Mujeres y hombres y otros berzas. Del contenido del programa, qué quieren que les diga, ni caso. Nada me interesa. Nada me conmueve. Nada es verdad. Destaco la postproducción, la agilidad del montaje, el uso de efectos gráficos y músicas, todo al servicio de la ironía y la complicidad con el espectador, pero se acabó. Esta pachanga no va conmigo. No es tele realidad. Es un teatro con un guión elaborado donde todo está medido, controlado, buscado. Venden como real lo que no es más que una ficción teledirigida. ¿Es malo que sea así? No, qué va. En televisión casi todo es así. Lo que ocurre es que la propuesta me aburre. Ni las princesas me dicen nada ni los príncipes me hacen tilín. Es, para resumir, otra basura brillante de Mediaset. La nada. Lo inane elevado a una potencia llamativa. No soy tan friqui como para tragarme semejante truño a pesar de su hilarante bizarría, ¿vale?, coletilla a lo Belén Esteban que usa otra princesa metida en la casa para revitalizar las situaciones, la sevillana Nuria. El nivel de los participantes se resume en este diálogo entre Jalal, madre marroquí y padre de Guinea Bissau, y la rubia princesita Marta, que pregunta como una Marilyn de hornacina y porcelana. ¿Entonces eres marroquí? Mixto, dice él. Mitad marroquí y mitad guineano, aclara Yim, la musulmana. ¿Es marroquí?, pregunta sorprendidísima, con los ojos como platos, la rubia, creía que era negro. Es negro, dice Yiya, la otra sevillana, que mira a la rubia como certificando que no tiene remedio, es negro, pero de Marruecos –Jalal sonríe como diciendo madre mía, madre mía-.Vale, vale, estalla la rubia, creí que era negro de África. Es que Guinea está en África, y Marruecos también, le responden a coro. Bien. Si quieren momentos como este, es su programa. A mí no me compensa. Ni Casados ni Un príncipe. Se me pasó el arroz para esta realidad trazada en los despachos.
Pues eso, yo tampoco tengo nada que decir.
La guinda
Que se vaya
Lo han vuelto a hacer. No pueden más. Y quieren que se sepa, que no decaiga su pelea. Son los periodistas de TVE, apoyados por su Consejo de Informativos, los que vuelven a pedir que José Antonio Sánchez, el presidente de RTVE, se largue, que sea destituido y nombrado “por consenso un nuevo responsable profesional e independiente”. Está claro que hoy no se dan esos requisitos en el perfil de los directivos de la tele pública.

jueves, 28 de enero de 2016

Maldeojos. KO



KO
(Artículo publicado el sábado, 23 de enero, en diarios de EPI PRESS)

      No sé si vieron la última entrega de En la tuya o en la mía, donde Bertín Osborne hace de anfitrión recibiendo a sus amigos, y no tanto. El último, Paco León, es del apartado de no tanto. La entrega siguió el esquema conocido, pero… Llega el invitado, toca a la puerta, se le ve que trae bolsas, quizá con regalos, es recibido por el dueño de la casa, se saludan con exagerada efusión, y pasan al salón grande, a la clásica escena del sofá. Ahí es donde se charla sobre esto y lo otro, sobre la vida del invitado trufada con pequeñas confesiones del anfitrión, que suelen ser de contenido donjuanesco con las conquistas del gran macho. No vi el programa entero, porque me sobrepasa. Pero acerté a pillar uno de los momentos que definen no tanto al invitado como al anfitrión. Es la primera vez que el invitado se traga vivo, se come por las patas con patatas a Bertín, que enmudeció.

     Verás, decía Paco, cuando conocí a Ana, su actual pareja, con la que tiene a Manuela, su hija de cinco años, yo tenía novio, pero no Ana, el novio era mío. Es que yo tenía novias y novios, que alternaba, contaba con naturalidad el actor sevillano. El otro, sentado en el sofá, se quedó paralizado, sin reacción, no sé si pensando que tenía que levantarse de allí por si se le pegaba algo malo, como el que no sabe si salir corriendo o seguir como si tal cosa. Siguió como si tal cosa. Gran error. Dejó claro que eso de tener novios y novias lo dejó loco. ¿Bisexual, o sea, Paco León es maricón?, parecían decir sus ojos, se leía en su silencio de tarugo. Que alguien hable de “estos temas” sin hacer chistes, sin que su “hermano gemelo” Arévalo hable de mariquitas sobrepasa al señor Osborne. Paco León, con fresca naturalidad, dejó KO al dicharachero cantante de rancheras.
Un momento del encuentro. El agusanado anfitrión no está acostumbrado a que se hable de "estos temas" con naturalidad. Él los trata como hay que tratarlos, con el gracejo de Arévalo, que hace chistes de mariquitas como dios manda, coño, que estamos en Esss-paña.

miércoles, 27 de enero de 2016

Maldeojos. Fantasmas



Fantasmas
(Artículo publicado el jueves, 21 de enero, en diarios de EPI PRESS)

      Te vas unos días, te retiras de informativos, titulares, dejas de picar en las redes, y cuando vuelves lo vives todo como si hubiera pasado un siglo. Por eso, cuando ves a Mariano Rajoy tratando de articular algo con sentido, común, diría el, te sorprendes no por lo que dice sino porque siga ahí, como el dinosaurio de Monterroso. ¿Pero no había muerto?, te preguntas de verdad sorprendido, y no es una pregunta retórica sino lo que sientes cuando lo ves hablando como si no hubiera existido unas elecciones hace justo un mes. Escucho a Pedro Sánchez y abro mucho los ojos porque sigue ahí, enseñando sus dientes con su divina sonrisa, sorteando las preguntas de los periodistas, y en manos de un cinismo sin complejos como si no hubiera habido elecciones hace justo un mes.

     Te vas unos días, le das de lado a la pachanga política, y cuando vuelves te encuentras al personal corriendo por los pasillos del Congreso, y si te descuidas hasta salta de la pantalla a casa la manada de piojos que ve bullir Celia Villalobos en las rastas ajenas, otra que uno creía como amortizada y amortajada, pero no, ahí sigue, fantasmal y ordinaria, como si no hubiera habido elecciones hace justo un mes. Lo curioso, lo que me alarma de verdad, es que escucho el ruido de “los nuevos” y cuando se mueve Pablo Iglesias sólo veo moverse un artilugio que suena a música antigua, a carreta conocida. Imagínense en este ambiente de regüeldos espectrales lo que sentí el martes cuando vi que Mamen Mendizábal sacaba del sarcófago en Más vale tarde el cardado y la voz de Rita Barberá farfullando algo. Querida Mamen, te sugiero, te imploro, que cuando juegues con fantasmas lo adviertas. La salud de tu audiencia está en juego.


martes, 26 de enero de 2016

Maldeojos. Jesús Álvarez



Jesús Álvarez
(Artículo publicado el martes, 19 de enero, en diarios de EPI PRESS)

      Es un misterio misterioso. Alguien tiene que levantar la mano y reconocer su malicia, su tropelía, su mala baba, su sentido del humor, lo que sea, pero que dé la cara. Si hablo de Jesús Álvarez ¿saben quién? Es de los televisivos que todo el mundo conoce aunque no sea muy conocido su nombre. De hecho, si recuerdan, Jesús Álvarez, no me pregunten por qué, llegó a participar en una edición de ¡Mira quién baila! Pero donde la mayoría podemos situar al periodista es presentando la sección de deportes del Telediario. Y ahí se desparrama el dolor como la leche hirviente por la cara. Cuando dicen su nombre en el sumario para que él dé los titulares, el realizador no tiene piedad, claro que tampoco la ha tenido antes ningún compañero, ningún amigo del alma, dios, ni siquiera su mujer. ¿Esa mujer no tiene ojos, o está tan pillado con su maromo que todo le gusta?

      Hagamos la pregunta que alguien, y muy en serio, tiene que hacerse en TVE. ¿Quién viste a Jesús Álvarez? Lleva el pantalón al sobaco, tipo Julián Muñoz y su atroz imagen de tragaldabas, se ata el calzón con una correa por encima del ombligo, el traje parece siempre un par de tallas más grandes de lo que necesita, como heredado de su hermano el grandullón sin tiempo a que la madre le hiciera los arreglos, por dios, esos hombros caídos, ese bamboleo, ese plano abierto que lo muestra allí, de pie, con sus papeles en la mano y su desgarbo conmovedor. Y sobre todo. ¿No hay en el ropero de TVE alguien con ojos? ¿Quién elige las corbatas de este hombre? ¿Las trae de casa? ¿Se las dan en el último segundo y se las encasqueta sin rechistar? Esas corbatas bragueteras son afrentas, anchas como una autopista de seis carriles. Hay que hacer algo. ¿Dónde hay que firmar? 
No he podido conseguir otra imagen en donde Jesús Álvarez, a la izquierda, luzca toda su esplendoroso desastre.

lunes, 25 de enero de 2016

Maldeojos. Puto país



Puto país
(Artículo publicado el domingo, 17 de enero, en diarios de EPI PRESS)

      Demagogo, me dirán. Pues vale, para usted la perra gorda. Pero lo voy a decir. Dicen que Francisco Nicolás, el Pequeño Nicolás, o Fran, o como puñetas se llame o se haga llamar, gana al día, dentro de la casa de Guadalix de la Sierra, 3.000 euros. Es posible. Es posible que gane eso, que gane más, o que gane menos. Es posible. Pero da igual. Y da igual porque gane lo que gane, gana más que un maestro de escuela, que un profesor de instituto, que un médico de la sanidad pública, que un investigador. Y ahora siga llamándome demagogo, pero esa es la realidad. Telecinco hace bien en ganar dinero a espuertas con programas deleznables como Gran Hermano, sea su versión ordinaria de gente ordinaria, corriente y moliente, o sea su versión VIP con gente conocida, pero de una ordinariez testada. Dice Nicolás que la razón por la que entra a ese basurero es para que “la gente sepa cómo soy de verdad” –España está deseándolo-. En su presentación dijo algo que me produjo una alegría súbita. Dijo que le molesta, al estar en la casa sin saber lo que ocurre fuera, no saber quién será el próximo presidente del Gobierno, y cuando le preguntaron quién quería que fuera no dudó en contestar: yo. Este pájaro sería un digno representante de un país engatusado con sahumerios friqui-horteras-macarra-chonis de la más elaborada calidad. ¿Han visto a Raquel Bollo –quién puñetas es Raquel Bollo- reflexionando como sólo ella sabe hacerlo, o sea, adornando su inanidad con gestos de una solemnidad hilarante? Esta loba vive del rollo que le permite la audiencia que la mantiene con un currículo incontestable, haber estado casada con un cantante que la maltrató que es primo de Isabel Pantoja. Se acabó. ¿Cuál es el currículo de Rosa Benito -quién es Rosa Benito- para estar ahí? Haber sido la peluquera que le ponía los pelos huracanados a Rocío Jurado


La vagina de Chiqui
Gran Hermano VIP tiene tanto nivel, han rebuscado tan profundo en el muladar, que han dado con una perla única, con una tronista de Mujeres y hombres, pero ojo, son palabras mayores, es Belén Roca, sexy y femenina, dice, pero no basta con eso, y lo sabe, y por eso añade que al principio no suele caer bien, “no sé si por mi físico o por mi inteligencia”. Seguro que por esto, guapa, por tu inteligencia. Lleva sangre de Nobel, es un Cela degrado. Heredó la parte vulgar de Camilo, la de los pedos, eructos, orinales y defecaciones. Y como la inteligencia es la prioridad, los del concurso han rebuscado hasta dar con Sema. Que se pare el mundo. Es un pobre mariquita cuya hazaña es hacer reír con su pluma y su desvergüenza a Isa Pantoja. ¿Suficiente para estar en GHVIP? De sobra. Estos desechos –es el concepto de VIP para Telecinco- son capaces de todo, sin escrúpulos, firmar lo que sea, hacer que ganen espuertas de dinero los accionistas y socios de Mediaset mientras ellos se llevan las migajas, y aún así siguen ganando más que un médico o un maestro de escuela, un sindiós que permite este puto país, que apoya con su complicidad que estos valores de escándalo se propaguen y perpetúen. La economía no lo es todo, claro que no, pero gran parte de la sociedad se mueve por algo tan simple como la relación que existe entre lo que ganas y el prestigio. Fíjense, sin salirnos de la órbita de estos cantamañanas, que hasta van a dar en directo en Sálvame el parto de una señora que se llama Almudena Martínez, conocida en la cadena basura como Chiqui. ¿Cuál es el currículo de Chiqui, por qué ese interés en su parto, por qué ponerle una cámara enfocando su vagina en el momento en que dé a luz? Por haber participado en Gran Hermano hace unos años, además de en Supervivientes. ¿Y por qué concursó, si no es ni guapa, ni lesbiana, ni musulmana, ni agresiva, ni calientapollas, cuál es su arquetipo? No mide más de un metro. Concursó por ser enana.


David Bowie y su ex
La señora está preñada, y como María Patiño lleva en su vena el periodismo y es capaz de oler la noticia como un perro huele la mierda de sus adversarios, le dijo en directo, por favor, por favor, hecho tan notorio tendría que ser contado como merece, o sea, entrando en el paritorio y recogiendo el momento. Y Almudena, que vive de su cuento, hizo cábalas, sacó su calculadora mental y los números sonaron en su cuenta. Dijo sí. Es pasta, sólo pasta. Por encima de todo. Incluso de los principios que teníamos como línea roja que no se debe cruzar, término que es moneda corriente para usar según convenga, es decir, sin valor. Me imagino a la reina Letizia haciendo la maleta con primor para tenerlo todo listo y viajar a Arabia Saudí, ese paraíso de paz, democracia puntera, país de libertad, igualdad, país ejemplar donde los derechos humanos son la prioridad. Me la imagino doblando con esmero su hiyab integral, de un elegante negro riguroso, aunque por debajo se ponga braguitas rosa y vestidos picantes para que su marido no se fije en otras lagartas saudíes, que  con lo poco que les dejan tener al aire, los ojos, son capaces de levantarte al maromo y llevárselo al primer pozo de petróleo que tengan a mano y recostados en el rescoldo de la arena del desierto abrirse de patas como beduinas de club. A ese país va el séquito de nuestro Jefe de Estado y nadie se corta las venas. Es un país monstruoso, nauseabundo, pero ningún gobierno español lo señaló con asco y desprecio. Claro que a quién puñetas le importa eso. ¿A las Raquel Bollo de marras? Murió el mito en vida David Bowie, y su exmujer, Angie, no lo supo en el momento porque…porque está concursando en el Gran Hermano VIP británico. ¿A qué tipo de necesidad o ruina moral hay que llegar para decir sí a ese encierro tan vejatorio? ¿Qué grado de miseria intelectual hay que alcanzar para parecerte normal dedicar un tiempo de tu vida viendo esos ganapanes? La peste no es sólo española. Puto GH. Y puto país, que no es el de la infanta, mi rey, que ella está en otras haciendas. Es lo que tiene ir de Botín a Borbón. Y esto no es publicidad, abogada.

La guinda
Pablo Motos
Casi nadie lo supo. Pero el lunes, cuando Alejandro Sanz acudía a El hormiguero, el máximo responsable del programa, Pablo Motos, acababa de perder a su padre. De cara a la gente, sólo unos abrazos sentidos entre el presentador y el cantante y un gracias apenas audible quedó como testimonio. Es la diferencia que separa a quien sabe que una cosa es su vida íntima y otra la pública –ay, Maritere Campos, aprende-.