lunes, 27 de enero de 2020

Maldeojos. Póngame lo mismo que a ella


Póngame lo mismo que a ella
(Artículo publicado el domingo, 26 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Bueno, qué les decimos a los de los Goya, pregunta mientras come en un restaurante Andréu Buenafuente a Silvia Abril, que la emprende con una ensalada. Pero si ya los hicimos, ¿no?, responde ella indiferente. Sí, ¿pero no te hace ilusión repetir?, insiste él. Sí, pero es que tengo la ilusión contenida, pero si quieres la saco, mira, se toca el pelo y grita, ay, ay, y empieza a jadear como viviendo un orgasmo en público diciendo dame Goyas, dame Goyas, ahhh, y golpea la mesa, de forma que Buenafuente, mirando  a los comensales que hace rato dejaron de comer, pone cara de bobo sin saber qué decir. Él no sabe qué decir, pero una de las señoras que ha llamado al camarero sí, y lo hace con seguridad, sin vacilaciones, señalando para que no haya duda, “póngame lo mismo que a ella”. Es el anuncio oficial de los Premios Goya del cine español, y muy español, que ayer celebró su 34 edición. Ha leído bien. Ya van 34 años de Premios Goya. Creo que es una de las mejores promociones que recuerdo quizá porque no recuerdo otras, pero esta de TVE, que remeda a Cuando Harry encontró a Sally, me parece divertidísima y gamberra. Esta semana, invirtiendo los papeles, ha sido Buenafuente el del orgasmo en la promoción de La 1 y con idénticos resultados. No sé, porque la gala fue anoche, si resultó un muermo, o de las que, como sí recuerdo las que presentaba doña Rosa María Sardá, hay que colgar en la hornacina de las buenas. También da igual en relación a esta pieza porque de lo que trata es del cine español, de lo bien encarrilado que va, de la excelencia de la mayoría de lo que se rueda en España, y de la estúpida, pero estúpida nivel Isa P., nivel cualquier pelanas de reguetón, estupidez sin control como los incendios de Australia, de la derecha más cerril y ridícula, que cree que no ir a ver películas españolas es un acto de patriotismo. Todo es tan necio, grotesco y burro, que apenas merece el comentario. Este año me he visto casi todas las que entran en colisión concursando en los apartados más relevantes, lo de Mejor película o Mejor director.

Antonio Gasset
     Entré al cine con ciertos remilgos cuando fui a ver Mientras dure la guerra, pero a los pocos minutos la historia no sólo me atrapó sino que alcanzó fibras emocionales, fibras políticas, provocó deleites estéticos y me golpeó como ciudadano que rabió al mirarse al espejo y ver que aquellos días fieros y sacristanes, monolíticos y de trinchera, de odio y exclusión, de incivismo y burricie, de alegato de la ignorancia frente a la educación y la reflexión, vuelven a vislumbrarse en el cristal de hoy en día, como si la historia de nada hubiese servido. Creo que Alejandro Amenábar ha firmado uno de sus trabajos más potentes, y que Karra Elejalde, fuera de su zona de confort cómico, está en don Miguel de Unamuno desde su primera aparición, tierno, rabioso, enfadado, agotado, lúcido y desconcertado. Y qué decir de Dolor y gloria, donde Pedro Almodóvar hace una de las grandes. Y qué decir de La trinchera infinita, de Jon Garaño, Aitor Arregi, y José Mari Goenaga, un trío en estado de gracia que llevan la angustia y la reflexión en torno al miedo a la libertad, con un puntilloso y brillante ejercicio narrativo, a cotas sublimes. Y cómo no, a ese Antonio de la Torre que hace de su mirada otro personaje que casi tiene vida al margen de su dueño en una atmósfera de sofoco, dolor y claustrofobia. Lo tiene mal el jurado para elegir. Son obras que rozan lo magistral. Y son españolas, insisto. La 2, la tele pública, mantiene en antena un clásico de la promoción cinematográfica, Días de cine. Aunque también parezca que fue ayer, Días de cine nació en 1991, es decir, un formato longevo porque 28 años en antena con la misma temática son muchos años. Por él han pasado rostros muy conocidos, entre ellos Aitana Sánchez Gijón, su primera presentadora –no, no la recuerdo, la verdad-, pero es Antonio Gasset el que nos/me hizo buscar el programa, entre otras cosas a la caza de sus comentarios, de sus añadidos y su proverbial escepticismo. Aquí va alguna de sus perlas. Buenas noches, Días de cine es un programa dedicado a entretener a noctámbulos, parejas en crisis, politoxicómanos, e incluso algún aficionado al cine. Otra. Llega la publicidad, continuad gozando de las ventajas del hogar, es decir, violencia doméstica, desconfianza mutua, hijos con tatuaje, y salarios insuficientes. Y una última. Los imbéciles son siempre imbéciles proyectemos lo que proyectemos. Leído lo leído, está claro que en la pudibunda España de hoy que se la coge con el papel del escándalo fatuo no cabrían “las cosas” de Gasset.

Especímenes
     A la gala, que se celebró anoche en Málaga, y como decía más arriba, no acudió el señorito Santiago Abascal, el de Coz. Se trata de ser el más malo de la clase, de no caer en las trampas de los cómicos. Si el año pasado protestaba porque la Academia de Cine no lo invitó, este año, que sí ha sido invitado, el huevón se ha puesto el pin anticine en los testículos y ha dicho que no. ¿Y eso? Pues porque estas galas “se han convertido en mítines políticos que otorgan subvenciones a la izquierda”. Ese es mi hombre. La espantada “patriótica” salta a Cuatro al día, que ahora presenta el tío de los colchones Joaquín Prat, que tiene el cielo ganado juntándose con Paz Padilla, a la que, ni siquiera en un anuncio que pretende ser blando, dejo de ver con repulsa por su extraordinaria ordinariez. Es parecida, la repulsa, a la que me produce otro señor de barba rizada y suelta verborrea al que doña Ana Rosa Quintana sólo le falta meterlo en nómina. Hablo de Iván Espinosa de los Monteros, que llama especímenes a Echenique y a la gente de Podemos, especímenes “que dan miedo cuando vamos a la cafetería del Congreso y nos los encontramos allí”. Por su parte, su esposa, Rocío Monasterio, y tratando de demostrar su inocencia en la reforma de una propiedad de Arturo Valls, va y publica en redes su DNI y su domicilio. Dame Goyas, dame Goyas, decía Silvia Abril. Pues ya os lo digo, Iván y Rocío, de lo que tomáis, cari, no me pongáis ni chispita.


La chispa
Pedro Sánchez
El lunes abrió la veda de las entrevistas Pedro Sánchez no como presidente en funciones sino como titular, y lo hizo eligiendo bien el medio a visitar. Tenía que ser el que fue, RTVE. Fue en directo, y a la Moncloa se trasladó un equipo capitaneado por Ana Blanco y Carlos Franganillo. Es de agradecer la elección de la tele y radio públicas. Ya tendrá tiempo de visitar otras cadenas, como hacen sus ministros y ministras.

Maldeojos. Estoy harto


Estoy harto
(Artículo publicado el sábado, 25 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Ya sabemos cómo va esto de la tele. Si te dicen que La voz es un programa de música y y bla bla bla, pues eso, ni de coña. Será un programa para comprobar cómo los coches envejecen en pantalla como uno más de la familia y sin embargo, a pesar de los años, tanto Rosarillo como el simplón Bisbal dicen las mismas tonterías en sus juicios, que si ay, mi vida, ay, mi corazón, ay, qué lindo, qué arte, pero de música, nada. Pamplinas. Si te anuncian que Masterchef es un programa de cocina, sabes que con él no aprenderás a cocinar. Será lo que sea, pero de cocina no. Será una exhibición de regañinas y de aspavientos cuarteleros, de simpáticas meteduras de pata en la olla del concursante cuya elección tiene ese perfil, el cómico, el chistoso, pero olvídate de aprender cómo se hace un potaje, sobre todo si no hay que liofilizarlo o esferificarlo, que es el copón de Bullas.

     Si te dicen que La isla de las tentaciones es un programa sobre el amor, échate a reír, y pega la vuelta. Cuanto más intensa se pone Mónica Naranjo en la isla y más seria y más ahueca la voz Sandra Barneda en el plató, más pisotean al amor, los sentimientos nobles, más destrozan la pureza de los corazones. El amor les importa una mierda. Esta gente habla de otra cosa, busca otros resultados. Y en estas irrumpe La 1. Lleva días con la monserga de que el lunes vuelve el programa de telas, hilos y dedales, Maestros de la costura. Así que olvidémonos. Lo que menos importa es eso, la costura. En los anuncios vemos la levedad del costurero Alejandro Gómez Palomo y sus posturitas para epatar, las plumas que sueltan algunos aprendices o las salidas de tono de la vieja cascarrabias Lorenzo Caprile, que grita, “estoy harto, estoy harto”. Como yo, y aún no empezó..


Maldeojos. 2017/2020


1917/2020
(Artículo publicado el jueves, 23 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
     A) Llego a casa con un pellizco emocional de los gordos porque durante las dos horas que estuve en el cine me hice la misma pregunta. ¿Es posible el disfrute estético viendo el horror de la guerra en la pantalla? 1917, la última película de Sam Mendes es eso, un bellísimo poema barroco narrado con un virtuosismo férreo y sobrecogedor que vuelve a los años de la I Guerra Mundial, al barro, la sangre, la muerte, el frío, la sinrazón. B) Pongo la tele. La 2. Está Documaster. Emite Juventudes hitlerianas. El ejército infantil nazi. Es un trabajo que firma David Korn-Brzoza. Las duras condiciones del armisticio de la Gran Guerra generaron en Alemania descontento. Hitler lo aprovechó con trolas como la superioridad de lo ario para diseñar su plan. En 1932 más de 70.000 críos lo recibían en Postdam dispuestos a dar su vida por él. El campo abonado daba sus frutos.
     C) 2020. La misma noche entro en Twitter. Antes te llevo por delante, le escribe un usuario -@Jess29774458- a la periodista murciana Rosa Roda -@RosaRodaNews-, que la llama “loca del coño”, y en otro tuit le dice, “me coméis el rabo tú y Rosa, los dos, con pin y sin él”. Rosa acaba una de sus entradas con esta etiqueta, #NoAlPinParental, y de ahí el exabrupto del tipo -¿tiene ya su denuncia?-. D) Bruno Bimbi, periodista, autor de El fin del armario, vivió 10 años en Brasil y asistió al nacimiento y auge del hoy presidente Jair Bolsonaro, que usó la expresión kit gay para crear el miedo sobre algo que no existía, todo un plan que se llevó a cabo en connivencia con la iglesia evangélica preparando el terreno para que cualquier trola se extendiera sin más. C) Me voy a la cama y veo a Abascal feliz, henchido. El campo abonado también empieza a dar frutos.


miércoles, 22 de enero de 2020

Maldeojos. Tocapelotas


Tocapelotas
(Artículo publicado el martes, 21 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Cada programa, sea magacín de tarde o de mañana, tiene su reportero porculero –no lo busquen en la biblia del español, no existe el término, pero debería, porque es de esas palabras que se entienden a la primera-. El reportero porculero es el reportero follonero –este término sí existe-, y de ellos, la tele está llena. ¿Habrá que recordar que la cumbre que hoy habita Jordi Évole empezó a fraguarse como reportero cachondo, follonero? Son los reporteros y reporteras pesadas que, a veces, hasta en casa incomodan por su capacidad inagotable, por su sentido de la “inoportunidad” al preguntar lo que los políticos no quieren responder sobre todo en lugares desubicados que nada tienen que ver con “estas preguntas” –inauguraciones, conferencias, desayunos informales-.

     La gente profesional de la política tiene una habilidad extraordinaria para mirar en dos milésimas de segundo el logotipo que lleva el micro y así saber a qué atenerse, si la cosa va de coña, si lleva carga envenenada detrás de la sonrisa del reportero o si la pregunta el colmillo retorcido. El programa de Cristina Pardo en La Sexta la tarde del domingo  tiene su reportero tocapelotas, y se llama Luis Troya, y está, como decía, en la línea de lo que antes hicieron Marta Nebot –ahora en Todo es mentira como tertuliana- o Raúl Gómez –ahora como protagonista en #0 de Maraton man-. Que el PP da un desayuno para que la lideresa Isabel Díaz Ayuso exhiba su acreditada fama de pánfila, allá que llega Luis Troya con porras y churros a ver qué pesca, o se va a Teruel para dejar claro que no sólo existe sino que Ortega Smith hace el ridículo ante menos de 100 almas. No es extraño que los reporteros porculeros no sean bien recibidos por ningún partido.




Maldeojos. Sin tentaciones no hay paraíso


Sin tentaciones no hay paraíso
(Artículo publicado el domingo, 19 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

      Telecinco, de nuevo, está en todo. Te pone la tentación -10 tíos, 10 tías que no son tu pareja-, y te pone el paraíso, que focaliza en Villa Playa y Villa Montaña, dos lujosas mansiones en República Dominicana donde se alojaron para ver si al ver al otro, a la otra, que no es el suyo o la suya, la relación salta por los aires y se encaman con “el otro o la otra”, todo muy Telecinco. Es decir, usted tiene una relación guay o nefasta con su amor, pero como la vida loca es así, la vida del espectáculo exige mucho esfuerzo, vas y le dices a tu amor, oyes, ¿y si nos vamos a una isla, dejamos de vernos unas semanas, entras en contacto con tíos y tías de almanaque, te dejas sobar o no, te dejas camelar o no, incluso te metes en la cama o no, y a ver qué pasa? Si vences la tentación, lo nuestro va en serio. Si caes en ella, que te den. Es La isla de las tentaciones, es lo más cercano al gilipollas integral que juega con fuego. La isla de las tentaciones es un programa de una perversión magistral. Todo está diseñado para que salten las costuras de la relación, o al menos para pasar unos malos ratos del copón, y sin necesidad. Presenta la cosa la cantante Mónica Naranjo, que también festonea con sus gritos parte de la banda sonora. Ella, en modo señora, en vez de hacer de alcahueta, de junta corazones, lo que viene siendo la Celestina de toda la vida, es una bruja mala que pone las condiciones –casa, piscinita, tumbonas, césped, arena blanca, cocoteros, bebidas, música, comentarios, observaciones- para que el amor salte en pedazos y las relaciones se vayan a la mierda. Telecinco, digo, está en todo. Carlos Sobera recibe con palabritas del niño Jesús y con la ceja levantada a los comensales de First dates por ver si además de comer se comen a besos y se hacen pareja. La isla de las tentaciones, en el otro lado del mundo, en la cara oculta de la luna, trabaja para todo lo contrario, trabaja para que salten las costuras, para que los celos incendien la relación, para que nadie crea que las cosas son para toda la vida, vamos, para mandar a tomar por culo una pareja. Sandra Barneda, que también tiene vela en este entierro, se encarga de los debates del programa –qué sería de estos estercoleros si no hubiera debates, encontronazos, gritos, lloros, insultos-, ella, digo, como en su día Mercedes Milá con su experimento de Gran Hermano, lo que desea es “abrir un debate social sobre el amor”. Enternecedor. Sobre todo viendo a las lagartas y a los chonis elegidos. Vamos con ellas y ellos.  

Pirotecnia programada
     Como suele pasar en las primeras entregas de estos concursos, es decir, plataformas de lanzamiento de buscadores de fama, de tocarse el tocomocho de plató en plató, de ir adquiriendo la categoría de eminentes prescindibles, de conocidos mediocres, hay un tiempo dedicado a presentar a los participantes. La noche del estreno, con las parejas a un lado y con “las tentaciones” al otro, tentaciones que estaban a oscuras para potenciar el efecto sorpresa hasta que se hizo la luz y un ohh invadió Villa Playa, estuve a punto de echar la pota escuchando las majaderías de unos y de otras. Una tal Katerina camina hacia el punto G del foco de cámara para decir, casi entre lametones, que es modelo rusa y que “mi cara ha salido en todas las revistas del mundo”. Un tal Julián dice tener 25 años, ser el empresario más conocido de Valencia, y que a pesar “de tener esta fachada irresistible, tengo un corazoncito con muchas ganas de enamorarse y convertir el Caribe en mi paraíso” y, como los toreros o las folclóricas, que viene a ser lo mismo, guiña un ojo al girarse, sin duda satisfecho por su ocurrencia. Otro es Joy, que señalando sus trabajados bíceps, dice ser “el toro de Paraguay”. Pero el que más me mató por lo trabajado de su presentación es un tal Lewis, 25 años, de Tenerife, sulfero. ¿Alguna se quiere subir en mi tabla? Y mirando al respetable en un silencio dramático, callose y largose con andares de potro. Las parejas enmudecieron. Yo, por poco muero con el ataque de risa. Además de Katerina en el apartado de jacas en exhibición está una tal Andreína, con las tetas a la altura de las amígdalas, que asegura que su chico ideal es, “por supuesto, uno que me atraiga en lo físico, pero sobre todo en lo intelectual”.  Con un par. ¿Ha dicho intelectual? Creo que es suficiente. Lo cierto es que con este material pirotécnico tanto las tentaciones con chichi como las tentaciones con rabo, todas hervidas a fuego lento bajo parámetros intelectuales, se encargarán de dinamitar la pareja que, insisto, para qué cojones ha ido a la puta isla. Un último apunte. Para afinar más en el sentido intelectual que tanto adora Andreína, la mayoría de participantes, sean parejas o tentaciones, provienen de ediciones pasadas de Gran Hermano, de First dates o, por dios no digas más, de Mujeres y hombres y viceversa.  

Supervivienta
     Son, para resumir, profesionales del submundo. Así es que cuando la médium del mal, la tonta útil del sarao, doña Mónica Naranjo, se pone intensa y asegura que todo lo que pasa en la isla es de verdad, se me descuelga la carne, y sé que tentaciones como estos programas basura no me tientan lo más mínimo, ni siquiera para reírme, única manera de ver a estos sujetos con ansia de cutre fama. En la entrega de esta semana en Cuatro las costuras de las relaciones ya han saltado por los aires, tal como estaba previsto en el guión gracias a los montadores del equipo que seleccionan escenas con que chinchar el corazón de la pareja. La que me ha decepcionado ha sido la ex presidenta mangui de Madrid, doña Cristina Cifuentes. Mira, Cristina, con cariño te lo digo, no entiendo tu rechazo a ir a Supervivientes. Si te sientas frente a Jorge Javier y te haces un Sábado de Luxe, a la mierda el orgullo, húndete en la tentación, tírate del helicóptero y conviértete en la Pantoja de la política. Lo dicho, La isla de las tentaciones, para quien tenga la tentación de creer que los paraísos no pueden ser artificiales, y lo son, vaya si lo son. A la propia Mónica Naranjo le pusieron la tentación y cayó en el fango y la niebla.

La chispa
Alberto Chicote
El cocinero con pinta de morlaco Alberto Chicote, que embiste como un miura al olor de los fogones más infames, ha vuelto a salir a la calle en su papel de benefactor del pueblo. Ya lo hizo en ¿Te lo vas a comer? denunciando los menús de residencias de ancianos y hospitales públicos. Ahora ayuda a personas con Síndrome de Down y otras discapacidades en Auténticos –miércoles, La Sexta- a realizar sus aspiraciones.

Maldeojos. ¿Racializadas?


¿Racializadas?
(Artículo publicado el sábado, 18 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Por la mañana escuché en Espejo público la tertulia que tenía abierta Susanna Griso, y de golpe, a punto de arrojar a caños la tostada con el mejor aceite de oliva y el zumo con naranjas de primera, o sea, lo que más quiero y por lo que a esa hora sería capaz de matar, escuché el palabro del titular. Ahí va. Racializadas. Mujeres racializadas. Detuve la tostada, detuve el zumo, detuve mi vida, y presté la atención debida. Es que resulta que Alba González era nombrada por Irene Montero, ministra de Igualdad, directora general de Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial por la mañana –prometo por mi conciencia y honor que se llama así, con un par de ovarios- pero por la tarde dimitía la buena señora porque es blanca, y esa dirección pasaba a manos de la “racializada” Rita Bosaho, negra, ante las protestas de colectivos como Afroféminas.

     Como mi tostada y mi zumo están por encima de cualquier contingencia racial, local, demencial, papal, floral, y gutural, seguí a lo mío. Ay, tonto, Edipo huyó creyendo que se alejaba de la madre, y recordemos lo que pasó. Lo mismo me pasó a mí, quitando lo sórdido. Unas horas más tarde me tope con la mismísima ministra, que respondía a Ferreras –último titular, doce y quince, atención, titular, etcétera-. Y doña Irene habló también de mujeres racializadas, la ostia puta. Pues mira qué os digo, racializada es una puta tontería lo diga Montero, el porquero, el que se inventó la yenka, el que firmó los Conciertos de Brandenburgo o María Jesús con o sin acordeón. No nos libramos, ni las mujeres estigmatizadas por su origen ni por el color de su piel, de ser idiotizados y de convertir el lenguaje en un pantanal que en vez de aclarar, oculta y enmaraña.


Maldeojos. Más Máximo


Más Máximo
(Artículo publicado el jueves, 16 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     El Gobierno lleva más o menos 72 horas en activo y España aún no se ha roto, rediós, es posible que por los rezos del arzobispo de Valencia Antonio Cañizares, siempre tan divertido y oportuno, y por supuesto marcando el paso a sus acólitos de la derecha más zopenca y fiestera, que con cuatro gatos monta el circo en Teruel abrazada a la bandera. Es tan bronco y extremo todo, tan de escupitajo y guerrero, tan de trinchera y mala educación que un tipo como Borja Sémper, hasta el martes portavoz del PP en el País Vasco, ha dicho que se va de su partido, de la política. Y que se va porque no soporta la deriva populista, esa bajada horrenda al barro que está siguiendo el PP de Pablo Casado marcado, jaleado, e influido por las astracanadas del partido ultra de Santiago Abascal, tan cómico a veces en su vacua solemnidad y fiereza.

     De todo eso, y de otros asuntos de actualidad, se habla en A partir de hoy, que viene de nuevo aquí porque TVE ha tenido a bien quitarse de en medio el programa de cocina que, con más pena que gloria, presentaba el malagueño Dani García, y eso que tiene en su haber 3 estrellas Michelin, pero no, había algo en él que no atraía, y la tele es eso, pura atracción. Así que Hacer de comer –no se reventaron el cerebro con el nombre- ya no está en la parrilla de La 1. Y por tanto, al instante, la mañana de TVE tenía media hora más. Esa media hora es la que le han añadido al programa de Máximo Huerta. Y sí, ha sido una excelente idea porque el programa no sólo se ha consolidado sino que ha entrado en la fase de aumentar su audiencia. Y lo ha hecho día a día por su apuesta por la diversidad de asuntos, por el propio presentador, y por unos colaboradores acertados.




miércoles, 15 de enero de 2020

Maldeojos. Gobierno y OT


Gobierno y OT
(Artículo publicado el martes, 14 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Casi al mismo tiempo, con apenas unas horas de diferencia entre el domingo y el lunes, y a la voz de ya, en casa se oyó aquello de… Se abren las puertas de La Zarzuela para recibir el autobús de ministros y ministras que entran en la academia regentada por el doctor Pedro Sánchez, bajo la mirada atenta del rey Felipe VI. Y se abren las puertas de la academia de Operación Triunfo dirigida por Noemí Galera para recibir la nueva patulea de aspirantes al más brillante de los olvidos después de pasar semanas y muchas semanas en La 1 con un chorreo de galas presentadas por Roberto Leal que nos volverá locos, pero locos de atar. Y si me apuran apunto otras puertas, las puertas de la cosa esa del feminismo radical para recibir a Isabel Díaz Ayuso, nueva heroína del feminazismo dejándose ver con el pelo suelto en un campo de fútbol saudí en la Supercopa. Me meo.

     Abro paréntesis. ¿Supercopa de España, jugándosela Real Madrid y Atlético según leo, en Arabia Saudí? Sin saber mucho de esto, intuyo que poderoso caballero es don dinero. La noche del domingo, luchando contra el bostezo y el hastío, tratando de animarme con la perenne sonrisa de Roberto Leal, y de no asustarme con la imagen terrible de Nina -¿quién la maquilló así, quién la peinó así, quién la vistió así?-, el domingo traté de ver con normalidad la desparramada llorera de los que no entraban a la academia y la de los que entraban “para dar lo mejor de mí”, incluso procuré no agriarme mucho con el baile de los chicos que ponen la mano como cogiéndose el paquete, flexionan las rodillas, y colocan los dedos así, como si el reúma se los retorciera. Gobierno y academia de OT ya están en marcha. Todo rápido, simple, y sin dolor. Claro que el dolor viene después.

Maldeojos. Ferreras, titular, ¿qué hora es?


Ferreras, titular, ¿qué hora es?
(Artículo publicado el doming, 12 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Atención, titular, once y cinco, Sardá, un momento, última hora, once y doce, Esquerra Republicana, titular, once y trece, el no de Oramas, Contreras, Al rojo vivo, en directo, once y catorce, María Llapart, un diputado, Bea Zamorano, insultos al de Teruel en su casa, con todo esto, once y quince, ¿sale la investidura?, Angélica Rubio, profesor, once y dieciséis, titular final, once y dieciocho, José Miguel Contreras, mañana desde temprano de nuevo aquí, once y diecinueve, doce y dos, doce y diecinueve, titular, otro titular, María Claver, doce y veinte, Cataluña, doce y veintiuno, doce y veintidós, un momento, Moncloa, doce y veintiocho, quince cuarenta, ochenta y dos, votación muy reñida, cien horas de directo, quince y ochenta, abrazos, titular final, una impresión rápida, Carmen Morodo, Angélica Rubio, no, espera, Pablo Iglesias en la tribuna, a ver, setenta y dos, catorce cuarenta, quince veinte, titular, no, luego, no, ahora, un momento, publicidad, volvemos, más periodismo, diez noventa, ocho quince, bronca en el Congreso, reacciones, veintiocho setenta, último titular, de nuevo crispación verbal en el Congreso, conectamos, directo, Pedro Sánchez contesta al diputado de España suma Sergio Sayas, titular, doscientos cuarenta, ochenta horas de programa, vamos que nos vamos, ocho quince, otra vez, once catorce, por cierto, Esther Redondo, qué dicen los diputados socialistas, redacción, reacciones, qué dicen las redes, Bea Zamorano, trece mil quinientos sesenta y nueve con quince menos cuarto, titular, impresión, no, sí,  profesor de ciencia política, Lluis Obiols, siete menos catorce mil, siete y catorce mil uno, más periodismo, José Yélamo, doce y trece, titular, Pablo Casado muy enfadado, reacciones, alto voltaje en este rifirrafe en la bancada de la derecha, doce y catorce, sí, otra vez, llevamos cinco días aquí, doce y quince, por cierto, hay una novedad, Gabriel Rufián, Bea Zamorano, qué dice ahora, quince y dieciséis, ojo, atención, los obispos se arrodillan rezando por España, doce y diecisiete, ahora publicidad, doce y dieciocho, no me quiero ir, más investidura, que esto no acabe, ocho días ya, doce y ciento y la madre, Ignacio Escolar, impresiones, no, espera, Pablo Simón, profesor, politólogo, análisis, doce y veinticuatro, Miquel Giménez, Barcelona, bon nadal, bona tarda, bona nit, qué dice Torra, no, espera, diputado Errejón, Congreso, impresión, la mañana avanza, una y doce, periodismo, ochenta días aquí, me duelen las manos ya, directo, quietos, nadie se mueve de aquí, dos y cuatro, dos y cinco, dos y seis, Javier Aroca, titular, no, no, un titular rápido pero de Paco Marhuenda, volvemos enseguida, más periodismo, sigue, sigue, no pares, dos y nueve, dos y diez, dos y once…

Que lo desconecten
     Una ambulancia, coño, que le ha vuelto a dar. Parad las máquinas, y quitad esa puta música, venga, cada uno a su casa, joder, ya está bien, ni Al rojo vivo ni puñetas, esto es un disparate, Antonio García Ferreras ha entrado en coma, pero el cabrón no para de mover las manos y decir la hora, y más periodismo, y Sardá, y un abrazo para Inda, la leche, pero qué hace este tío aquí, que están votando, que me voy al estudio, sacadme de aquí, Pastor, por favor, no me hagas esto, sólo llevo ocho días de programa, trece y dos, trece y tres, trece y cuatro, Helena Resano, más periodismo, La Sexta, volvemos, habla Adriana Lastra, oiga, señor Ferreras, cálmese, que está en la UCI, ha venido a verle su hijito y la niñera, una de las personas que más gana en España, no mueva las manos que le van a saltar las vías, y no se preocupe, no le vamos a quitar su camisa negra, mire, no sufra, sigue ahí, está como incrustada en su piel, pare, coño, no mueva las manos, nueve y ocho, nueve y nueve, nueve y diez, más periodismo, último titular, Manuel Cobo, que lo desconecten, tío, esto es insufrible, le va a dar un parraque, dios, la investidura le va a costar la vida, jamás hemos visto en la UCI nada parecido, un menda sedado, vegetal, y ahí está, a su rollo.

Vivir en la tele
     Lo malo de huir de tus fantasmas es que al final del túnel te los vas a encontrar riéndose como un Joaquin Phoenix al recoger su Globo de Oro por Joker, o la muy famosa idea del ¿no quieres caldo?, toma dos tazas, o éramos pocos y parió la abuela, o ¿creías que la denuncia de violación en Gran hermano acabaría con la basura en Telecinco?, pues prepárate, que llega Mónica Naranjo con un cargamento de joven carnaza a La isla de las tentaciones, total, que tal vez necesites un poco de respiro, un descanso, saturado de los modos y maneras de Ferreras, pero el destino es juguetón a veces y si tú descartas el original, él te reserva la copia. Llega en forma de gag al especial “golpe de estado”  de José Mota en La 1 para que el CCN, Comité Cómico Nacional, lidere este país, y allí vemos al Ferreras imitado con sus manos de molinillo, sus aspavientos y sus requiebros, pero al actor se le olvidó decir cada dos segundos la hora. Imperdonable. Por cierto, el golpe de los cómicos fracasó porque los políticos han elevado el listón del chiste a cotas casi inalcanzables. Mientras tanto, si algo puede ir mal, es que puede ir peor, y no hablo de que frente a la octava temporada de Tu cara me suena, que el viernes estrenó Antena 3, Telecinco, al no poder escupir otra tanda de excrementos de Gran hermano, atacara con Bertín espatarrado frente a Paquirrín, para mí lo más cercano a la tortura catódica, hablo, digo, de que al fin tenemos presidente, una putada para Ferreras, al que oyen dando alaridos por los pasillos de La Sexta, “no te lo perdonaré jamás, Pedro Sánchez, jamás”, dice, a sabiendas de que su vida, sin programas sinfín de varios días seguidos metido en el plató, no tiene sentido. Con la legislatura en marcha, por más que el trío Casado, Abascal, y Arrimadas nos regale momentos gloriosos, no dará para especiales kilométricos, sniff. Es muy duro acabar el programa, irse a casa, y volver mañana en vez de hacer quince horas seguidas, joder. Por cierto, Ferreras, ¿qué hora dices que es?

La chispa
Xabier Fortes
Hablo de él porque es la cabeza del equipo, el que da la cara, hablo de Xabier Fortes en la misma página de Ferreras porque el periodista gallego ha conseguido, con tesón, rigor e independencia que TVE, a través de Los desayunos de La 1, vuelva a ser referencia en días señalados, y el de la investidura de Pedro Sánchez lo es, y de los gordos. Frente al 13% de audiencia de Al rojo vivo, el 20% de la pública. Que siga la racha.

domingo, 12 de enero de 2020

Maldeojos. Ana Rosa y otro


Ana Rosa y otro
(Artículo publicado el sábado, 11 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     La noticia que fue cebando la mañana del jueves el magacín de Ana Rosa Quintana, pero cebando desde que se ponen las calles, cebando como se ceba un cochino para la matanza, no era tanto la entrevista desde la cárcel de Lledoners en Barcelona donde se encuentra preso el político Oriol Junqueras, de Esquerra Republicana de Cataluña, líder del partido y condenado a 13 años de prisión por sedición y malversación, no era tanto la entrevista como que la señora que la haría. Ya está en el coche, decía desde el estudio su sustituta, Ana Terradillos, ya está llegando, ya le quedan cinco minutos, ya puede estar dentro. Y así. Es decir, la noticia es ella, es la periodista que va a entrevistar al preso, que le regala ese tiempo como presente de cumpleaños, que El programa de Ana Rosa lleva 15 en Telecinco.

     En una de las conexiones en directo, no te lo pierdas, con el coche de la licenciada, se lamentaba, o no, que con esta mujer nunca sé cómo tomarme nada, de que como las cámaras no pueden entrar en el trullo para inmortalizar el ¿histórico momento? –seguro que así lo entiende la paya- el encuentro es una “vuelta al periodismo de toda la vida, con bloc y boli”. Me encanta. Los rótulos que el viernes anunciaban que la entrevista se vería en cosa de minutos, y que se parara el mundo, hablaban de “exclusiva”. Claro. La misma exclusiva que han tenido antes otros medios, que Junqueras es muy educado y habla con todo el mundo. A lo que voy, que cuando llega “la exclusiva”, y al no contar con imágenes, una voz en off reproduce las preguntas y las respuestas que, sobre una foto de Junqueras, se escriben en la pantalla. O sea, mucho castillo para tan poco fuego.



Maldeojos. Lágrimas en el Congreso


Lágrimas en el Congreso
(Artículo publicado el jueves, 9 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Decía el diputado de Compromís Joan Baldoví el martes en el Congreso que se había equivocado, y que la derecha tan faltona y hooligan no necesita tila para tragarse el sapo del gobierno de coalición sino educación. Tampoco es moco de pava no menstruada la performance de Adolfo Suárez Illana girando su sillón en la tribuna cuando sube al estrado alguien con quien no está de acuerdo –como un jurado de La voz, decía Oskar Matute, de Bildu-. Pero el martes, además del nuevo Gobierno, que ya es en sí mismo motivo de emoción, se vivieron momentos de máxima sensibilidad que traspasaron la pantalla. Uno fue cuando parte del Congreso, de pie, aplaudía a Aina Vidal, En Comú Podem, que pese al cáncer agresivo que sufre acudió a votar, y entre lágrimas agradeció el gesto y abrazó el ramo de flores que le regaló Pablo Iglesias.

     Tampoco el líder de Podemos pudo aguantar, y cuando abrazó a su colega Echenique después de la votación lloró, pero lloró nivel Bustamante, le dijo luego por la noche, en su visita a El intermedio, Wyoming, con quien echó unas risas para rebajar la tensión del día. Ayer por la mañana fue El Sevilla, en su análisis diario sobre la actualidad en el programa matinal de Alfonso Arús en La Sexta, el que volvió a las lágrimas del día de la investidura de Pedro Sánchez. Destacó lo emotivo del aplauso a Aina, y sobre las de Iglesias dijo, “no sé si empezó a llorar por el ojo izquierdo o por el derecho”, dato que es muy importante.  Si empieza el derecho es felicidad, si es el izquierdo es como el cocodrilo, que mientras se come a su víctima -¿Sánchez?- no para de llorar. Yo lloré con los dos. De alegría. Ya habrá tiempo de decepciones, si llegan, para llorar de rabia.


Maldeojos. Rey Mago


Rey Mago
(Artículo publicado el martes, 7 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Como es mejor vivirlo que contarlo, o para contarlo es mejor vivirlo, tal como decía la ególatra, y para mi insufrible Samanta Villar en 21 días, que presentó en Cuatro hace 10 años, a servidor le colocaron el domingo una corona, le pusieron barba larga, guantes y anillo de perla roja engastada en oro, túnica de seda con primores de plata, un cubre espaldas de armiño, y subió a la carroza real del rey Melchor como majestad por un día que recorrió las calles de Villanueva Mesía, su pueblo granadino. Observarán que esto de la realeza impone carácter porque en cuanto se descuida uno habla en tercera persona de sí mismo. Y es cierto, no es lo mismo vivirlo que contarlo. No es lo mismo vivirlo que verlo por televisión para contarlo. Fue una tarde emocionante. Llena de orgullo y satisfacción. Cómo entiendo ahora a los colegas Juan Carlos y Felipe.

     Ver la carita de los niños tirándote besitos desde la acera, ver cómo el papá se agacha para darle los caramelos que vas lanzando, ver cómo la mamá te señala para que el crío sepa que es a él a quien le regalas el balón, ver cómo hay sonrisas y miradas de asombro que no conocías, darte cuenta de que la ilusión es un estado pasajero y efímero que en apenas un suspiro se torna esquiva, oscura, e irreconocible, comprobar que al entrar al centro cultural donde se darán los regalos para “que no haya ningún niño del pueblo que no lo tenga”, ver cómo grandes y mayores nivelan sus estados emocionales, sonreír una y otra vez para la foto con la cría, con el crío que hace pucheros entre rechazo, miedo y la atracción que le dan esos raros personajes, en fin, La 1 y las autonómicas lo bordaron con sus cabalgatas, pero ser rey en tu pueblo no tiene igual.

Maldeojos. Todos inocentes, e inocentas


Todos inocentes, e inocentas
(Artículo publicado el domingo, 5 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     No existe en español el femenino de inocente, así que inocentas es una licencia del que escribe, una inocentada tan estúpida como tantas otras a las que estamos acostumbrados, y acostumbradas. Basta. Todos inocentes, se acabó. Ya dije aquí que la irrupción de la señora Tamara Falcó en nuestras vidas no fue porque sí ni baladí ni tararí que te vi. Fue programada como se programa el lanzamiento de un cohete para que, como en un inquietante reportaje de La 2 se decía el domingo, no quede un centímetro de tierra sin monitorizar, sin cartografiar con técnicas de relieve hasta ahora no conocidas. La señora entró tipo la puntita nada más, que si el Señor es su pastor, que si pija, que si sentido del humor, que si una exclusiva en la revista de mamá, que si concursante de Masterchef, que si tertuliana en A partir de hoy, que si ganadora de Masterchef, que si artista total en Telepasión y que si, y esa es parte de la bomba, nueva imagen por traspaso familiar de la empresa de caros alicatados en el último anuncio de Fin de Año. Nada es inocente en la familia de Isabel Preysler. Nada. Se dice que la pavita se ha llevado 150.000 euros por su estelar aparición. A ver, lo escribo de nuevo, 150.000 euros. Más que una investigadora de cáncer, más que una profesora, que un médico, que un pescador, más que las familias de la comarca valenciana del Vinalopó que embolsan las uvas de mesa que el día 31 la mayoría se tomó al ritmo campanero, etcétera. Incluso más que la moldeada Cristina Pedroche, embutida en oro de vidrio reciclado -¿no resulta cansina la pavada?-. Y no, no es una inocentada. Esto es tan real como el cabreo de cualquier periodista que no pudo preguntar a Pedro Sánchez y a su amor Pablo Iglesias cuando presentaron su programa de Gobierno. Recuerdo las cosas que decía el pillín Pedro y el agitador Pablo con el plasma del pasota Mariano Rajoy, pero se ve que idioteces como tomarse en serio el trabajo de la prensa son sólo si eres oposición. Válgame el cielo.

Amores rotos
     Los de Viva la vida no tienen problema. Ni Pablo ni Pedro les dan de comer. Hay uno en la tertulia que necesita un cargamento para llenarse la tripa, según colijo viendo su potente papada y la dificultad de sentarse sin mostrar las lorzas. Se llama José Antonio, y tiene un problema, tiene diarrea verbal incontenible. Es de los que, afectado y mari, siempre parece enfadado. Ponen imágenes de una tipa llamada Isa P. Juro por lo que no creo que esta zagala se echó al monte del arte creyendo que al tener a Isabel Pantoja como mamá, lo demás, es decir, la música y el tronío, iban en el lote. Claro que su hermano Paquirrín también lo creyó, y ahí está, dando tumbos por discotecas ganando una pasta. La señora Isa P. se ha hecho una cola en el pelo, se ha pegado uñas del tipo Rosalía, se ha embutido en cueros, ha cogido un micro, y… Que lo explique El toca huevos, que en su canal de Youtube lo narra muy bien. Dice que como liarse hoy con uno y mañana con otro para ir tirando de las exclusivas es cansino, a la absurda paleta se le ha ocurrido cantar. No deja segundo de vídeo sin comentar. Isabelita, Chabelita, Isa P, lo que tú quieras, pero coño, cambia de gesto, que los del corredor de la muerte tienen más registros que tú, que “parece que llevas un palo metido por tolculo”, dice el “youtuber”. Estas escenas las veo en el show de Emma García. La dirección del programa obliga a los comentaristas del chisme a ir de etiqueta, ellas con lentejuelas baratas y ellos con esmoquin del chino de la esquina –Luis Rollán, tan repipi, tan maruja, con gestos de folclórica decadente, es tan ridículo como el resto- . Cuando llegan a la ruptura de María Teresa Campos y Bigote Arrocet, o Edmundo, insistía la malagueña cuando las aguas de su amor bajaban serenas, el gallinero se pone feo. Como creo que es una inocentada unos días después del día de Inocentes, una trola de estos  cromañones, los dejo con la palabra en la boca. Tiene que ser Anne Igartiburu, bamboleándose por el plató de Corazón en La 1, quien la confirma. Adiós, amor, adiós.

Gran derecha
     Fue ella, un año más, quien presentó la gala Inocente, inocente en TVE. Creo que es la que menos me gustó de las que recuerdo. Quizá sea porque me sentía fuera de órbita. Ni uno de los “inocentes”, con la relativa excepción de Antonio Carmona, me decía nada, además de no saber siquiera quiénes eran. Edurne me pilla lejos por muy “cantante, modelo, compositora y presentadora de televisión” que sea, y si cantando me produce muermos muy poderosos, como jurada del concurso de talentos de Telecinco el hastío es de cementerio. Y por si fuera poco, su inocentada, con ella como la gran mensajera budista, con el robot, la que levita, el Lalai Lana, y las tres rayas de yeso en la frente como las tres rayas del wifi, sin chispa, lerda. El señor Simeone, metido en la cabina para emular a José Luis López Vázquez, ni fu ni fa. Del planeta fútbol, ni el césped. Lydia Valentín, la campeona olímpica de halterofilia, a la que engañaron creyendo que un muerto se llevó el ramo de flores que le iban a entregar en una gala, hizo lo que pudo. Lo del numerito del jeque histérico que regañaba al costurero Lorenzo Caprile –que santa Letizia Ortiz reina lo tenga en sus rezos- alucinante por ¿pero de verdad se tragó la pamema? Y así hasta un mozo llamado Antonio José, del mundo canoro. De chiquillo fue a la Eurovisión infantil, leo. Su música, flamenquito. O sea, voz en falsete, amores cursis, letras ridículas, millones de visualizaciones en la red, guaperas que habla con mucho quillo por aquí, quillo por allí, es decir, un nota que me deja lelo. Concluyo. He perdido la inocencia. O no. Porque yo sí confío en el nuevo Gobierno de coalición. Ya habrá tiempo de descubrir que todo era un montaje y que lo de Gobierno social era un numerito urdido por guionistas y que Pablo Casado, Inés Arrimadas, y el vaquero Abascal, por el fondo, aparecerán con el ramo de flores diciendo inocentes, inocentas.

La chispa
José Mota
TVE se convierte en las fiestas navideñas, desde Nochebuena a Reyes, en la tele elegida por la audiencia. Este año también. En ese saco está el discurso del Jefe del estado, las campanadas de fin de año, y los especiales, entre ellos el ya clásico de José Mota, que de nuevo “dio el golpe”. Su humor, pegado a la actualidad, también política, arrasó con más de un 30% de cuota de pantalla, una proeza en tiempos de consumo fragmentado.

Maldeojos. Manotazo papal


Manotazo papal
(Artículo publicado el sábado, 4 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Una escena de apenas cuatro segundos da la vuelta al mundo y se forma la de dios, que en este caso tiene mucho que ver aquí. La formación de Gobierno, la España que se está rompiendo a cachos –yo oigo ya los temblores, el bramido de sus costuras, el dolor en el corazón-, las manidas tonterías que dicen algunos y algunas –les pido por favor que no se rían mucho de Inés Arrimadas, que la pobrecilla hace lo que puede-, la vuelta de los nenes al cole, nada, estos primeros días de año pasarán a la historia como la otra vez que al papa se le fue la mano en Roma. Pero yo me pregunto, ¿fue el papa, el jefe religioso el que golpeó la mano de la creyente asiática que lo atrajo hacia ella cuando el sumo se paseaba entre fieles en la plaza del Vaticano o fue el hombre, Jorge Mario Bergoglio? Vamos a ver, los atributos papales tendrá que soltarlos el infalible algún momento, ¿no?

     Sigo con la reflexión. ¿Orina el papa o Jorge Mario? ¿Ronca el papa o Jorge? ¿Se lava los dientes el pontífice o Bergoglio? ¿Las flatulencias son expelidas por el vicario de los cielos católicos o por el ciudadano argentino? ¿Le dio encorajinado dos manotazos a la peregrina el divino o el humano? Desde luego, la cara que puso Francisco, porque en el momento comentado ejercía de Francisco, no era muy divino. Era la cara de enfado de un hombre que se sintió agredido, digamos una agresión laboral porque sucedió en hora de trabajo. ¿Qué ha pasado entonces, por qué el revuelo, por qué la imagen del clérigo dando hostias ¿consagradas? ha saltado a las teles del mundo? Pues por eso, porque si los papeles –divino, humano- entran en colisión, saltan las alarmas. El propio Francisco ha pedido perdón por lo que hizo Jorge Mario. Nota. No se rían de Inés, por favor.

Maldeojos. 2020


2020
(Artículo publicado el jueves, 2 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Qué raro. 2020 me sonaba, creo que nos sonaba a más de uno, a futuro muy futuro, nos sonaba a ciencia ficción, a lejanía insondable. Y fíjense, aquí está, aquí estamos. Hemos dado la trecha al calendario. En apenas unas horas pasamos del cansino runrún del traje de la Pedroche en Antena 3 o de la clásica, y ya amojamada estampa del donjuán de La 1 Roberto Leal, presente en todas las ceremonias como el ajo en las comidas junto a la también tutankamona elegante y hermosa Anne Igartiburu, hemos pasado de la música de consumo, digo, de los especiales nada especiales, a la música y la ironía de Cachitos de hierro y cromo, que para quienes ya no vamos de discotecas y el cotillón es una cosa que da sarpullido, resulta ser la mejor opción de la noche en el mundo tele y casa, un lote que no falla el 31 de diciembre. Y en La 2.

     El programa que presenta Virginia Díaz, aparte del archivo insondable de TVE, no sería nada sin los guionistas gamberros que rotulan con acerado y brillante humor las actuaciones. Son Pablo González y Antonio Vicente, que no dejan de sorprender con su habilidad para mezclar el polvo –ya clásico- de artistas de hilarante imagen con la actualidad de 2019 que se fue. En apenas unas horas se pasa de las uvas, del cava, y de Cachitos de hierro y cromo, o sea, de un año, al siguiente, y en mi caso, como hace ya muchos,  al Concierto de Año Nuevo. Un lujo. Esa música de los Strauss es el sonsonete ideal para espabilarse con energía y esperanza. La tradición manda que en los bises se escuchen los valses El Danubio azul y la Marcha Radetzky, del hijo y del padre, ambos Johann Strauss. Excelente manera de empezar 2020. Les deseo lo mejor. Sean felices. 

Maldeojos. Buen año


Buen año
(Artículo publicado el martes, 31 de diciembre, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Qué barbaridad. No sabe uno si estar al tanto de la realidad o pasar de ella. Quizá sea mejor pasar de ella, sobre todo si es una realidad seleccionada, o sea, esto sí, esto no es noticia. Todo informativo es eso. Si uno, usted, yo, vio el domingo por la noche las noticias que presenta en La Sexta Cristina Villanueva seguro que le temblaron las patas. Pero qué mundo es este. En una encuesta que encargó la cadena, el peor personaje de 2019 ha sido Santiago Abascal seguido de Pedro Sánchez y políticas como la estirada Cayetana Álvarez de Toledo. También Pedro Sánchez se valora como el mejor personaje del año junto a Pablo Iglesias, así que me corten el cuello porque no lo entiendo. Lo del barómetro de La Sexta es lo que es, es decir, que el resultado no sería el mismo si lo hubiera realizado la cadena de los obispos y otras eminencias.

     En el miso informativo, y a velocidad de disparo, hablan de la policía en California que da una paliza a un discapacitado que acaba muriendo –les advertimos de la dureza de las imágenes, decía muy seria la presentadora-, de la muerte de dos personas en un incendio en su vivienda en Cártama, Malaga, del ataque con machete que deja cinco muertos en una sinagoga en Nueva York, del accidente de coche en el que mueren cinco jóvenes, de la inesperada muerte de la ciclista vasca Ione Basterra a los 25 años, una referencia del deporte de personas con movilidad reducida, el hallazgo fortuito del cadáver calcinado de una mujer en Monteagudo, Murcia, o de “la terrible confesión” de una niña que tras el brindis de Nochebuena dijo, en Argentina, “papá abuso de mí”. Basta. Feliz entrada, y salida, de 2020.