Emociones
generales
(Artículo publicado el domingo, 28 de abril, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
Leí que Aznar, ese hombre, dijo en Elche, con ese testuz suyo de hacer
amigos que es sello de la casa, moviendo el bigote de su arrogancia aunque no
tenga bigote –este tipo, jarrón carísimo, tendrá bigote hasta que la palme y
aunque se rasure cada día- que estas erecciones generales son cruciales, ¿o
diría elecciones? A ver si es lo mismo, papi. El buen faro de occidente, el
padre putativo de Pablo Casado,
también apeló con mano y voz marciales a no pararse en el pasado, tan
manchadito de mierda siendo él el jefe de la banda, para mirar al futuro. Viva
España. Y ahora en serio, pasada la campaña electoral, es más, ya que hoy
celebramos las emociones generales, por favor, apelemos con fuerza al PP, sacad
a Suárez Illana del zulo donde lo hayáis
tenido encerrado. Que no, no nos reiremos más, en serio. Quizá se haya ido a
Nueva York a abortar nacidos y los yanquis lo tienen preso. Resumir aquí lo que
ha dado de sí el cuentacuentos de la campaña es tan aburrido como una reflexión
de David Civera sobre Eurovisión,
que dice que para ir al certamen con buen pie hay que sentirse y hacer algo
español. ¿Hacer algo español? ¿Es español sentarse en el sofá de Bertín y taparse el paquete con el
cojín mientras se bebe un vino y se come un cacho de tocino? ¿Es español decir
con la boca que se ama España y su bandera y con la mano robar a espuertas y
llevarse el caudal a paraísos fiscales? ¿Es español decir que no hay ceros en
esa cadena “para que yo me siente ahí” y ahora ver a Isabel Pantoja saltar del helicóptero como una vulgar mortal que ha
de currarse el sueldo para entretener a la chusma que pedirá su sangre en cada
programa? Mientras hoy este país va a los colegios a echar su decisión, los
concursantes de Supervivientes están
ya en Honduras para vivir la vuelta de Jorge
Javier Vázquez a la tele después del latigazo que le dio su cerebro por
falta de riego. Sin riego no hay erección, como se sabe. Y sin erección, la
emoción es escasa.
La
banderita de Teo
Dicho esto, pido de rodillas al PP que
no retire del mercado, de la tele, del circuito, de nuestra vida de
espectadores hambrientos de carnes y grasas saturadas como un bollo empapado en
aceites de palma a Cayetana Álvarez de
Toledo. ¿Dónde estaba antes de estos días esta mujer? Sólo recordamos aquel
chispazo que ya apuntaba maneras cuando dijo “no te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena, jamás”, a raíz de la
frustración que, según la jirafa parlanchina, sufrió su hija con los trajes de
los Reyes Magos madrileños. Sólo era el comienzo de una carrera fulgurante.
Cada vez que abre el pico, a Paquirrín
se le enquista una lorza y no hay gimnasio que la elimine. Urge, en tiempos de
zozobra social, que doña Cayetana opine de todo, de pantojismo, laicismo, senderismo, ocultismo,
arcaísmo, milenarismo, espejismo, nudismo, feminismo, nacismo, o parteras a
tiempo completo. Que se ponga intensa, que arrastre esas eses silbantes que me
ponen al borde del orgasmo ideológico y a ella, impávida, tiesa, quitándole la
espita a la bomba de racimo que siempre suelta, siempre, hable de lo que hable.
Cayetana es como Paz Padilla, una
loca del coño que va a su bola. Ah, Sálvame.
Que se quite La Sexta noche y el
debate a siete con el guerrero Gabriel
Rufián o el rancio lanzador de huesos de aceituna Teodoro García y sus circunspectas y sentenciosas maneras si en
Telecinco, por algún sitio te la hinco, está Mario Vaquerizo reflexionando al más alto nivel, a todo lo que da
su máquina, y da poco, la verdad, sobre sus preferencias ideológicas para decir
que no se posicionan “en política –ni él ni la pepona de Alaska, que al mismo tiempo asegura que siempre ha votado a la
izquierda- porque no lo tienen claro”. La madre que parió a este tío. ¿Lerdo?
Qué va. Ahora se llaman “profesionales de la televisión”, según grita una
horrorosa y picassiana María Patiño.
Resumo. Teo, con la performance de la banderita que le da a Rufián, podría
pasar como gran bufón –junto a Naranjito
Rivera- , maleducado, maestro de provocadores, y un “profesional de la
televisión” al plató de Telecinco sin mayor problema para seguir con las
erecciones, emociones, o elecciones generales junto a Belén Esteban, otra experta en todo.
Voto
por…
Y a todo esto, ¿dónde ha estado el tío
de la mula? Donde sea menos en una entrevista, donde sea menos en un debate, en
cualquier sitio donde mostrarse como mártir, como excluido, y así abrirse en
canal ante sus feligreses y enseñorear ese pecho lobo, duro y bronco, para ir
de víctima perseguida aunque poniendo velas a sus santos por eso, por haberlo
excluido del clan debatiente, regalándole la Junta Electoral Central lo mejor
que se le puede regalar a quien sólo tiene palabrería de charlatán, que no
tenga que explicar nada de nada de nada. Ni siquiera esa amenaza de fanfarrón
que pregona que cerrará La Sexta porque no le viene bien lo que dicen de su
club de hombres cabales, porque La Sexta no les da lo que quieren. Vamos, otra Chabelita Pantoja que amenazó una noche
al volver a casa de juerga al que fuera su novio, Alejandro Albalá, con llamar a la poli por no querer trajinársela,
por no cumplir con su santo deber de ponerse emocionado y, erecto, penetrarla
hasta cantar a dúo La Traviata. El chico lo contó donde hay que contar estas
cosas, en la tele. Cuánto tienen que aprender los aspirantes a gobernar este
corral de país de los profesionales de la pantalla. Y de los profesionales de
la casquería craneal si esto existe. Que ha dicho Fernando Savater, sí, el filósofo antes tenido y conocido como
alguien sensato, que con tal de echar del Gobierno a Pedro Sánchez “debemos aceptar los votos de VOX”. ¿Ve usted, don
Fernando? Me estoy poniendo burro. No se puede mezclar elecciones, emociones, y
erecciones, que uno es débil y capaz de ir con la papeleta tiesa al colegio
electoral y meterla por el primer agujero que se ponga a tiro. Así que voto
por….
La guinda
Maisie
Williams
La actriz británica Maisie Williams quizá no sea
tan conocida como su personaje, Aria Stark, en Juego de tronos, esa cumbre de la ficción nacional que camina hacia
su final después de ocho temporadas. En el segundo capítulo se le ve dándole al
gustillo, como una leona, con un tío desatado. Uff. Ha provocado un terremoto
en sus fans porque aún la ven como la niña que fue. Como nuestro Carlitos
Alcántara. La vida pasa. P
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