viernes, 30 de noviembre de 2018

Maldeojos. Ritmo urbano


Ritmo urbano
(Artículo publicado el jueves, 29 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Me acerco a Ritmo urbano con la certeza de que no es un programa para mí, para la gente de mi generación, y a pesar de eso tengo la convicción de que ha de existir, y de que La 2 no es sólo su lugar ideal sino que es su obligación emitirlo. Lo primeo que piensas cuando empieza el programa es que la juventud que hace Ritmo urbano y la juventud a la que se dirige Ritmo urbano están en otra galaxia, que no es la tuya. Pero si te quedas un ratito y desbrozas la palabrería importada del inglés, esa puta tendencia a no confiar en nuestra lengua, esa manía de catetos de echar mano de otras expresiones como si no tuviéramos herramientas en la nuestra para nombrar lo mismo, y no te dejas avasallar por términos como grafiti, “breaking”, “beatbook”, “freestyle”, “showcase”, “bboyiong”, “skate”, “roller”, “parkour”, si haces eso, si te quedas con la esencia de lo que hace la gente de Ritmo urbano, te das cuenta de que no son tan marcianos.
     Presentado por el cantante y rapero alicantino, los troveros de toda la vida, nacido como Guillermo Rodríguez, y evolucionado a Arkano, -¿dónde va un gallito en una pelea de ídem llamándose Guillermo?-, y dirigido por Francisco Reyes, el programa hace un repaso semanal los miércoles a las 9 de la noche por eso, por la cultura urbana, y abarca el baile, la música, la fotografía, su literatura, sus ídolos, o las tendencias en todo tipo de creaciones artísticas relacionadas con esta pequeña gran selva. Ritmo urbano comenzó su andadura en 2012 presentado por  El Chojín, otro rapero, que cedió el plató al de Alicante, al que se le nota esa espontaneidad del que sabe improvisar ante el público. Vea Ritmo urbano con los adolescentes de casa. Le ayudará a conocerlos.


Maldeojos. Qué vergüenza


Qué vergüenza
(Artículo publicado el martes, 27 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Estoy acabando de ver la primera temporada de Vergüenza, la serie producida por el gigante Movistar y emitida bajo demanda para sus clientes. Está protagonizada por Javier GutiérrezÁguila roja, Estoy vivo, o Campeones, la película de Javier Fesser que irá a los Oscar- y por Malena AlterioAquí no hay quien viva, La que se avecina-, y de verdad que es una de las pocas veces que he sentido vergüenza como espectador, pero vergüenza no por ser una mala serie o porque sus interpretaciones son penosas, no, vergüenza porque los guiones de Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero te llevan, de la mano de los protagonistas, a unas situaciones de verdad límite, eso que más de uno conocemos como vergüenza ajena. Es terrible. Te quedas pillado ante la pantalla con los momentos de analfabetismo social de este matrimonio que no conoce el pudor.
     Cada capítulo aborda diferentes situaciones –dar la enhorabuena a la vecina por un embarazo cuando sólo es tener un poquito de barriga, dejar los calzoncillos tirados en el bidé con su manchita de caca, y todo, en el día de la visita de los suegros, confundir la amabilidad de la novia a la que Jesús, fotógrafo de bodas, le hace un reportaje, con su pretensión de ligar, o mirar con deseo las tetas de la suegra en una comida familiar-. Los dos grandes artistas, un enorme Javier Gutiérrez y una fantástica Melena Alterio, son el dedo que buscaba el anillo de sus personajes. Sin estridencias, con matices que sólo un actor de alta comedia es capaz de sacar, tanto él como ella parecen ser el Julio y la Nuria, auténticos maestros en cagarla y extrañarse de que los demás se extrañen. Vergüenza es adictiva –ya se graba la segunda tanda- por ver qué será lo siguiente.

Maldeojos. Los Javis S.A.


Los Javis S.A.
(Artículo publicado el domingo, 25 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     A ver, audiencia, a ver, público, a ver, teatreros, a ver, seguidores de la inefable Paquita Salas, a ver, Brays Efe –estaba cantado que una parada en la meteórica carrera de este canario era, tras el fulgurante y arrollador éxito de la serie que nació en Flooxer y saltó como un lince a Netflix sería Tu cara me suena, donde cada semana demuestra que el treintañero tiene una innata capacidad para el cameo, para la simulación, para ser uno y mil, un camaleón que es capaz de emocionar cuando canta como si fuera Manzanita el clásico La quiero a morir-, a ver, adolescentes que aún no tenéis claro si os va la carne o el pescado, a ver, señores y señoras, ¿no queréis una taza?, pues toma la olla entera con caldo de Javier Ambrossi y Javier Calvo, Los Javis, marido y marido, pareja in en la España que cree haberse quitado la pelusa del rechazo por cuestiones de gusto sexual. O sea, Los Javis Sociedad Anónima. Los Javis S.A. Este matrimonio es el puto amo de la tele, del cine y del teatro. Se rifan a la pareja. Son las Campos con pito, los Alaska y Mario con menos pluma, las Kardashian patrias con menos culo postizo, la fantasiosa Ana Obregón sin tanto cuento, la Tamara Falcó, otra Preysler S.A., sin el rosario a cuestas. Por cierto, una Campos, Carmen, se ha hecho un Cámbiame en Sálvame y después de pasar por el tren de lavado de nutricionistas, esteticistas, artistas, rollistas, y peluqueros en acción, zas, la nueva Carmen Borrego es como Terelu Campos, que “pasa por malos momentos de nuevo al tener que operarse de urgencia”. La putada es que no se viera la operación en directo, tal como merece la audiencia y Las Campos tendrían que haber previsto. Terelu entra y sale del quirófano como entra y sale del plató para vender que entra y sale del quirófano, entradas y salidas que son un negocio para la familia, que vive el drama de la mastectomía con una generosidad admirable, quizá tal vez recompensada por el sonido de la caja familiar haciendo caja. Digo yo, pero no me hagan mucho caso, que nunca se sabe cómo funcionan las empresas por dentro.

Tongo en OT
     Un Ondas para Paquita, y Los Javis, allí, en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, en plan señores y muy en su papel de abanderados de toda reivindicación que se precie, en esta ocasión recordando la importancia de todas las actrices, sobre todo de esas que se quedaron en las cunetas a pesar de tener un Goya o un pasado como protagonistas de series que en su día lo fueron todo y hoy nadie recuerda. Y cómo no, a las actrices transexuales, reducidas a “una mísera figuración”. Gestmusic está prendada con estos prendas, y se rumorea que prepara algo, que urde un no parar, una cinta sinfín, un continuo, una llama que no cesa, un canal 24 horas, un programa que retratara su día a día, y que dicen que podría emitirse en Cero, lo de Movistar. Dicen. Yo que TVE me tiraba al pescuezo de la idea y no la soltaba hasta tenerlos amarrados. ¿Cómo hacen el amor, cómo escriben sus guiones, dejan la puerta del baño abierta si uno está defecando, se tiran cuescos bajo las sábanas? Los actuales profes de Operación Triunfo –después del zapatazo a la actriz Itziar Castro, que la bajaron del barco porque no “alcanzó los objetivos previstos” como profesora de actores-, y puestos a reivindicar, han de aclarar si en OT hay o no tongo, pero tongo hasta el corvejón, como se vio en una gala en la que un plano pilló los papeles del jurado con las calificaciones de los triunfitos antes de que las criaturas cantaran. Ay, ingenuos. Si Los Javis S.A. preparan un Alaska y Mario y nos cuentan las veces que lo hacen, es de ley que pongan ley en la selva industrial de Operación Triunfo, pero ya intuyo que esa flecha no rozará ni el pericardio de los jefes. ¿Son los únicos en el carromato de la fama que forman una sociedad anónima? Qué va. Los León S.A. también van viento en popa, y tal vez en pompa. La matriz es Paco León, seguido de su hermana María –acaba de renovar para la quinta temporada de Allí abajo-, y como la mamá Carmina Barrios pedía a gritos un lugar en el altar de ese negocio lo consiguió convirtiéndose en un personaje, ordinario y previsible, y un poco chabacana, en Carmina o revienta, que luego prolongó en aquel anuncio para pagar calderilla con el móvil. Como no puede ser otra cosa, sólo es Carmina Barrios, igual que Santiago Segura, que sólo puede ser eso, Santiago Segura S.A.

Pierde pierde pierde
     Y ahora Carlos Sobera –comanda el restaurante del amor, del estrambote, lo grotesco, el despiporre y el friquismo sinfín que es First dates y el lacrimógeno y trasnochado Volverte a ver, uno en Cuatro, el otro en Telecinco-. Un Sociedad Anónima que salta a otras pantallas convertido en un animador de juego online en un anuncio insoportable. Insoportable por lo que anuncia, es decir, por estimular la ludopatía siendo ésta una de las últimas y más peligrosas adicciones de nuestra juventud y de la gente con menos recursos. E insoportable por el anuncio en sí. No soporto la voz machacona del narrador con un toque de secreción sexual de cuarto oscuro, maloliente y pervertido. Entra entra entra. Mira mira mira. Apuesta apuesta apuesta. Sufre sufre sufre. Ríe ríe ríe. Salta salta salta. Vive vive vive. Y en la pantalla diversos Carlos Sobera poniendo caras de mirar, apostar, sufrir, saltar o vivir. La corrida termina con lo que se pretende. Apuesta, apuesta, apuesta. O sea, déjate la guita animado por una explosión como de orgasmo final. Seguro que a Carlos Sobera S.A. le da igual si por su mor alguien pierde hasta la vergüenza jugando en ese casino virtual pero tan peligroso o más que uno real. A ver quién le pide luego explicaciones. Las redes sociales ya lo hacen, y lo ponen a caldo con lamentos durísimos. A don Carlos, ceja arriba, ceja abajo, le compensa por la pasta que gana haciendo que la pierda la gente. Ya mismo vemos a Los Javis S.A. al lado de los agraviados por Sobera en plan Ferreras&Pastor, otros S.A. versión más periodismo, enviando a Paquita Salas para darle bolsazos y que sea él quien sufra sufra sufra.

La guinda
Política y esputos
Lo vi. Lo vi en directo. Vi la intervención de Gabriel Rufián, el hooligan de ERC, puro serrín y estiércol, como dijo en el hemiciclo Josep Borrel con atino en su respuesta, y vi el saludo triunfal del histriónico político catalán con los brazos abiertos mirando con chulería y reto al respetable. Pero el respetable no estaba allí sino en casa. Convertir la política en un circo de payasos y testosterona da alas a la extrema derecha, niñato.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Maldeojos. Ava y Franco


Ava y Franco
(Artículo publicado el sábado, 24 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Me he bebido de un trago secuenciado en sesiones de tres noches la divina Arde Madrid que tiene en su oferta bajo demanda Cero, el canal de Movistar+. La historia de la serie de ocho capítulos la han escrito Anna R. Costa y Paco León, que además la dirige y da vida a Manolo, un personaje que sube o baja, que va y viene, que es un vividor y que su escrúpulo moral, en aquella España de los sesenta, cuando Franco vivía su esplendor de caudillo amado por cojones y temido con razón, es tan endeble como la grandeza de esta historia sobre la desmadrada vida en Madrid de la actriz Ava Gardner, que  interpreta Debi Mazar. A su casa llega, como espía de los lameculos del régimen, enviada por una cautivadora, fascinante, patética y potente jefa de la Sección Femenina interpretada por  una Carmen Machi poderosa, Anamari, estupenda Inma Cuesta, franquista, coja y pacata, para vigilar si la yanqui pecadora recibe en su casa a células comunistas.

     El capítulo final de la adictiva serie –blanco y negro, con una banda sonora con coplas de la época- resume aquellos años de acero que, colados por el cedazo del tiempo, la distancia, y la libertad, da como resultado un régimen político ridículo, mojigato, cruel e ignorante. Una de las escenas de ese capítulo se convierte en símbolo de aquellos años. Un cuadro flamenco ameniza la juerga de la yanqui, la guardia civil irrumpe pidiendo la autorización por reunión tan multitudinaria, dos perritos se alivian en la cocina, Perón e Isabelita, vecinos, protestan por el desmadre, un general americano pide explicaciones a los guardias civiles y los amenaza, en fin, los artistas gitanos, raciales, se van de allí con la música a otra parte. Ante Ava, el régimen franquista era aún más patético. 




lunes, 26 de noviembre de 2018

Maldeojos. Telediario de museo


TD de Museo
(Artículo publicado el jueves, 22 de noviembre, e diarios del grupo EPI PRESS)

     Allí estaba Carlos Franganillo ante Las meninas, de espaldas a la obra de Velázquez, y en directo, a las 9 de la noche, abriendo el Telediario –la otra noche, aunque desde el plató de Torrespaña, fue cazado por el realizador cuando no debía bebiendo un trago de agua de un botellín, fallos que a mí me gusta vivir en directo porque humanizan la, a  veces, necesaria imagen de estatua de este tipo de presentadores-. Me emociona como espectador que la televisión pública traslade al Museo del Prado, pinacoteca que celebra el próximo año su bicentenario, a todo un equipo para abrir el informativo desde una de sus salas más visitadas. Fue el lunes, y convirtió en primera noticia el cumpleaños del museo cantado por sus trabajadores. Esta novedosa visita de TVE a nuestro museo nacional más conocido mostró las obras más visitadas, entre las que está El jardín de las delicias, de El Bosco, obra ante la que, se dijo, la gente pasa más rato en su recorrido.
     También se aprovechó la ocasión para enseñarnos algo que apenas nadie ha visto, y que se conoce como “los peines”, paredes móviles en las que se cuelgan joyas que esperan a ser expuestas y que descansan en los sótanos del edificio, reportaje que firmó Carlos del Amor. A la emoción de convertir en plató de televisión el Museo del Prado en su 200 aniversario, elevando la cultura a la categoría e importancia que merece –más allá de la mera gestualidad, y desde luego como otro rasgo del nuevo aire que se vive en los informativos de TVE- hay que añadir uno de los momentos más vibrantes de la noche, el apagado de las luces del museo, tal como se hace a diario, para dejar en penumbra obras que tanta belleza y luz irradian. Fue un Telediario para enmarcar.



Maldeojos. Sexo adolescente


Sexo adolescente
(Artículo publicado el martes, 20 de noviembre, en diarios de EPI PRESS)
     Lo ha vuelto a hacer. El equipo de Salvados, a cuyo frente está Jordi Évole, ha vuelto a llevar el programa a cotas que sobrepasan el estrecho mundo de la televisión. Desde el primer minuto se adivinaba lo que se nos venía encima. Y se nos vino. Se nos vino algo más que los contenidos de un formato de televisión para el domingo por la noche. Sexo, la mala educación, juntó a un puñado de chicos y chicas para hablar de sus cosas más íntimas, de sus deseos, de una sexualidad que están aprendiendo, aunque en estos tiempos parezca lo contrario, a golpe de red social, en sesiones de porno, y aún así dijeron cosas que como espectador te dejan fuera de órbita. El último Salvados debería de formar parte, como enseguida se propagó por internet, de los programas de educación sexual de los institutos del país. Gran programa.
Soy yo, decía una chica, la que se tiene que recuperar –de haber sufrido maltrato- y no él, que me trataba como una puta, como una guarra, hasta que una orden de alejamiento separó al canalla de Julia. Su desgarrador testimonio formó parte de un debate entre una selección de chicos y chicas que contaron sus vergüenzas, sus indecisiones, sus miedos por no formar parte del grupo, su claudicación al poder de las redes sociales –otra chica llegó a decir que “somos esclavos de Instagram porque si te quitas te encuentras fuera de todo”-, donde se fabrica una imagen que a veces nada tiene que ver con la realidad y sí con el “postureo”, y que hoy, si das un “like”, es como decir que quieres rollo, que ya no dicen hacer el amor sino follar, y que a pesar de todo, la sexualidad, aunque cambie la forma de llegar al otro, sigue moviendo el mundo. Vean este Salvados, sabrán más de sus hijos.


Maldeojos. ¿Cuánto te mide?


¿Cuánto te mide?
(Artículo publicado el domingo, 18 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Ya estamos. La pregunta del titular, como supongo imaginan, tiene truco porque esta página, y este medio, no va de eso, aquí no se preguntan esas cosas, siendo esas cosas, la cosa. Creo que está claro. ¿Entonces a qué me refiero cuando pregunto cuánto te mide lo que sea? Es un cebo. Un truco periodístico. Es un titular llamativo que roza aquello de lo que se quiere hablar. Lo usan no sólo en Sálvame, maestros del disimulo, maestros del encubrimiento, de la exageración y la cocina informativa. También te lanzan el cebo oportuno en programas más serios, desde el informativo de Helena Resano en La Sexta, que pone unas imágenes mientras la voz del reportero te deja con la miel en los labios para que termines la noticia en la correspondiente aplicación de tu móvil, al cebo que lanza Mamen Mendízabal en Más vale tarde y que se resolverá en cuanto termine el bloque de publicidad, y aseguro por la pilila incorrupta de Franco que se vuelven locos vomitando anuncios. Vale. Las medidas se resuelven echando mano de los centímetros. ¿Sabían que hay en La Sexta, los sábados por la mañana, un programa que se llama Centímetros cúbicos? Yo tampoco. Lo que sí parece lógico es que cuantos más centímetros, sea de lo que sea, la cosa es más grande, tiene más potencia, es decir, más prestigio. Referido al mundo motor, centímetros cúbicos se refiere al volumen, es decir, al tamaño del mismo. ¿Ven? Al final sí que el titular tiene que ver con la pieza de hoy. Me centro. El sábado pasado, por accidente, me topé con Centímetros cúbicos en la pantalla. Y me atrapó. Y por varias razones. Una, no tenía ni idea de su existencia –y lleva, nada menos, que nueve temporadas, y eso que uno se las tiene por comentarista responsable y al tanto de lo que se mueve en la pantalla-. Y dos, su factura, su ritmo, el sumario, sus reportajes, y sus invitados hacen de Centímetros cúbicos un producto muy interesante para quienes quieran estar al día en lo relacionado con los coches –marcas, avances, inventos, y por supuesto campañas muy bien elaboradas sobre prevención de accidentes, como la que apoya Atresmedia con el lema Ponle freno-.

Maxi Iglesias
     Presenta Centímetros cúbicos Javier Reyero, y lo hace con esa seriedad del presentador que va a lo suyo, que sabe que lo suyo no es un programa de audiencias millonarias pero que parte de una idea tan básica como noble, que el espectador que se pone un sábado por la mañana delante de la pantalla para ver Centímetros cúbicos es alguien que no sólo está interesado en el motor sino que entiende de eso y hay que afinar el sumario para que al sábado siguiente vuelva a la cita. Es más, el producto es tan atractivo que se hace interesante hasta para quienes el mundo del automóvil nos queda lejos. Viendo una entrega emitida a finales del mes de octubre –Atresplayer ha remozado su plataforma, ha rediseñado su forma de acceder a sus diferentes ofertas, y a un golpe de ratón puedes ver los directos de Antena 3 o La Sexta y los programas y series de ambas junto a las de Neox, Mega, o la interesante Flooxer, que acaba de estrenar la serie adolescente Más de 100 mentiras, un thriller que retrata el lado oscuro de sus protagonistas-, lo que decía, que viendo una entrega de finales del mes de octubre me topé con Maxi Iglesias, que al parecer es un amante de los coches y acudió a Centímetros cúbicos no para alardear de tamaño sino para probar la última tecnología en sonido para coches. ¿El último grito tecnológico en sonido para coches? Dios, qué lejos me pilla todo. Para probar el sonido, que inunda el interior del automóvil, capaz de sacar matices insospechados, escuchan Love runs out, de One republic, y por la cara que pone el joven de los ojos de esmeralda sin duda el sonido es un sonido celestial.

Qué listas son
     Por si fuera poco, en el último Centímetros cúbicos que vi descubrí a un Bárcenas que no llevaba pegado al culo un sobre, un sobresueldo, un chanchullo, una condena, un fajo de billetes, unas patillas de arrogante mafioso, un tipo de repente desconocido para la “organización criminal” de la que formaba parte –así llamó el juez José de la Mata a la cúpula financiera del PP-. Era un Bárcenas, pero no Luis Bárcenas el cabrón o el “sé fuerte” del lector de prensa deportiva Mariano Rajoy sino Willy Bárcenas, su hijo. Sé que al joven le tiró Boris Izaguirre piropos de deseo asegurando que “está buenísimo”. He leído por ahí, para documentarme como merece esta página, que Willy maneja un Willy –palabra coloquial inglesa que viene a significar lo que nuestra infantil pilila o colita- de mucho octanaje, dato que aquí sólo es puro morbo, como cuando el muchacho pasó por Liarla Pardo como miembro de Taburete, su grupo de música, y Cristina Pardo lo despidió con un “Willy, sé fuerte”, ay, estas rojas. ¿Y qué hacía este Bárcenas en Centímetros cúbicos? Pues ver quién tiene el Willy más grande, si Willy Bárcenas o Andrés Ceballos, vocalista de Dvicio, un grupo para olvidar. La cosa consistía en el reto que les puso el programa de pilotar un Suzuki Swift Sport en el circuito del Jarama y ver quién llegaba primero, es decir, quién ganaba la prueba, o sea, quién la tiene más grande. Por cierto, me entero de que Taburete y Dvicio han hecho una coplilla juntos, 5 sentidos, y saben qué les digo, que mientras la escuchaba me dieron ganas de coger el Suzuki ese y perderme. Voces afectadas, niños pijos, música sin alma, machacón chinda chinda como base sonora, en fin, Centímetros cúbicos, que dirige Fernando Gómez Blanco, es un buen programa sobre coches y un escaparate para ver a conocidos en situaciones distintas a su rol habitual. Por cierto, si vas pedo da igual que bebas aceite y tomes claras de huevo. Ni te va a bajar el nivel de alcohol ni vas a tener unos testículos y un pito más grandes. El mundo del motor, incluso Centímetros cúbicos, parece cosa de hombres, de machos que se la miden a ver quién la tiene más grande. Apenas salen mujeres. Ellas no tienen que demostrar nada subidas a un coche. Ay, qué listas son.

La guinda
La Lotería
El mensaje del anuncio de la Lotería de Navidad consigue lo que pretende, es decir, que te puede tocar la lotería mil veces, pero la que de verdad te hace feliz es la vez que has compartido la suerte con alguien. La historia la dirige Javier Ruiz Caldera –Anacleto,  3 bodas de más, Spanish movie-, y la interpretan con perfección Luis Bermejo –Goya por Magical girl- y Chiqui Fernández –memorable en Mujeres, que emitió La 2-.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Maldeojos. Presentador robot


Presentador robot
(Artículo publicado el sábado, 17 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

      Llegará un día en que creamos ver a Jordi Hurtado aunque lo que veamos sea su avatar, si es que ya no lo estamos viendo. Sobre el presentador de Saber y ganar, el concurso clásico de La 2 que tiene el aroma de los potajes cocinados con ingredientes de toda la vida y a un fuego que de tan lento las alubias se deshacen como una crema harinosa, suave y evocadora, se han creado multitud de historias que tienen que ver con eso, con su inmutable aspecto. Digo que a ver si es un avatar de Jordi, que en realidad vive una vida apacible sentado frente al mar viendo el ir y venir de las olas mientras, quizá, al otro lado del paseo marítimo de la ciudad donde se encuentre, oye la sintonía de Saber y ganar, su propia voz, y las preguntas que el Jordi virtual hace. En China, como supongo que ya saben, no tienen a Jordi Hurtado, pero sí a Zhang Zhao, que presenta telediarios en la agencia de noticias Xinhua.

     Es el primer presentador con inteligencia artificial de la televisión china, no sé si del mundo, un robot cuya apariencia, su voz, el parpadeo, las pausas, la respiración, mirada, brillo y, ¿emociones? parecen humanos. Dicen que aprende rápido. Dicen que conforme sus tripas electrónicas, su cabecita de micro conexiones vaya leyendo noticias, al tiempo irá acumulando y perfeccionando habilidades. Al verlo, y lo hemos visto en todos los informativos, supongo que con un asomo de risa e inquietud por lo que pueda venir, de Ana Blanco a Pedro Piqueras, de Helena Resano  a Matías Prats, detectamos que en su rostro aún quedan ramalazos robóticos, que da el pego al principio, pero enseguida notamos que ahí hay algo raro. Vamos, que donde se ponga un real Jorge Javier

viernes, 16 de noviembre de 2018

Maldeojos. Cuatro, irrelevante


Cuatro, irrelevante
(Artículo publicado el jueves, 15 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)
     De verdad, ¿alguien ve Cuatro? La semana pasada la cadena de Mediaset cumplía trece años de vida, y nada, no hubo celebración porque supongo que en la empresa del señor Paolo Vasile no tenían nada que celebrar. La audiencia tampoco. Cuatro ha ido poco a poco marchitándose, arrugándose y quedando ahí, en un rincón del mando, cada vez más residual, irrelevante para los espectadores. ¿Sabía usted que se ha emitido durante algunas semanas, y que finalizó hace dos, una cosa llamada Bienvenidos al hotel –que trataba de saber quién era el mejor anfitrión del negocio?-. No es el único que no tiene ni idea. La competidora natural, por volumen, por edad, por ser otra hermana menor de un gigante como Atresmedia, es La Sexta, pero La Sexta se come con patatas no sólo a Cuatro sino que saca el cuello y a veces mira de tú a tú incluso a Telecinco.
      Hay en La Sexta una línea clara, algo que Cuatro intenta tener, y no, no consigue, o no es tan atractiva como para que la gente se enamore de su oferta. Cuatro es hoy algo que huele a mustio, desganado. Sin apenas directos –quitando los informativos, que poco a poco son meras citas con una cascada de titulares- Cuatro sigue su deriva hacia la nada con una parrilla sin apenas atractivo. Ni siquiera, como pasaba hace un tiempo, llama la atención su desternillante apuesta por la extravagancia y el mundo friqui. Insistiendo en la chuminada más asombrosa, Cuatro estrenó el lunes Cuatro Weddings, no Cuatro bodas, no, sino Cuatro Weddings –catetos- que no vio ni el que se casaba. En fin, que se va por el desagüe la cadena que el mes de octubre cerró con apenas el 5% de audiencia. Ni la llegada de Toñi Moreno a lo de los tarugos de MHYV se ha notado.

Maldeojos. Dani, al Palau


Dani, al Palau
(Artículo publicado el martes, 13 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)
    Ha hecho bien Joan Ribó, alcalde de Valencia, en ofrecer el Palau de la Música al cómico Dani Mateo para que lleve su espectáculo, junto a J.J. Vaquero y Raúl Cimas, tras la cancelación de la actuación prevista de Nunca os olvidaremos el día 23 y 24 en el Teatro Olympia de Valencia. La cancelación de la función por parte de la empresa está razonada por la amenaza de la banda de ultraderecha España 2000 de ir a las puertas del teatro, y sus alrededores, y formar gresca, intimidar al personal, y vaya usted a saber qué cosas más. Esta gente no tiene límite. Todo viene a cuento, como es fácil sospechar, por la torpeza de Dani Mateo de sonarse los mocos en El intermedio con la bandera española. Para mí no es una afrenta, en serio. No considero este ni otros símbolos tan intocables, pero sí entiendo que pueda generar reacciones primarias. Y así ha sido. Las banderitas, trapos cargados de metralla, no pueden estar por encima de la sensatez. Ni del humor, como defiende el cómico.
     Este tipo de reacciones se van instalando como algo normal, y no, no son normales. No hay más que ver la pachorra con la que un estúpido tirador, Manuel Murillo, franquista desde la cuna, cegado por su ideología atrabiliaria radical, y a raíz de la intención del Gobierno de sacar los restos del dictador Franco del Valle de los Caídos, planeaba matar de un disparo certero a Pedro Sánchez, el presidente. Un magnicidio de esta categoría a estas alturas de democracia, cuando el terrorismo de los cuatreros de ETA hace años que se fue desinflando por la presión social, no es ni baladí ni porque sí. Hay líderes políticos que cargan sus palabras con munición, ciegos e irresponsables.


miércoles, 14 de noviembre de 2018

Maldeojos. El directo les confunde


El directo les confunde
(Artículo publicado el domingo, 11 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Los que somos más viejos que la tos sabemos que la noche confundía a Dinio, cubano que se montó una sociedad anónima para contar guarradas imposibles con la lagarta Marujita Díaz, más ordinaria que Aramís Fuster, qué tiempos aquellos de televisión de finales del XX, cuando los platós se incendiaban con las pelucas de Marujita, salían chispas de la órbita desbocada de sus ojos, y los montajistas apenas daban abasto para ir contando inventos de una cadena a otra. Incluso TVE daba cancha a las historias de la estrambótica pareja. He recuperado unas imágenes de Corazón en las que Jose Toledo en marzo del año 2000, repito, marzo del año 2000, hablaba de un posible embarazo… ¿de Marujita?, no por dios, de la mujer de Rafa García, hermano gemelo de Dinio, un tipo que por aquellas fechas enseñaba el bacalao a las presas de la cárcel de Picassent. A lo que voy, que si a Dinio le confundía la noche a principios del XXI, a Antonio García Ferreras le confunde el directo, tanto directo, en su primer cuarto. Pues no que hace unos días va el ventilador humano de manos en acción y presenta al naranjito Albert Rivera como “Albert Rivera, líder de Podemos, diputado, buenas tardes”. El diputado que no sabe si el centro está aquí o en su extrema derecha se colapsó y por poco hace como el hermano de Dinio, que para explicarse saca el badajo, le da unas vueltas, y se lo lía a la pata. Bueno, perdón, chiste malo, como algunos de Buenafuente, que ahora el de la naranja ciudadana anda un poco cojo –es lo que tiene el tenis, decía el otro día por las calles de Alsasua-, y a pesar de todo viajó al norte para incendiar las plazas seguido por las cámaras de las televisiones. Los políticos en fin de semana son un peligro, con lo monos que estarían en sus casas repantigados en el sofá dejándose lamer por el perro. No paran. Y luego nos dan la tabarra en el telediario con sus mensajitos inflamados de un nacionalismo estropajoso.

Dimisión en diferido
     O al revés, y es cuando se le va la mano a la bandera a Dani Mateo y se suena la nariz en ella, y la lía parda. Hasta algunos anunciantes de El intermedio han movido el culo y han abandonado este informativo humorístico. Supongo que saben a qué me refiero, a la performance que hizo el cómico limpiándose los mocos “con el trapo” que tenía a mano y que tanto rechazo ha causado. El directo les confunde. Esa torpeza le ha valido que, entre otras marcas, la del modisto Álvaro Moreno deje de vestir a los presentadores de El intermedio. Quieto, quieto. ¿Dejar de vestir a los presentadores de El intermedio? ¿Me está diciendo el señor Moreno que a partir de ahora veremos a Wyoming en cueros vivos? No por dios, no hay bandera que aguante esa afrenta. Ni desmadre que se pueda generar en torno “al trapo”. Ya ha salido el tonto del pueblo apagando el fuego con un bidón de gasolina en la mano. Nos llega de Ceuta, es nada menos que consejero de, atención, Educación y Cultura del gobierno del PP en la ciudad autónoma, y se llama Javier Celaya. Que dice el pelanas que le dará 1.000 euros al que le parta la cara a Dani Mateo. No hay bandera que justifique y ampare semejante desatino. A su manera, el lunes de esta semana, El intermedio pidió perdón en directo. Muchacho, vuelvo a dar la cara por ti, dijo Wyoming con ironía, ¿se te ha pasado el resfriado de repente? De golpe, respondió Dani Mateo, ahora sólo sorbo los mocos. Perdón a su manera, digo. Como hace las cosas la comandanta Cospedal. A ella no le ha ido nunca el directo, porque como a Dinio la noche, la confunde hasta hacerla ininteligible. Ella se mueve mejor en lo grabado. El lúcido Ignacio Escolar, que tiene memoria para hilvanar el pasado de forma que el presente tenga sentido, entró en directo la otra mañana en Al rojo vivo y explicó que “el PP acusaba a Rubalcaba de tener una policía política para investigar al PP, y ahora resulta que quien contrataba a un policía corrupto es Cospedal, que dimite en diferido y en régimen de simulación”. Brillante.

Gana la banca
     Y de lo más excelso, de la reina en declive de la Mancha, mi señora Mariloli Cospedal de Todos los Chanchullos –abandona el barco del escaño empujada por el bravo oleaje, aunque a Teodoro García, secretario general de la congregación popular, le parece una dimisión ejemplar-, a lo más groserillo, a lo más plebeyo y cachondo,  que en el submundo de la pantalla también cuecen sus habas, y qué habas, válgame el cielo. Que una tal Techi –pasó por Gran Hermano VIP, con eso lo digo todo para que se hagan una idea del peso neuronal de la señora- ha dicho que no va a las galas del debate en directo porque no la llaman y no sabe si está vetada o qué, aunque lo que sí sabe es que cuando ve los programas, “veo muebles, que son como papeleras recoge mierdas allí sentaditos”. Dicen los expertos que la papelera recoge mierda no es otra que Isa Pantoja. ¿Ven? En estos directos hay más sangre y pus y bilis que en una pelea entre el farsante Santiago Segura y la divina Paz Vega, que han hecho de las cocinas de MasterChef un lugar tan peligroso como la frontera de EEUU vigilada por campesinos enardecidos por el grosero Donald Trump para que no entre al país la chusma que pretende hacerlo como una piara de ñus que abandona la reserva del Cherengueti cruzando en Tanzania el río Mara en busca de las verdes praderas de Kenia, momento exacto en que los cocodrilos, como esos salvajes sicópatas yanquis quieren hacer, se tiran al cuello de los bóvidos sembrando de muerte el curso del río. Pues bien, Techi, que al parecer tiene morros como espuertas, explica que la hinchazón que mostró en sus labios en sus últimos días encerrada en Guadalix se debió “a una puta reacción alérgica al bótox”. ¿Algo así, una reacción alérgica a no seguir el dictado de la banca sufrieron los miembros del Tribunal Supremo el martes? La reputación del alto tribunal, en directo y en diferido, está a la altura de cualquier Techi con el bótox podrido. Qué asco.

La guinda
Revilla bis
Hasta en la sopa. Miguel Ángel Revilla no es sólo el presidente de la anchoa, el tipo que preside el Gobierno cántabro, es un tema, un programa de televisión en sí mismo. No para. No se sabe si gobierna desde su despacho o desde un plató de televisión, sea la cadena que sea. Lo último, por si con el original no hubiera suficiente, la descacharrante imitación que de él hace el maestro Raúl Pérez de vez en cuando en Late Motiv, de #0

lunes, 12 de noviembre de 2018

Maldeojos. Bulos y Facebook


Bulos y Facebook
(Artículo publicado el sábado, 10 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Bulos, mentiras y Facebook –son casi sinónimos-. Con nombre tan descriptivo volvió Mamen Mendizábal en su nueva entrega de Scoop, programa de investigación que de vez en cuando emite La Sexta. Lo que analizó, si nuestros datos personales en las redes sociales, que se dan con una alegría pasmosa, como el que a sabiendas de que hay prácticas sexuales de riesgo y a pesar de eso las mantiene, son usadas por las grandes corporaciones para traficar con ellos como se trafica con riñones o con mujeres. Todo eso lo suponíamos, incluso lo sabíamos, pero aún así seguimos dando esos datos –nombre, edad, profesión, preferencias sexuales, estado civil, ubicación, estudios, cuántos hijos tienes, o por dónde va tu ideología-. Cada vez que abrimos el ordenador o el móvil y le damos al “me gusta”, comentamos esto o aquello, o compramos esto o lo otro en Amazon, vamos soltando un rastro tan diáfano que hace salivar a más de uno.

     Más de uno puede ser un emporio como Cambridge Analytica, empresa de recopilación y análisis de datos que tuvo que cerrar este año –ha vuelto a abrir con otro nombre- por una serie de escándalos de injerencia política y tras la denuncia de un empleado que reveló las prácticas de la compañía para influir en campañas electorales –tremendo el minucioso aunque burdo trabajo cocinando noticias falsas, las putas “fakes news”, al servicio del temible payaso Donald Trump, o en la campaña británica para la salida de Reino Unido de la Unión Europea, o aquí en España, según Scoop, al servicio de la ultraderecha que personifica VOX-. Así que ojo, te vigilan, nos vigilan. Y sí, las redes sociales son un campo minado para los bulos y mentiras. Sólo hay que ver Facebook.


sábado, 10 de noviembre de 2018

Maldeojos. No lo comas


No lo comas
(Artículo publicado el jueves, 8 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     El cocinero de testuz como de toro a punto de embestir, el que camina con la cabeza gacha y la mirada torva, el de mejillas de torta, de flan, como un pachón cansado de olisquear, don Alberto Chicote, le dijo a Pablo Motos en su visita a El hormiguero que en su nuevo programa de La Sexta, ¿Te lo vas a comer?, ves cosas que te dejan tocado. De entrada, el nombre del programa te saca una tarjeta roja, que en el fútbol creo que  significa un aviso. Si alguien te pregunta ¿Te lo vas comer? en el momento en que te llevas el bocado a la boca, seguro que tu mano, sin pensarlo, de forma automática, se detiene, miras lo que estás a punto de tragarte, te lo piensas, y en la mayoría de los casos preguntas por qué, qué pasa, qué tiene esto. El cocinero de La Sexta, el orangután que entra en las cocinas y ve mierda de hace siglos, denuncia cómo, quién, dónde, y por qué hay gente que juega con la comida de los demás poniendo en riesgo su salud.

     En la última entrega se dio una vuelta por Ibiza –anoche entró en algunos hospitales- y cayó la del pulpo señalando cómo, sobre todo en verano, algunos desaprensivos no sólo vulneran todas las normas de salubridad e higiene sino que, a consecuencia de eso, quien consume sus productos tiene muchas papeletas para salir pitando al hospital o al cuarto de baño más cercano. Chicote se acercó a playas, a negocios de catering, a chef de aluvión, y destapó un mundo de desaprensivos que no sólo no cotizan a Hacienda sino que manipulan alimentos con una alegría que pone los pelos de punta. ¿Te lo vas a comer? es un programa de denuncia que no deja indiferente. Por cierto, en la entrega de anoche, ¿nadie del hospital de Jaén dimite y no come postre en su puta vida?



viernes, 9 de noviembre de 2018

Maldeojos. Viva Suecia


Viva Suecia
(Artículo publicado el martes, 6 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     No, nada, en absoluto, ni de coña, por ahí no paso, que no hay manera, que no puedo, que se me atraganta, que todo me suena igual, que me da sarpullido el flamenquito, que eso de la fusión me parece un camelo de mal gusto, que no me emociona, es más, que me repele, que me provoca conatos de tiricia, que se me coge un pellizco en el lomo que me dan ganas de vomitar, que será que al no ser de la Generación X ni de la Y, ni de la del milenio, no me entero, pero ya el anciano Pitingo, que también decía fusionar no sé cuántos tipos de música, me encendía todas las alarmas, así que ahora llega una tal, sí, una tal Rosalía a los premios MTV Europe Music Award 2018, que se celebró la noche del domingo en Bilbao, y me deja las patas del coraje encabritado. Me pongo a ver a la catalana y sí, todo es espectacular, pero de un macarra, un hortera y una mala música que me duele. En la letra no entro porque no hay por dónde cogerla. Nada. Ni tanto así.

     En la gala, sin embargo, se alzaron con el premio a Mejor artista de España, premio al que aspiraba Rosalía –mal, muy mal, muy mal, muy mal, mira, malamente, toma que toma, amonó, malamente, eso es, illo, letra del despiporre- los murcianos Viva Suecia. Tampoco los conocía. Y corro a informarme, a escuchar a este grupo de jóvenes, y me acerco a Youtube, y le doy al vídeo, y me enamoran al segundo.  Hay verdad en lo que hacen, emoción, hay música, y letras con sentido –hemos ganado tiempo, hemos aprendido a ser violentos, hemos ganado tiempo, hemos renunciado al intelecto, dice una de ellas-. No hay color. Entre el aguachirri de palmitas en acción de Rosalía –mala, illo, amonó- y Viva Suecia, me quedo con los suecos murcianos. Ande va a parar, illo.


miércoles, 7 de noviembre de 2018

Maldeojos. VOX, Arévalo y Ortega


VOX, Arévalo, y Ortega
(Artículo publicado el domingo, 4 de noviembre, en diarios de EPI PRESS)

     Me enternece el romanticismo de VOX con España, con su imagen de España, con la España en la que sueñan, desean y, ¿me equivoco?, quieren imponer como la única posible. Para apoyar esa idea de España invitaron el otro día en el pueblo mallorquín de Lloret de Vistalegre a dos eminencias de indiscutida credibilidad en sus disciplinas. Al señor Arévalo, el hombre que a veces lloriquea en el sofá de Sálvame para contar sus miserias a ver si pilla cacho, como toda momia que dejó de respirar hace décadas, y a José Ortega Cano, el que a veces se pone tan a gustito que daría miedo si te lo topas de por la carretera. VOX va creciendo como partido con un estruendo de banderas que horripilan porque si te descuidas saltan la pantalla, te llenan el salón de escupitajos de amor patrio, y te cruzan la cara si les pides explicaciones. VOX llegó a Lloret de Vistalegre para luchar por la España del figurita vestido con ropajes de fantasía. La tele ama estos saraos y les da alas, pero ojo, magacines, informativos, tertulianos, ya sabemos que las bebidas, por muy isotónicas que sean, de alas, nada. Luego llegan los avemarías. Lo que no entiendo es cómo esta vez los de VOX no se han llevado a Fernando Sánchez Dragó que puede viajar con descuento gracias al IMSERSO y si le pones un micrófono cerca, le das su atril, y tiene a mano sus gafitas, o te suelta el cuento del viejo verde que se trajina a unas adolescentes japonesas que se visten como zorritas, o te suelta que en lo único que cree en política es en el “identitarismo centrípeto, conservador y soberanista” –Arévalo, hala, toma nota, ni tus gangosos lo superan-. Servidor, hasta que no vea que Belén Esteban se sienta en la primera fila de VOX no se tomará en serio nada. También ayudaría mucho que mi nueva amiga Carmen Lomana –el demonio no quiera que uno de sus belfos por mor del peso de las siliconas acabe friéndose como una panoja de pescado en los fuegos de MasterChef- saliera del armario y nos contara cómo limpiar Essspaña de okupas y narcos y de gente que no se lava. Ya puestos, en VOX deberían de contratar a la pija y a Antonia Dell´Atte para, subidas al estrado, pelearse al más puro estilo Escenas de matrimonio, bendito y alabado sea José Luis Moreno, que también conoce y retrata a esta peña.

Capullo integral
     Y como no hay dos sin tres, el humorista tenebroso, espitoso, caprichoso, hombre cabal, cómico de trayectoria impecable, látigo de cuenta chistes sin fuste, don José María Aznar, pues eso, que está de bolos y concede entrevistas a troche y moche. Sentado con Ana Rosa Quintana, levantado su dedo de dios, mirando desde sus ojillos de asustar a niños y niñas, y por supuesto poniendo tieso su dedo divino, dijo de Santiago Abascal, el profeta de la ultraderecha nacional, que es “un chico lleno de cualidades” y que confía en VOX, PP, y Ciudadanos para refundar “el centro derecha de España”. Toma, Arévalo, supéralo. Toma, Ortega Cano, maneja ese miura. Es un capullo integral, salta de sus taconazos Susanna Griso, que cuando se pone, se pone. Pero no, no se refiere a Él. Se refiere al capullo integral que viajaba en un avión de Ryanair desde Barcelona a Londres y montó en cólera porque una mujer “negra, gorda, y fea” le tocó al lado. Es un capullo integral, y un xenófobo de mierda, soltó Susanna en Espejo público y se quedó tan pancha. ¿A quién defenderían los de VOX, a la negra o al capullo integral de mierda? Ahí lo dejo. Y en estas irrumpe Jordi Évole en Liarla Pardo, lo de Cristina Pardo los domingos en La Sexta, y va y se pregunta con su dulce mala baba, su sonrisita de niño ingenuo, si Pablo Casado tiene como guionista al letrista de Maluma, cantante de rap y reguetón, por dios, aparta de mí ese cáliz hediondo, emponzoñado, chabacano, machista y hortera, de un mal gusto que aniquila, y además Jordi va y dice que hay declaraciones de Casado que no le pegan a una persona tan joven.

Telepredicador
     Seguro que Évole se refiere a las que soltó en El objetivo de Ana Pastor sobre el aborto –no es un derecho, dice, y también que derogará la ley actual-, sobre el feminismo –algo que el centro derecha debe combatir, aseguró el sonrisitas, que no dice esa Cospedal es mía, ay, Villarejo de mi alma, cloaca del Estado, mal rayo te parta-, sobre inmigración, o sobre VOX, con quien comparte, asegura echándose un capote de grana y oro sobre su hombro de hombre entero, la unidad de España y otras menudencias de centro extremo radical. Yo que él me echaba a los ruedos con Ortega y Arévalo y formaba un trío que ardía Troya. Y no quiero pensar si se camelan a Norma Duval, la musa histórica del PP, para que baje como una estrella de cabaret desde las gradas de sombra al albero de la plaza y se marque un facha-rap con el gentío aplaudiendo a rabiar –pasó por lo de Toñi Moreno, y los de ¡Viva la vida! en Telecinco tienen tanta mala leche que cuando la vedette lloraba recordando la muerte de su hermana Carla hace 8 años rotularon el momento con un “Norma Duval, puro espectáculo”, manda cojones-. Y para terminar, Jorge Javier Vázquez, la guinda. Habla en el plató suelto de lengua, como si caminara feliz por un bosque de metralla. En una gala de expulsiones, con la pantalla partida en tres con su cara, la de Darek y la de una señora llamada Miriam Saavedra, se esperaba el veredicto de la audiencia para saber quién tenía que abandonar la casa –fue Darek-, y el presentador sacó a pasear su ironía y soltó, “madre mía lo que se me acaba de ocurrir. Si está viendo alguien de VOX la tele, ve una peruana, un polaco, y un maricón, vamos, que nos cierra Mediaset”. Fernando Abascal, faro de VOX, le contestó llamándolo “millonario progre”, asegurando que “las televisiones polacas y peruanas rechazarían la basura que producís los telepredicadores”. A ver si el futuro de Abascal –el chico lleno de cualidades para san Josemari Aznar- está en la crítica televisiva y no en los festivales del humor gangoso que organizan en una España de mariquitas y toreros sin fronteras.

La guinda

Dani, no, eso no
Fue la otra noche en El intermedio, a raíz de la lectura de la hija de Felipe VI y Letizia Ortiz de unas frases de la Constitución, cuando Dani Mateo, en su habitual tono de corrosivo humor, se sonó los mocos con la bandera de España. Y no, no está bien. Y no lo está porque es un humor zafio que busca, a sabiendas, molestar a miles de personas –sí, es un objetivo del humor- con un símbolo demasiado manoseado por todos.

domingo, 4 de noviembre de 2018

Maldeojos. Imprescindible Iñaki


Imprescindible Iñaki
(Artículo publicado el sábado, 3 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Lo es. Iñaki Gabilondo me parece que no tiene ninguna pega para estar, porque lo es, en una de las entregas que L, periodismoa 2 ofreció la noche del domingo de Imprescindibles. La otra noche se le dedicó el programa al periodista vasco, y la pantalla se iluminó con su tino, su calma, su reflexivo discurso. No hace mucho, quizá a principios de la semana pasada, vi a Gabilondo sentado como invitado en la mesa de Los desayunos que ahora sirve, y con plomo y voltaje de gran periodismo, Xabier Fortes, que ha hecho olvidar en menos que se santigua un cura loco el paso tremebundo de Sergio Martín, que doña oscuridad lo mantenga alejado de los focos y platós de TVE por su burda entrega a los dictados del PP. No, ahora, por mucho que las vocingleras digan lo contrario, se nota el cambio –-para bien- que la nueva dirección ha traído a RTVE.

     La mesura y el equilibrio de Iñaki Gabilondo estaban vetados en la anterior etapa, queda claro con su irrupción ahora en la tele pública. Escuchar el análisis político, la lectura que hace de nuestro tiempo, el vaticinio de lo que intuye por venir, su memoria de gran enciclopedia se ha ido gestado a lo largo de más de 50 años de periodismo vivo, de ser testigo de los hitos de nuestra historia reciente. En Imprescindibles se hizo un retrato que a modo de ciclorama se reflejó el perfil profesional y personal, con intervenciones de amigos como Mamen Mendizábal, Ana Belén, o Isaías Lafuente, además de sus hijos o el cocinero Martín Beresategui. El nombre del documental  producido por TVE para Imprescindibles, Afán por entender, puede resumir la actitud de este hombre que paseó por sus ciudades fundamentales, San Sebastián, Madrid y Sevilla. Qué gran tipo.


Maldeojos. Artillería contra RTVE


Artillería contra RTVE
(Artículo publicado el jueves, 1 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Casi podría ser un culebrón el paso de la administradora de RTVE, Rosa María Mateo, por la comisión mixta de control parlamentario y sus ya eléctricas y vibrantes respuestas a las interesadas vaharadas de cinismo de portal del portavoz del PP, Ramón Moreno, que la acusó de formar parte de una sociedad privada, junto a su hijo Germán, con el fin de evadir impuestos, denunciando su “soberbia y falta de transparencia”. Eh, quieto parao, miró por encima de sus lentes santa Rosa María, que irguió el pescuezo como la garza que otea el horizonte, y le soltó, “es usted un miserable y un mezquino” ya que la referida sociedad tiene una actividad “nula hoy en día y que jamás “tuvo notificación por parte de Hacienda”, y que si entorpecía su labor estaba dispuesta a disolverla. Como es lógico en la nueva TVE, la noticia formó parte del Telediario de Carlos Franganillo.

     Otra arrastra bombonas fétidas, la senadora popular Susana Camarero, envalentonada como la hiena que le destrozó la cara al keniata Lonunuko, cuyo rostro y mano fue reconstruida por el doctor valenciano Pedro Cavadas, se interesó por Hora punta y su amado timonel, Javier Cárdenas, queriendo saber si “va a cobrar el señor Cárdenas las deudas pendientes”. Santa Rosa María respondió, “es curioso el interés de su partido por Hora punta, la liquidación está pendiente de auditoría para determinar el coste total de producción, así que en cuanto se determine se le pagará”. Detrás de la dramática sobre actuación del partido de Pablo Casado está la guerra contra el medio. Señores del PP, dejen de lanzar su artillería contra la tele pública, que es también su televisión, concluyó Mateo, ojalá con larga vida al frente de la Corporación.

Maldeojos. Lo siguiente


Lo siguiente
(Artículo publicado el martes, 30 de octubre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Como ustedes imaginarán, si anoche se estrenó un programa yo no puedo haberlo visto y estar ya escribiendo sobre él. Así que enseguida se me podrá decir que cómo si anoche se estrenó en La 1 Lo siguiente hoy ya estoy hablando de Lo siguiente. Veamos. Hay que decir que Lo siguiente viene a sustituir Hora punta. Y además hay que decir que si Lo siguiente lo presenta Raquel Sánchez Silva, Hora punta lo presentaba cada noche Javier Cárdenas. Para quienes estaban al tanto del espectáculo infame que ofrecía en la tele pública el señor de la lengua de trapo, con un sumario que daba bochorno y llenaba de oprobio y vergüenza al medio y a los espectadores con un mínimo de sensibilidad y exigencia, la desaparición de dicho producto fue un motivo de alegría, como cuando se decide retirar cuadros, levantar alfombras, arrastrar sofás, y darle una mano de pintura a las paredes y una limpieza a fondo a los cuartos.
     Es muy arriesgado, pero lo voy a escribir. Aquí podría acabar esta pieza, escribir que no hay comparación, que entre Raquel y Javier me quedo con Raquel porque sí, sin más, y que, por tanto, entre Lo siguiente y Hora punta, me quedo con Lo siguiente casi por lo mismo, porque sí, porque muy malo tiene que ser Lo siguiente para no ser mejor que la oferta de Hora punta. Además, como apuntó la directora de entretenimiento de TVE en la presentación, Lo siguiente es el primer programa en ese tramo horario –después de los informativos, antes de la llamada hora de máxima audiencia- que lo presenta una mujer, y lo hace frente a Pablo Motos en El hormiguero y Wyoming en El intermedio. En fin, que lo siguiente que haga será ver Lo siguiente para escribir sobre Lo siguiente.