miércoles, 29 de abril de 2015

Maldeojos. Grandes reporteros



Grandes reporteros
(Artículo publicado el martes, 28 de abril, en diarios de EPI PRESS)

     Leyendo la entrevista que le hace José Antequera en la revista GURB al que fuera reportero, corresponsal, íntegro periodista de TVE  Diego Carcedo, hoy uno de los nombres míticos que dio esa casa, compruebo que opino igual sobre la existencia de programas que apuestan por un entretenimiento morboso, cutre y chabacano. Si la gente dejara de verlos “durarían veinticuatro horas” en antena, dice el maestro. Siempre pensé igual. Siempre pensé que los accionistas de estas empresas no hacen la televisión que quieren ver, como dice Carcedo, sino la que les da dinero. Es decir, si Telecinco, cénit de televisión que apuesta por un entretenimiento chusco, comprobara que los reportajes sobre arquitectura griega arrasaban mandaría a Emma García y sus chonis a cavar a la tierra de Varoufakis.

       Pero eso no da dinero, así que Telecinco apuesta por “la programación deplorable” de la que habla el ex reportero, refiriéndose a la tele en general. En la entrevista recuerda su paso por un clásico de TVE, Los reporteros, o cómo aprovechaban la conexión del satélite al máximo porque costaba un pico. Por cierto, en esa época trabajaba con él Rosa María Calaf, que enviaba crónicas más sociales. Estos nombres son cumbres del periodismo. Ese reporterismo de calidad no ha muerto gracias a, entre otros programas, En portada, que ha firmado extraordinarios trabajos que sólo existen gracias a la tele pública, que se rige al margen del criterio económico. Cuidémosla. 

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Diego Carcedo, el periodista de TVE que nos tenía acostumbrados a crónicas impecables, en una imagen tomada por José Antequera en Gijón.


Este es el enlace de la entrevista que José Antequera le hace para la revista GURB

lunes, 27 de abril de 2015

Maldeojos. El Gobierno y la tele



El Gobierno y la tele
                    (Artículo publicado el domingo, 26 de abril, en diarios de EPI PRESS)


       Vaya, vaya, vaya. La que se avecina. No es el nombre de la serie de Telecinco, es la que se barrunta en TVE, otra vez. Esta gente no para. No está contenta. Creo que el lector sabe que por esta gente me refiero a La Moncloa. Están nerviosos. El año trepida que da gusto. Y terror. Se acaba el pastel. Si llegamos a mediados de año y el cuento del pan y los peces de la economía no acaba de llegar a las neveras de la peña, y la corrupción en el PP es lo cotidiano, malo, muy malo. Y como hay muchas vías que tapar, el Gobierno, el PP, y sus allegados, no dan abasto cerrando agujeros. Algo hay que hacer. Ya. No haré una pregunta que ni yo mismo respondería si no fuese por la bendita Wikipedia. Así que la hago sólo de manera retórica. Desde que llegó Rajoy al Gobierno, -parece cosa de demonios, pero sólo lleva tres años y medio-, ¿cuántos directores generales de RTVE han pasado por la Corporación, cuántos directores de TVE sufrimos, cuántos relevos de peso ha habido en informativos, en áreas calientes como economía, política, exteriores? Yo tampoco lo sé sin consultar. Lo de menos es el número. Lo que alarma es el hecho en sí. ¿Por qué tanto cambio y tan seguido, si en televisión los cambios no se pueden dar de la noche a la mañana? Por la impaciencia de quien cree que la televisión pública es un servicio, pero del Gobierno. Los gobiernos autonómicos piensan igual, y actúan en consecuencia. Luego nos asomaremos a la verja para ver lo que se cuece en la olla de la tele murciana, otra máquina que ha de ponerse a hervir como una loca porque el mes que viene la gente volverá a las urnas y, enarbolando el voto como un látigo, hay que dirigírselo al casillero correcto.
Le quedan tres telediarios al frente de TVE. Es José Ramón Díez. No le ha dado tiempo ni a calentar el sillón. Pero el año electoral es un ciclón. Y el ambiente no pinta bien. La tele pública tiene un objetivo, como todos sabemos, servir al Gobierno. Y el servicio ha de ser a muerte, sin matices, con toda la máquina trabajando. Así que si este director no vale, se busca otro. Ya.

Premio o castigo

Hace nada se nombró a José Ramón Díez director de TVE, pero se ve que su impronta no es la que esperaban los que se consideran dueños del cortijo. Las cuentas no les salen porque las encuestas van como vacas sin cencerro. Ya digo, son muchas piqueras que tapar. Se pudo domar un poquito los estragos diarios que causaba Jesús Cintora dando metralla en Las mañanas de Cuatro a esa bruja llamada Sor Lucía Caram, un tipa con los arreos de una monja que no tiene pelos en la lengua y, dirigiéndose al presidente del Gobierno le suelta “Rajoy, la gente está harta, escucha el clamor de la gente, millones no pueden vivir con dignidad, trabajo ya”. Mediaset se tragó el veneno y sustituyó a Cintora por el más templado Javier Ruiz, un periodista muy didáctico que lo hace muy bien, de eso no hay duda, pero no se comenta aquí su trabajo sino por qué pasó a Las mañanas de Cuatro de un día a otro. El hartazgo del Gobierno y del PP con el programa matinal de la cadena era evidente, y en ocasiones quedó claro en rifirrafes impropios de un político con el presentador de un programa, como el caso de Rafael Hernando, que es el portavoz del PP en el Congreso, diciéndole a Cintora que mucha gente aún no cree que la crisis es pasado porque el periodista y su programa se encargaban de recordar los peores datos sociales en vez de resaltar los positivos en economía, es decir, el diputado del PP no hace más que seguir la estela de altos políticos de ese partido enmendando la plana a sus entrevistadores cuando consideraban que éstos insistían revoloteando como cuervos en heridas que no beneficiaban a su formación. Recuérdese la vergonzante reprimenda que María Dolores de Cospedal echó a Ana Pastor cuando ésta hacía Los desayunos de La 1, o las impertinencias de Esperanza Aguirre cuando en Al rojo vivo le han preguntado en clave periodística por los escándalos propios o de sus allegados –Ignacio González, Francisco Granados- y no, por ejemplo, por el taller que le hiciera su vestido de chulapa. El Gobierno, y mangoneando detrás el PP, tiene ahora la sartén, que enarbola como premio o castigo, de la concesión de nuevos canales de televisión.

Este momento ha pasado a la historia de la ignominia política porque recuerda la soberbia y el concepto que se tiene de la televisión pública de una señora como María Dolores de Cospedal, que abroncó a la presentadora del programa por no parecerle que hacía su trabajo como a la secretaria general del PP le hubiera gustado. Bochornoso. ¿Han cambiado algo los dirigentes de este partido en su relación con los medios, y sobre todo con los medios públicos? No, así de rotundo.




Que aproveche
La decisión del reparto de 6 canales, y por los que optan grandes y pequeños grupos, es una zanahoria en manos del Ejecutivo. Si eres bueno, dócil, y no nos haces demasiada pupa, serás recompensado. Si te empeñas como canal en seguir una línea editorial muy agresiva contra el Gobierno, prepárate. Todos se juegan mucho. Las cadenas, y el Gobierno, que tiene 6 meses para decidir, más o menos el tiempo hasta las elecciones generales. A TVE no le da abasto tapar los agujeros que crean los medios que no comulgan con la información amañada, filtrada, lavada y expuesta que hace cada día el Telediario. Frente a la lectura triunfal e impúdica de los datos económicos –cada día hay un bloque dedicado a ellos en positivo, sin matices, sin “daños colaterales”- sale su equivalente en una tele con los ciudadanos que lo pasan mal. Es tal el malestar interno en TVE con la manipulación que el Consejo de Informativos llevó el asunto hace unos días a Bruselas. En este marco de angustia, en donde se hace casi imposibles soslayar casos como el de Rodrigo Rato, Rita Barberá, Trillo o Pujalte, aunque se lleva a Lola I de la Mancha a los Desayunos para que diga que el PP es la campeona contra la corrupción y que Rato ya no es el del redil, se enmarca la prevista destitución del actual director y el nombramiento para junio –según Formula TV- de Ángel Martín Vizcaíno, director general de TeleMadird, una tele que simboliza como pocas la peor televisión pública y la manipulación informativa. Vamos con Murcia, con su autonómica. La de antes se cerró. Ahora se ha abierto otra. Es urgente que empiece a funcionar a velocidad de cohete. Queda un mes para la cita de mayo. Se dice que uno de los espacios estrella, un debate político, lo llevará Alfonso Merlos. Anímense, pillen vídeos del tarambana en su “informativo” de 13TV. Dice cosas que ponen los pelos de punta sin que su mandíbula estalle en pedazos. Es la ultraderecha de la ultraderecha. Y será la estrella de 7RM. La elección no es casual. Que aproveche, murcianicos, que ya lo hace el PP. 

Es un fake, claro. Me da igual. Viene bien al caso. Este señor podrá tener una lengua incontenible, de escopetilla de plomos. Pero detrás de esa apariencia de payaso que sale mucho porque la tele le encanta y no tiene vergüenza se esconde un personaje más tenebroso, maquiavélico, urdidor, trepa, manipulador, ese que va engrosando su cartera al límite de la legalidad, pero sin duda emponzoñando la ética y la decencia. TVE no da abasto tapando estos agujeros negros que le salen al PP en un año donde se juega mucho esta peña. 

La guinda
Al fin fuera
Se ha ido como llegó. Ni interesó su nacimiento, ni su muerte. La alfombra roja palace fue otro subproducto de José Luis Moreno que jamás debió de atender una televisión pública seria, y TVE lo era hasta hace un par de años. Cuatro entregas se han emitido, a cual más deplorable y estúpida. Claro que el entretenimiento ha de tener cabida en la pública. Pero no el entretenimiento insultante. No haya paz para sus culpables.

domingo, 26 de abril de 2015

Maldeojos. Por Norma



Por Norma
(Artículo publicado el sábado, 25 de abril, en diarios de EPI PRESS)

    

Al fin se hace justicia. Norma Duval en Amigas y conocidas, en La 1. ¿Pero cómo no se les había ocurrido antes contar como tertuliana con el magín de esta señora, figura central del pensamiento de todos los tiempos, y cuya opinión es imprescindible, cosa de Estado, lo que este país andaba necesitando, y por supuesto lo que necesitaba y necesita la televisión pública? El día de su incorporación Inés Ballester, la presentadora, le va sacando tarjetas con diferentes asuntos para que “se estrene” como tertuliana. Le piden opinión sobre Carmen Sevilla, sobre Expo-Mujer, una feria que ella está organizando en Madrid, pero trata de explicar qué es esa feria y no me entero si en ella venderán bragas mágicas, maquillajes para gustar al marido, o libros de catequesis para que las esposas sean buenas cristianas en casa, y le piden que hable sobre tareas domésticas, sí, asuntos propios de la mujer, con un par de cojones, y si no, véanlo en la web de La 1.

Huy, pues yo no te veo a ti cogiendo la fregona, dice pizpireta la presentadora, con esa audacia inquebrantable de las periodistas de raza, que sí, mujer, que sé hacer de todo, y hasta cocinar, dice la vedette, a la que le sacan otro tema para que se luzca, famosos y política, y le pasan imágenes de cuando ella subía a los estrados de la manita del gran líder, del patriota, del salvador, de un Aznar que aún sonreía, y ella, rauda, inspirada, lo tiene claro, todo el mundo tiene derecho a opinar, suelta dando un golpe de melena que casi deja turulata a la colega de al lado, asegurando que Aznar fue un extraordinario presidente, y que Rajoy, oh my God, es tan bueno que nos ha casado del abismo en el que estábamos, y que en sus viajes por el mundo todo el mundo lo reconoce. ¿Quién da más?




Y la tertuliana imprescindible, la que este país andaba necesitando, uniéndose a Amigas y conocidas, de La 1, la tele pública, dio un golpe de melena y puso las cosas en su sitio en su primer día de curro: Aznar fue un extraordinario presidente, y Rajoy, oh my God, es tan bueno que nos ha casado del abismo en el que estábamos. Ya está. Dicho queda.



viernes, 24 de abril de 2015

Maldeojos. Córrete



Córrete
(Artículo publicado el jueves, 23 de abril, en diarios de EPI PRESS)

      Es un karaoke salvaje. Es un karaoke nipón. Lo emite la cadena para adultos BS Sky. Lo de ser adultos, en este concurso, es imprescindible. Hay que ser adulto hombre. Y empalmarse. Y hay que correrse. Sí, en directo. Lo de la edad es importantísimo, porque un bebé o un niño de 10 años aún no se corren. Claro que hablamos de Japón, y allí nunca se sabe. Tampoco puedes ser muy mayor, no porque no tengas gana sino porque empinar el deseo cuesta cada vez más. Claro que hablamos de Japón, y allí nunca se sabe. Les cuento esto porque es lo que sucede en un programa de esa televisión. Es decir, los concursantes varones acuden para cantar mirando la pantalla de un karaoke, pero al tiempo que cantan, una señorita les trastea, les pone firme el soldadito, y así hasta que eyaculan.

      El jurado, que mira la acción, decide si han permanecido impasibles, o se han dado al vicio. Uno se pregunta si, en realidad, los varones que acuden al programa lo hacen por afán de ganar la mierda de regalos –un puñado de juguetes sexuales, es decir, casquería- o para que una chica delicada y experta los masturbe. Insisto. No es una broma. Aquí, en España, a lo más que hemos llegado en el tema karaoke es a Killer karaoke, una ingenuidad que emitió Cuatro dentro del registro de fracasos que va acumulando tanto Florentino Fernández como su coleguita, Patricia Conde, karaoke en el que, mientras cantaban los concursantes, les caía una lluvia de cucarachas, sentían descargas eléctricas o serpientes se enroscaban en las ingles, pero no llegaban a nada. Estos nipones no tienen nuestro pudor, pero por una paja seguro que aquí también triunfa. 

 En el siguiente enlace tienes 10 minutos de programa.