sábado, 28 de febrero de 2015

Maldeojos. Mota el grande



Mota el grande
(Artículo publicado el martes, 24 de febrero, en diarios de EPI PRESS)

      De nuevo, lo que no dice el Telediario lo dice, con humor, pero no menor sentido de la oportunidad periodística, José Mora presenta…, lo nuevo-viejo de José Mota para la noche los viernes en La 1, que habla de fuga de cerebros en pateras Manzanares arriba, hasta llegar a Berlín, o de economías punteras y compradores desatados en mercadillos a ras de calle, con contenedores repletos de pantalones a saldo y gente que no puede comprarse otra cosa. Nada que ver con la España que a diario nos dibuja el Telediario, que mantiene abierta una sección para hablar de una economía sana, sin fisuras, y sin mártires de una crisis trazada para su beneficio por los servidores a sueldo de banqueros y grandes empresas. José Mota presenta… es eso, un programa de gags que parodian sobre todo a la tele y a sus personajes.

      Y de nuevo, ya que Pablo Iglesias no tiene cabida en la tele pública, salvo a través de terceros, sea gracias a los comentarios de Soraya Sáez de Santamaría o de cualquiera que ponga a parir a Podemos, gracias a Mota vemos al Coletas en El objetivillo de Ana Pastorcilla y nos echamos unas risas con él. El programa no sólo atiende aspectos como la política o los asuntos sociales de más actualidad, pero lo destacable es que no los rehúye, no los evita, es decir, José Mota ha vuelto a la televisión pública haciendo un buen programa para la televisión pública. El humorista ha ido refinando su trabajo, ha ido puliéndolo, y sin dar la espalda a sus personajes más bizarros ha incorporado otro tipo de perfiles, y ese refinamiento también se agradece. Por cierto, muchísimo más mono y humano el Juan Carlos Monedero de Mota que el original. 

No es una alucinación. Es José Mota, es Juan Carlos Monedero. José Mota presenta... es una magnífica radiografía social y política del país, justo lo que deberían ser los informativos de la televisión pública. Manda lelereles que sea un programa de humor el que ocupe el lugar de los telediarios.

jueves, 26 de febrero de 2015

Maldeojos. Universo cómico



Universo cómico
(Artículo publicado el domingo, 22 de febrero, en diarios de EPI PRESS)

      Que la señora Mariló Montero diga en directo, con ese flequillo tapándole la frente que la hace tan lela, que oler limones puede prevenir el cáncer, puede resultar gracioso. Deja de serlo cuando la señora Montero, con su flequillo lacio tapándole la frente para acusar aún más su cortedad, lo dice en serio, y lo dice en la tele pública, y nadie en la tele pública le corta ese flequillo que le tapa la frente para que no parezca la tonta del pueblo. Cuando una señora como Mariló Montero, con flequillo o sin él, dice en la televisión pública que oler limones puede prevenir el cáncer, lo dice en serio, y la dejan que siga ahí, Mariló Montero está al servicio de la línea marcada, del derrumbe, del desprestigio. Cuando en el mismo programa se da crédito a Pilar León, una empresaria de las yerbas, para vender los milagros de la homeopatía y de paso hacer caja, ni siquiera resulta simpático. Es lamentable. Copio, sin quitar una coma, de la web de La mañana de La 1. “El 40% de los españoles medicados toma mal su medicación. Es frecuente que se olvide tomar su pastilla o que los tratamientos se interrumpan antes de tiempo. Esto es un error, una imprudencia. Hablaremos –en el programa- de remedios naturales que sustituyan la medicación y algunos trucos que nos ayuden a llevar el control –de la toma de pastillas-”. Ha leído bien. ¿Remedios naturales que sustituyan la medicación? ¿Esto es una broma? No, no lo es. De hecho, la Organización Médica Colegial, OMC, ha estallado y ha escrito una carta al Defensor del Espectador pidiendo explicaciones, rogando que no se frivolice con asuntos tan serios y menos en la tele pública. Pero la del flequillo que le tapa la frente y la hace tan lerda tiene su teoría. Es que, dice, todo lo que digo se magnifica, todo se malinterpreta, soy consciente de que las cosas que digo tienen repercusión. Ella es la Alexis Tsipras de la fatuidad.

Es inaceptable que esta pájara, en la televisión pública, con ese flequillo tapándole la frente que la hace tan lerda, diga que oler limones previene el cáncer. TVE ha puesto los puntos sobre las íes. Ni tocarla, coño, que te pego, leche.



 El vidente del culo

      pasa como le pasa a Isabel Pantoja y al cerdo, que de ellos todo interesa. Me enteré la otra mañana de que la madre de Paquirrín está enamorada. Bueno, encoñada. Bueno, que tiene algo con un masajista de la cárcel. En realidad, que se deja querer por este maduro maromo que da paseítos con ella, se suponer que por los largos, inhóspitos, y hostiles pasillos del trullo. Los detalles los desgrana un tal Jose, apostado a la puerta de la cárcel de Alcalá de Guadaira, que al final desvela que la impresión que le da a él es que el masajista, que antes tuvo rollos con otras internas, quiere notoriedad, y liándose con la tonadillera seguro que pilla cacho. Veo la escena, entre risas, sabiendo todos que lo contado puede no ser verdad ni tiene por qué serlo, en Antena 3, en Espejo público. Susana Griso está despachando los últimos minutos de programa, y creo que tiene una pata en el estudio y la otra en el fin de semana, así que tampoco hay que tomarse las cosas muy en serio. Y si es algo de la Pantoja, todavía más. Cualquiera con tres dedos de frente se toma estas cosas como lo que son, un divertimento, gotas de humor en una mañana complicada de televisión. Podía haber redondeado el cachondeo invitando al plató, para ver si la historia de amor tiene futuro, a Ulf Buck, el vidente alemán que te habla del porvenir leyéndotelo en el culo. Como suena. Te bajas el pantalón, y el tipo, en cuclillas, a la altura del ojete, descifra tu futuro. ¿Qué haría la del flequillo que le tapa la frente y la hace tan cortita? Pues invitar a Ulf Buck, sentarlo en la mesa de Saber vivir, llamar a alguien del plató, decirle que se baje el pantalón, colocar al vidente a la altura del ojete, y asegurar que es una nueva técnica científica que detecta, en las estrías de la piel del culo, si te falta hierro, te sobra colesterol, o tienes células cancerígenas. Mariló Montero es al periodismo médico científico lo que los flipados de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? son al amor, una burla, una provocación, un agravio.
Es intolerable que TVE no haya contratado, ya, como colaborador especial de La Mañana de La 1, a este adivinador, Ulf Buck, que lee el futuro leyendo el culo. ¿Se imaginan? ¿Ganará Rajoy? A ver ese culo, señor presidente. Y así hasta el descojone de ver a la propia Mariló con las bragas por los pies para echar unas risas. Que lo contraten, coño.


 Chunguita

      Esos chiquilicuatres con los que Cuatro hace caja forman un universo cómico regulado, controlado por férreos guiones. Ofertan un espectáculo con sus propios códigos, tanto para el participante, que sabe a qué atenerse, qué se espera de él, y qué tiene que ofrecer ya que lo escogieron por su peculiaridad, como para la audiencia, que ha de responder a ese estímulo. Escogieron a Rafa por ser millonario con 22 años. A Sandro por ser gay –que no falte la cuota, que cuatro locas soltando plumas dan mucho juego, copón, y si eres muy, pero que muy de Aznar, bingo, ya sólo falta que le ponga velitas para que vuelva y salve a este país en manos de maricomplejines como Rajoy-. A Markus por ser modelo aunque su nombre es Daniel creyendo que así tiene más futuro, y por decir que su mujer ideal es un putón que sea muy familiar y que se lave mucho. O a Diego por su amor a las películas de serie B o por la copla, o por la música hortera de los 70/80, o por su colección de estampitas de vírgenes. En el lote de la selección, del duro casting, van las madres, piezas fundamentales de esta parada de los monstruos. Con todos ellos trasiega Luján Argüelles, que a pesar de los pesares se salva por su ironía, por sus comentarios, sus pullitas, y por su distancia en las situaciones. Forma parte de esa propuesta, de ese universo que a mí me da grima y a mucha gente le divierte, pero hay que reconocer que no llega al ridículo de tomarse en serio como hacen la mentada Mariló Montero o Mercedes Milá, que a pesar de manejar mierda a espuertas tratan de salvarse enmascarando su pestoso trabajo con gestos y soflamas de una gravedad patética. Cuando los códigos están claros, no hay trampa. La mañana de La 1 no es un programa de humor, pero la señora del flequillo lacio que le tapa la frente como una lerda hace de la tele pública un hazmerreír insoportable. En el magacín de la pública yo no quiero a una señora que dice que oler limones previene el cáncer porque esa señora está haciendo méritos para formar parte de los chiquilicuatres de Luján Argüelles como estulta presentadora, necia como una chunguita más.



La guinda
Extraña pareja
Lo que me faltaba. Santiago Segura y Alaska juntos, en La 1, haciendo un programa de madrugada. Es el Torres y Reyes o el Alaska y Coronas que emitía La 2 con éxito y buen hacer. Recordemos que detrás sigue estando Santiago Tabernero, realizador que jamás se conforma con lo obvio. Pero ni aún así. Alaska la sobrellevo cuando no está con su fardo marital. Pero el amigo Torrente me supera. ¿La cita? El lunes. Veremos.

martes, 24 de febrero de 2015

Maldeojos. La mafia



La mafia
(Artículo publicado el sábado,  21 de febrero, en diarios de EPI PRESS)

      Que no, que no hablo del hampa, ni siquiera de los delincuentes a sueldo que, nada por aquí, nada por allí, han desaparecido el sumario del borrado de los ordenadores de Luis Bárcenas. Hablo de La mafia, y no, tampoco es ese clan socialista bajo el que unos se protegen a otros, y cuando unos están arriba, a pesar de decirle a Jordi Évole una cosa, por ejemplo que en cuanto alguien sea imputado, ese alguien sale pitando, pierden hasta la vergüenza, la memoria, y se bajan el pantalón de la dignidad ante los ciudadanos y donde dije imputado y a la calle ahora digo imputado y delito. Mafia. Descrédito. Lo de Pedro Sánchez sorteando a los periodistas en los pasillos del Congreso sólo es un poco mejor que lo de Rajoy porque, tratando de esquivarlos, al menos no salió corriendo por la puerta de atrás.
 
      No hablo de esta mafia. Hablo de la cadena de restaurantes La mafia, cuyo responsable de Comunicación, Pablo Martínez, se hizo en La Sexta El jefe infiltrado. El programa demostró, como tantas otras veces, cómo el día a día, y la gente de la calle tratan con absoluta normalidad lo que así es. Uno de los encargados de la franquicia de Granada, Richard, demostró ser muy exigente. El jefe quiso saber más de él, y habló con quien mejor lo conoce, su marido. Mientras, en el Metro de Madrid se investiga un documento que insta a los revisores a solicitar con más insistencia el billete “a gais, músicos, y mendigos”. ¿Gais, músicos, y mendigos? Entre el matrimonio homosexual granadino y el documento del Metro madrileño hay un abismo. En mitad, algún tarado que se resiste, como algunos políticos, a entender este tiempo. Esas mafias tienen los días contados. 

Richard, encargado de la franquicia granadina del restaurante La mafia, que participó en El jefe infiltrado -La Sexta, los miércoles por la noche-.


sábado, 21 de febrero de 2015

Maldeojos. No me fío



No me fío
(Artículo publicado el jueves, 19 de febrero, en diarios de EPI PRESS)

      Creo que si ves Levántate, otro invento con niños que cantan, esta vez acompañados por adultos de la familia, no tienes ni que mear. De tanta lágrima como sueltas. Es empezar y no parar. Así es Telecinco. Está en todo. Y cuando se pone fina es que se derrite. Si como cadena zafia y chabacana es la reina del espectro, capaz de crear chusma en sus diferentes negociados a una velocidad inigualable, como cadena sensible que te dobla el espinazo por la emoción tampoco tiene rival. Es tan sensible y delicada, y se dirige a corazones tan finos, que en su estreno, Levántate contó con Adrián, un niño de apenas 10 años con hidrocefalia que puso en pie al público, al jurado, al presentador. ¿Por qué un programa de entretenimiento cuenta con un niño que tiene hidrocefalia? Porque Telecinco es una cadena que quiere llegar a los corazones desde la emoción.

      Por eso en Levántate se habla de emociones a flor de piel, lágrimas, vellos de punta, y se ve a Jesús Vázquez, el presentador de tan emotivo concurso canoro, lloriquear, y se le escucha decir que no puede hablar al terminar la actuación de, por ejemplo, David y su madre Paqui, que se arrancan por Rocío Jurado diciéndose uno al otro Como yo te amo. Una de las juradas, Ruth Lorenzo, hipó tanto que apenas se le entendió, y cuando se recuperó, al hablar de su madre, trilló una parva llena de tópicos, lugares comunes, y exaltaciones de adolescente desatada. Pedro García, el hermano mayor, también está de jurado, lo que deja claro que la música importa una mierda. No me fío. Eso es lo que quiero decir. No me fío de Telecinco. No me fío cuando se pone sensible. Levántate es como Hay una cosa que te quiero decir, pornografía sentimental. 

Cuando hay niños en medio, y además anda Telecinco manejando, no me fío. El paso de la chabacanería más burda de una programación para consumidores muy exigentes con la calidad de la basura a otra que apela a las lágrimas me pone en tensión. Creo que es la misma mierda.

viernes, 20 de febrero de 2015

Maldeojos. Advertencia



Advertencia
(Artículo publicado el martes, 17 de febrero, en diarios de EPI PRESS)

       Una producción modesta no tiene por qué ser una traba. Esta noche se estrena en Antena 3 Bajo sospecha, una serie modesta pero de factura y resultados más que aceptables. La vi cuando en el FesTVal de Vitoria se estrenó el primer capítulo, el que esta noche verá la audiencia. Es una producción de Bambú, dato importante porque si esta productora está detrás de una serie el resultado tiene que ver con el mimo y la calidad. La aclamada Velvet o Gran Hotel son productos de Bambú. Bajo sospecha cuenta la historia de cómo en un segundo la vida da un vuelco y todo cambia. Una familia celebra la comunión de una niña. Pero cuando se van a hacer la foto de grupo, la niña ha desaparecido. Ese es el dramático arranque. Cualquiera de los adultos de la ficción es sospechoso.

       También los padres, los tíos, los abuelos. Recuerda en este aspecto, como es lógico, a la excelente serie británica Broadchurch, que también emitió Antena 3. Para investigar el caso llegan al pequeño pueblo dos policías jóvenes, Víctor y Laura, quizá demasiado jóvenes, sobre todo en el caso de él, Yon González, que ni con barba disimula su carita de crío, y Blanca Romero, supongo que las concesiones “guapas” que hay que hacer para que un producto tenga tirón popular. En este aspecto Bajo sospecha nada tiene que ver con Broadchurch, que apostó por actores maduros, poco conocidos, sobrios, y de una excelencia apabullante. Al reparto se suma, entre otros, Lluis Homar en el papel de comisario, el único que sabe que Víctor y Laura son policías que se hacen pasar por una pareja de enamorados. Advertencia. Bajo sospecha engancha si te descuidas. 

Foto casi de familia de Bajo sospecha, que el FesTVal de Vitoria estrenó en primicia. El resultado es más que aceptable a pesar de ser una producción de mediano coste. Sin embargo, la señora de rojo, Blanca Romero, que hace de poli junto a Yon González, chirría más que la carreta del malo. Pero me quedo con lo positivo, y lo positivo es la apuesta de Antena 3 por la producción nacional, por el tejido laboral que se crea con series como la de Bambú Producciones. En el otro extremo ya sabemos lo que hay, una Telecinco volcada hacia el abismo más cutre y chabacano.