miércoles, 31 de julio de 2019

Maldeojos. De chichis y pitos


De chichis y pitos
(Artículo publicado el martes, 30 de julio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Se dice, con la solemnidad hueca de algunas expresiones, con la impostación debida que infla el vacío, con el arte teatral de “la banda” profesional de la política, que la emisión el lunes en Antena 3 de El contenedor es una especie de reflexión en torno a la forma de vida de nuestra sociedad, y por tanto de nuestros semejantes, de quienes participan en el experimento sociológico –quedará para la historia lateral de la tele la expresión de Mercedes Milá, aunque refiriéndose a otro mojón catódico-. Por si no lo saben, de lo que va El contenedor es del despojamiento radical de todo lo que rodea nuestras vidas y las hace cómodas, superfluas, o esclavas de lo que poseemos y por tanto arrastrando cada cual como puede sus dependencias, a veces, enfermizas. La ropa también va en el lote de lo que hay que dejar atrás durante los diez días del “experimento”.

     Una pareja de Barcelona, dos amigas malagueñas, y una familia de Alicante han  jugado a la patochada. Si El contenedor no contemplara la posibilidad del desnudo de la gente que participa, El contenedor sería lo que es, un formato sin chispa ni interés alguno, y con lo del desnudito, un retrato pueril que hace del pudor su razón de ser. Taparse las tetas, el culo, el chichi y los pitos de sus participantes es lo más arriesgado que se ve en esta tontería estival en la que ni la propia cadena confía mucho –recordemos que desde 2016 tiene en el cajón la cosa-. Ver a los participantes hacer el chorra tapándose el culo o las tetas con un cartón o con la rejilla del aire acondicionado es patético. ¿Dónde está la parte que de verdad sería interesante, es decir, vivir sin lo prescindible? Ah, bueno, ya si tal. Servidor, nudista nato, se queda loco con la carga moral que rodea al desnudo.


Maldeojos. Sobacos


Sobacos
(Artículo publicado el domingo, 28 de julio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Espero que si la tipa  es vicepresidenta del Gobierno de España se afeite los pelos del sobaco cuando nos represente, escribió un tipo que seguro tiene no pelos sino trenzas en su alerón, un tal Jesús López, concejal del PP en Barajas de Melo, pueblo de Cuenca. Como saben, la tipa a la que se refiere el representante popular es la ogra peluda y sobre todo podemita Irene Montero. Acabáramos. Estas idioteces de un tarugo machista que ni siquiera es capaz de ver agravio, insulto, mala educación, pensamiento rancio y chiste de troglodita apontocado en la barra del bar con el palillo entre los dientes no tendrían mucho recorrido si se quedaran entre las paredes de su casa, pero el tuit saltó a la arena mediática, y las respuestas le saltaron al menda a su hocico. La otra tarde, al principio de Cuatro al día, su presentadora hizo bandera de igualdad con el asunto peludo.

     Pero lo hizo a lo grande, con aparato teatral, con atrezo de gran comedia. Mire, señor López, dijo Carme Chaparro entre seria y retadora, y mujer de recursos, las mujeres tenemos la costumbre, además de ser inteligentes, de tener pelos, y no sólo en la cabeza, también aquí. Y levantó su brazo. Y apareció un matojo de vello postizo en el sobaco que ya quisiera para su cabeza el pelón Kiko Rivera. Algunas se depilan y otras no, ¿y qué?, se preguntaba Chaparro, ¿se imagina usted criticar a un hombre porque tiene pelo en las axilas?, ¿por qué critica entonces a una mujer? Para arreglar el entuerto, como suele pasar con estos cavernícolas, el concejal del PP la cagó aún más diciendo que sólo quería expresar que para una representante española –lo de española es conmovedor- es poco decoroso ir así. En fin, no meneemos la mierda, que nos ahoga.


Maldeojos. San Rufián


San Rufián
(Artículo publicado el sábado, 27 de julio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     En realidad la columna de hoy va del pistoletazo en la línea de flotación de la audiencia que lleva dando TVE, sobre todo La 1 y el Canal 24 horas, con el asunto político de más importancia que, como sabemos, acabó el viaje con la no investidura como presidente de Pedro Sánchez, el jefe de la banda, delirio que llega del planeta Ciudadanos, pobres, banda en manos de un siempre alucinado Alberto Carlos Rivera. Yo soy otro miembro de la banda, dijo en un tono solemne, calmado, sin sacar conejos de la chistera, Gabriel Rufián, ERC, claro que entonces ustedes, de la mano de VOX, le dijo a Riverita, no son una banda sino un comando. Ver y escuchar al nuevo Rufián es como asistir al milagro de la transustanciación del demonio más endiablado en angelical y sensato hombre de estado.

     Qué fraseología, qué aplomo, qué razonamientos, cuánto sabio consejo para que la izquierda deje de hacer el gilipollas y se entienda y, sobre todo, qué brillante pobreza en el uso de los recursos teatrales –sin impresoras, sin esposas carceleras, sin lenguaje de chulo de barrio, sin camisetas con eslóganes radicales-. Es San Rufián bendito. A mí me cautivó. Pero no, esta columna no va de eso, va del dulce triunfo que, poco a poco, con el trabajo bien hecho, dando cabida a voces de amplio espectro ideológico, moderadas sobre todo por Xabier Fortes, guasón, gran periodista, está volviendo a La 1 gracias a los especiales de estos últimos días. El jueves, como quien vence a un gigante hasta ahora intocable, la tertulia de TVE venció en la misma franja horaria y por tanto similar contenido a Al rojo vivo de La Sexta. No es poco, es más, es mucho –ay, don Rajoy-.



Maldeojos. Hijos y Mediaset


Hijos y Mediaset
(Artículo publicado el jueves, 25 de julio, en diaroios del grupo Prensa Ibérica)

     Una serie de universidades –Pompeu Fabra de Barcelona, Bocconi de Milán, y la Queen Mary de Londres, junto a la American Economic Review- han publicado un estudio que concluye lo que, con toda humildad, dicho con humildad y no como lo dice “la banda” de la política –desde aquí le doy mi abrazo solidario a quien se encargue de acostar al eléctrico, desbordado, desaforado, desatado y delirante Alberto Carlos Rivera para que el hombre duerma de noche, porque su estado permanente es para meterse lexatin en vena y ver qué pasa-, pues eso, que lo que han concluido esas universidades de postín ya lo venía uno oliendo desde que se dedica a comentar cosillas de la tele. El estudio ha dicho que los jóvenes, los niños que crecieron viendo la programación de Mediaset, se refiere a Italia, son menos sofisticados en lo intelectual y menos cívicos en lo social.

     Además, ya de mayores, con edad de entender, participar y cambiar las cosas, este tipo de espectadores tiende a apoyar a candidatos populistas con mensajes simplistas en la cosa política. Rubén Durante, de la Pompeu Fabra, viene a decir que cada hora que se pasa viendo televisión es una hora que no se está leyendo, jugando afuera –se refiere a los críos-, o socializando con otros niños. Ese sector social, el infantil y juvenil, es el más vulnerable porque su formación está en curso. Si nos fijamos en el Mediaset de aquí, en la parrilla de Cuatro y Telecinco, está claro que el efecto adormidera del coco, del cerebro, es cristalino. Su programación se basa en un entretenimiento de bajo vuelo intelectual que apela a lo primario del ser humano, al instinto, zona difusa que nos asemeja a otros animales. Y ahí entra Berlusconi, o Trump, o Abascal.


Maldeojos. Marcianos


Marcianos
(Artículo publicado el martes, 23 de julio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Los de Mediaset son marcianos. Pero lo digo no en sentido figurado sino literal, marcianos de la luna, marcianos llegados de un charco de purines, de una galaxia con el glamur que usan sus personajes, todo muy exagerado, hormonado, plastificado, muy hueco, muy fatuo, a veces, incluso, obsceno y sórdido aunque con muecas excesivas de estar pasándoselo en grande mientras vuelan los cuchillos. Mediaset es lo más marciano del planeta tele. La noche del domingo, tanto Cuatro como Telecinco, sin cortarse un pelo, como tiene que ser este negocio, se echaron un pulso a ver cuál de las dos ponía el listón de lo marciano más alto. No sé quién ganó porque hay que reconocer que estos empresarios se lo curran. El inefable Íker Jiménez cerró temporada en Cuatro, y van 14 de Cuarto milenio, con eso tan cachondo de la nave del misterio y otros chistes.

     Y lo hizo a lo grande. Pues no que va el tío, y 50 años después del histórico alunizaje, va, se remanga el pantalón, se carda más, pone sus caras más pedorras abriendo mucho los ojos y ahuecando la expresión, planta a dos tipos a su lado, oscurece las luces del plató, mete una musiquilla para tensionar, mira a cámara como si fuese a decir que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias comparten cama en el Gobierno al fin, y suelta que van a debatir sobre si fue verdad la llegada del hombre a la luna. Casi esturreo lo que tenía en la boca. Cambio de canal para seguir riendo y no falló. Me topé a un puñado de seres acomodados en un sillón, todos absurdos y prescindibles, hablando con caras desencajadas bajo la batuta de Jorge Javier para analizar, la mil y una vez, los misterios del planeta Supervivientes. ¿Marcianos? Incluso de más allá.


martes, 23 de julio de 2019

Maldeojos. La Obregón


La Obregón
(Artículo publicado el domingo, 21 de julio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Que no, hombre, que no son Los Obregón. Es la Obregón, Anita, Ana Obregón. Una hora con Ana Obregón es mucho. Dos o tres horas es demasiado, quizá una meticulosa y bobalicona tortura que diseñó el miércoles por la noche La 1. A la bióloga Obregón le dedicó la televisión pública un Lazos de sangre que, oh, maldito sea, muestra a un Boris Izaguirre no elegante, como se decía, sino desaforado, histérico e histriónico. Al menos en la presentación en directo del debate posterior al reportaje central del programa. Me quedé loco viendo y escuchando a Izaguirre, que vociferaba como la loca que de golpe volviera a subirse a la mesa de Crónicas marcianas y estuviera a punto de bajarse las bragas. Pero Lazos de sangre no va de Boris sino de las sagas.

     Según quienes la conocen, desde Antonio Resines a Rosa Villacastín o el recuperado para el mundo del chisme Jesús Mariñas, la Obregón es una trabajadora sin tacha. Me lo creo. Pero qué le vamos a hacer. Su trabajo no me conmueve. Y su personaje, de tan inflamado y hueco, inane y bobo, fantasioso y fatuo, menos. Se destaca de este Lazos de sangre –qué estupidez de programa para la tele pública- que, sin que sirva de precedente porque Anita Obregón la Fantástica es un cascabel, se emocionó contando los malos momentos que se vivieron en la familia –o sea, ella y su nene, como dando a entender que Lecquio ha sido un pelanas como Jesulín con su Andreíta Cómete el Pollo, Coño- al saber del cáncer de su hijo Alejandro. Y que desde entonces, recuperado el joven, cree en dios.  Que TVE apueste por este tipo de chuminadas da rabia y vergüenza.


Maldeojos. Sin La 2 Noticias


Sin La 2 Noticias
(Artículo publicado el sábado, 20 de julio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Claro que el mundo no se cae, ni se tambalean los cimientos del periodismo ni la gente se echará a la calle para protestar por el apagón, es más, quizá la gente, ese concepto de amplitud indefinida, ni sepa nada ni le ocupe un minuto de su vida, pero en verdad en verdad les digo que la decisión de TVE de suprimir La 2 Noticias durante las próximas seis semanas, o sea, hasta setiembre, no es una buena noticia, no pinta bien, no debería de ser cierta. Pero así es. Quitan de la programación de la segunda cadena esa ventana diaria que nos acerca la realidad seleccionada con otro punto de vista y narrada con el mismo afán crítico de un periodismo si no de trinchera sí de compromiso y valentía social y que ahora presenta Paula Sáiz-Pardo, editado el informativo –muy importante este apartado que le da ese toque tan reconocible- por César Vallejo y Eva de Vicente.

     Y lo quitan, dice la dirección, por una razón de peso, que no hay personal -¿cómo?-, que faltan productores, cámaras o redactores. El equipo del programa no está de acuerdo, el Consejo de Informativos, tampoco. ¿Y los espectadores? Obvio. Tampoco. Se puede decir para justificar lo que no tiene justificación en un emporio tan gigantesco como el de RTVE que La 2 Noticias apenas tiene audiencia –no llega ni a un 1% como media diaria- y por tanto, ¿a quién le importa? Si es así, malo, muy malo. Ya sé que son cosas distintas, cadenas distintas, formatos muy distintos. Doy una idea. ¿Y si en un alarde de imaginación suprimen, no para el verano sino para el resto eterno de nuestros días en la tierra, esa cosa penosa para La 1 llamada TVemos, que presenta con tonta soltura Elisa Mouliaá y le traspasan el presupuesto a La 2 Noticias? Ahora el tonto soy yo.


Maldeojos. ¿Políticos? ufff


¿Políticos? Ufff
(Artículo publicado el jueves, 18 de julio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Ya está, lo están consiguiendo. La gente está hasta más allá del tanga, hasta el límite del moreno natural bajo el sol o del rayo uva engarzado en la maquinita de tostar pieles e ir por la vida como un zumbado Alfonso Arús, la gente ya lo habla en la calle, lo dice en la terraza con la cervecita en la mano, está hasta las narices de políticos. Son, si no el problema, uno de los grandes problemas que percibimos los ciudadanos, por supuesto, aparta de mí ese pecado, aunque Alberto Carlos Rivera sea tu líder y sueñes, húmedo, con la venida al mundo de bebés con su carita trufada de  Malú, ay, vaya par. Yo creo que al político, en general, le va como dios que la gente le dé la espalda. Todo el campo libre. Aún así, el reguero con tufo a partido de esta u otras siglas traspasa las fronteras de los programas donde se habla de política como plato del día.

     En los segundos previos a publicidad, un colaborador de Sálvame, el murciano Jesús Manuel, le pregunta a Belén Esteban creyendo que el micro está ya cerrado, “¿tú eres de Vox?”. “Yo qué voy a ser de Vox, tío”, responde la ex cajera, “ni de Podemos ni de Vox, a los dos los tiraba al río”. Es una forma de hartazgo, extensivo al resto de partidos. La matraca de las no investiduras, de la batalla de egos, de apóyame porque yo lo valgo pero sin nada a cambio, lleva al callejón de nuevas elecciones, y en telediarios y tertulias es el pan diario, y así hemos llegado al CIS de Tezanos, -los políticos son el segundo problema de este país-. Espero que sólo sea un caso aislado. Pero estoy de acuerdo con el señor IvánEspinosa de los Monteros, Vox-. Propone que no cobren los diputados hasta que no haya Gobierno. Uff. Mañana empezaría la legislatura.


Maldeojos. Encuentro choni


Encuentro choni
(Artículo publicado el martes, 16 de julio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Me gusta cómo canta, cómo actúa, y todo. La mejor. Todo eso, con sonrisa de cal viva, soltó en “mi programa” Belén Esteban, que tuvo tiempo el otro día, según crónicas, de acudir al Mad Cool, festival de música madrileño, seguro que un desparrame de pecados juveniles al que aún no le ha dado tiempo de cortar por lo sano al simpático alcalde de Madrid, don Almeida, bajo órdenes estrictas de sus jefes de Koz. La señora Esteban fue recibida en el camerino por la señora Rosalía, tra, tra. Igual que hay cumbres políticas de mucho ringo rango, ésta fue una cumbre de chonis al más alto nivel. He visto foto del encuentro, y me ha enternecido, abrazaditas, tra, tra, sonrientes, tra, tra. Lástima que a José Mota, en lo nuevo para La 1 que estrenó el viernes, Hoy no, mañana, no le diera tiempo de incluir el momento en sus contenidos.

     Aunque me temo que daría igual. De entrada, cuando me dispuse a ver Hoy no, mañana, me llevé un susto que casi me levanta del sofá. Pues no que Hoy no, mañana, es una cosa de Mota pero sin el Mota. Lo dijo a los pocos segundos Santiago Segura, como lo leen, que llegó al plató dando saltitos, vestido como un señor mayor que cree ser joven porque se pone vaqueros y chaleco negro, y suelta su rosario de tics esperando que el público le jalee y premie la gracia. Me mató. Es imposible superar la aversión que me produce este menda, así que a partir de ahí la serie de gags que se dedicó a presentar, en eso consiste el programa, fue un cuesta arriba, mi especial subida al Everest. Y no, oiga, a estas alturas no estoy dispuesto a tanto. Intentaré ver Hoy no, mañana, no sólo sin el Mota sino sin Segura. Hasta me resulta más estimulante lo de Rosalía y Esteban, tra, tra.


Maldeojos. ¡Boom! histórico


¡Boom¡ histórico
(Artículo publicado el domingo, 14 de julio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Voy a utilizar la palabra histórico con la alegría con que en los últimos tiempos se usa la palabra histórico. Se casa una famosa ama de casa, presentadora, modelo, empresaria o actriz con un guaperas del balón, y es una boda histórica, o boda del año. Se monta a la carroza del Orgullo un patoso Antonio García Ferreras –es un orangután bailando, se le oye decir a una tiesa Carmen Lomana en la mesa de Todo es mentira, presencia para alucinar y no echar gota en el programa de Risto- y se anota como hecho histórico. Los de Ciudadanos aman, se reúnen, y gobiernan con los de Koz desde que el mundo es un vertedero, pero se quitan la careta un poco, se hacen una estúpida foto, tergiversan lo que todos vemos, se creen más listos que nadie porque creen que somos gilipollas, y salta la liebre de que es un momento histórico.

     Así que si estas zarandajas son históricas, ¿qué no será el triunfo de Los lobos, que esta semana salieron del plató donde se graba ¡Boom¡ con cerca de 7 millones de euros, el bote más grande de cualquier concurso conocido en cualquier televisión del planeta tras haber estado 505 días y haber superado a más de 2.000 contrincantes? Digámoslo. Es histórico. Valentín, Manu, Alberto y Erundino, con un recuerdo emocionado a José Pinto, colega lobezno que murió hace poco, han escrito una página en la historia de la tele, que a su vez ha hecho que las audiencias de la final, emitida en la noche del lunes en vez de hacerlo en su horario habitual de tarde, también fuese histórica tratándose de un concurso. Hacienda hace también historia con lo que se lleva de la juerga, casi la mitad. Y otra cosa, Manu, millonario, vuelve al paro. No me dirán que no es histórico.


Maldeojos. El regreso


El regreso
(Artículo publicado el sábado, 13 de julio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Aquí se ha reconocido en más de una ocasión. Aquí ha quedado constancia de la mezcla de admiración y rechazo que me despierta el tipo de negocio con el que vive Mediaset, y Telecinco, como es el caso que atiendo hoy. Hay que reconocer su magisterio en esto de hacer de la nada un todo, hacer del fuego fatuo un incendio de proporciones siderales y convertir la historia de la flauta del cuento en su centro de gravedad. A veces me quedo pillado en la pantalla de la cadena no tanto por el interés que despierta lo que allí pasa, con intervenciones desaforadas de colaboradoras en estado de preñez verbal incandescente –no sé qué quiero decir con esto, pero me gusta cómo suena- sino por su currada puesta en escena, porque las formas superan en mucho la entraña de lo tratado, que es la nada absoluta.

     Este método, que parecería exclusivo de Sálvame, cabeza turca que podría recibir en exclusiva los leñazos del mundo mundial, se hace extensivo al emporio, es marca de la casa. Como saben, porque lo sabe hasta Inés Arrimadas, sobre todo ella y los suyos, unos ciudadanos especializados en hacerse los locos para montar pollos y hacerse las víctimas y llorar un poquito acaparando titulares para luego, en privado, decir, como dicen, “esto nos viene bien”, pues eso, que como saben, la pobre Isabel Pantoja, con carita de niña famélica, ha tenido que dejar la isla por prescripción facultativa, y por mandato de guión, y seguir su descenso como una mortal más a los infiernos de una vulgar concursante de telerrealidad. De esta sin sustancia, con apariencia de tsunami televisivo, de Armagedón de los audímetros, llenará Mediaset su bolsa de estío.


Maldeojos. Amigos y...


Amigos y…
(Artículo publicado el jueves, 11 de junio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Pues sí, tal como dejé aquí escrito, he visto el programa que desde el lunes presenta en La 1, cuando termina La mañana de María Casado, Máximo Huerta. Y sí, hablaron un poquito del tema, del tema de su breve faceta como ministro de Cultura. Hala. A otra cosa. ¿De qué va el programa, de qué va A partir de hoy? Voy a hablar del plató, o sea, del decorado. Simula una terraza con sus rinconcillos para sentarse con los amigos, y amigas, echar unas risas, y si se tercia quedarse en silencio mirando el gran ventanal por donde tal vez se cuele el atardecer. Pero como en la tele la palabra silencio no existe, el tiempo se pasa comentando cosas. Sí, cosas, pero no cosas al estilo de las cosas que se comentan en Al rojo vivo –qué dolor ver a Antonio García Ferreras bailando, o lo que fuese aquello, el día del Orgullo en plena calle-.

     En A partir de hoy no existe la política, ni la polémica. Nadie se aturulla ni se atropella ni se encabrita. En A partir de hoy el presentador da paso a una serie de asuntos –sobre el verano, el calor, las costumbres- y los colaboradores –de una rescatada Ana García Siñériz a Roberto Leal o el inevitable Santiago Segura- dan su opinión tan a gustito. O sea, un encuentro suave, sin aspavientos, sin polémicas, un paseo por una actualidad inventada, elegida, seleccionada para eso, para no levantar ampollas y que el mundo fluya. ¿Tiene tirón? Pues no. No puedo decirlo de otra manera. Lo puedes ver, puede haber algo interesante en los distintos reportajes, en los invitados que hablan de su disco o de su libro, pero quedarte loco si te apagan la tele en ese momento, no, eso, no pasa. ¿Es otro Amigas y conocidas? No, la verdad, pero podría ser.


Maldeojos. Máximo Huerta


Máximo Huerta
(Artículo publicado el martes, 9 de julio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     El conocido como ministro más fugaz de la democracia, Máxim Huerta, ya no se hace llamar así sino con su nombre de siempre, como lo llama su familia, como se llamaba el propio valenciano antes de pisar un plató de televisión. Fue en Canal 9, donde presentó informativos en sus orígenes, donde le sugirieron que para que su nombre sonara más valenciano, al Máximo del carné se le podía quitar la o y así, como Máxim, quedaría más mono. Hasta ahora. Ayer, Máximo Huerta volvió a la tele, a la tele pública, a La 1, después del fiasco de su carrera política como ministro de Cultura en el Gobierno de Pedro Sánchez. No se ha hecho esperar. Es el pago por “los servicios prestados”, se ha dicho. También se ha criticado lo que va a cobrar por dos meses. Se ha sabido que será 46.800 papeles. No, no está mal.

     Desde la casa, desde RTVE, se justifica diciendo que en la privada se gana más. Seguro que es así. Sólo hay que pensar lo que se embolsa por semana cualquier segundón de Supervivientes. Pero no nos liemos. Sólo otro apunte más para cortar la cabeza a quien ni siquiera la asomó en su nuevo programa, que por cierto es un magacín, es decir, esa mezcla de actualidad y entretenimiento que conocemos, y que se llama A partir de hoy. A este señor le han dado A partir de hoy porque forma parte del lobby rosa, del club de poder LGTBI. O sea, que se mire por donde se mire, Máximo Huerta tiene que, además de hacer un buen programa, hacer un buen programa para que, si bajara de la carroza del Orgullo –¿subió?- no le rebanen el pescuezo. Que sea la productora de Aquí la tierra es un buen augurio. Pero prometo que veré el programa y, sin prejuicios, ya les contaré.


martes, 9 de julio de 2019

Maldeojos. Celebridades


Celebridades
(Artículo publicado el domingo, 7 de julio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Es tan digno de admiración como de rechazo que TVE, La 1 en concreto, vuelva a las llamadas sagas familiares que desde la pantalla se han convertido en apéndices más repetidos que el ajo en el gazpacho. El verano pasado La 1 emitió Lazos de sangre, y sonó la flauta. Presentado por Inés Ballester –hoy fuera de la cadena pública después de que su Amigas y conocidas, una tertulia de baja intensidad, de temitas de maris para maris con inquietudes, fuese mandado al desguace sin miramientos- hizo aceptables datos de audiencia, datos que hoy, sobre todo hoy, sería bueno que superaran ese 8´7% con que cerró junio, un mínimo histórico para la cadena pública. La segunda temporada de Lazos de sangre, como saben porque TVE lo ha promocionado a lo grande, cuenta con Boris Izaguirre, presentado como un caballero elegante, culto, delicado y curioso.

     Y multiusos. Lo mismo entrará a casa de la baronesa Thyssen que a la de los Martínez de Irujo, es decir, los Alba de toda la vida o a la de la Preysler, que puede ser lo quiera, marquesa del cuché, duquesa de la exclusiva, reina de la cerámica, o emperatriz del tocomocho y tiro porque me toca, mujer que ha hecho de su chichi un emporio que ha elevado a un concepto marciano el concepto de “ama de casa”. Pero Lazos de sangre no sólo flipa con los oropeles de la sangre bendecida por títulos de ilustre abolengo sino por especímenes de ilustre necedad bajo el amparo de un apellido como Pantoja que lo mismo te canta una tonadilla que se baja las bragas para defecar detrás del cocotero. La pregunta, llegado a este puto punto, es obvia. ¿Es Lazos de sangre lo que TVE necesita para remontar su audiencia?


Maldeojos. Chatín


Chatín
(Artículo publicado el sábado, 6 de julio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     A Javier Cárdenas, el insoportable por arrogante, petulante y desfasado presentador y director de la extinta, menos mal, Hora punta de La 1, le dicen sus seguidores al ver una foto en su cuenta de Instagram que la tableta de sus abdominales es más falsa que la de la barriga operada de la ordinaria Leticia Sabater. El señor está de vacaciones en Ibiza, y quiso compartir momento de relax en un barquito con el torso desnudo. Le han llovido las críticas, y hasta hay quien dice, con mucha sorna, que no se tire al agua si no quiere que desaparezca el rotulador con el que se dibujó los musculitos. Me extiendo tanto en esta tontería porque se trata de un tipo al que no soporto. Ojo, en la pantalla. En su vida privada, como diría Mila Jiménez con su desparpajo de señora del (h)ampa del plató, me la pela. Así aprovecho mi rinconcillo en este medio para darle collejas cada vez que viene a cuento, y a veces sin venir. Sé que haga lo que haga no me convencerá.

     Se llama prejuicios. Y yo los tengo con él. Como saben, moría el otro día en Madrid el patético Arturo Fernández, otro señor al que no sólo no veneraba sino que era verlo y escucharlo y me salían ronchas. Ni muerto ha cambiado mi sentimiento hacia él. Igual me pasó, me sigue pasando, con el cabestro Jesús Gil, un sinvergüenza que ni la muerte lavó la repugnancia que siempre me produjo. Arturo Fernández, el sobrado, el galán con más bótox y operaciones que cualquier Carmen Lomana de andar por casa, para mí es el que él quiso ser, un señor añejo, un caballero rancio, un ultra de la banda de Abascal, un empalagoso conquistador que desde La casa de los líos del 1996 para Antena 3 se parodió.  Cuando el chatín decía chatina me hervía la sangre. Descanse en paz.


viernes, 5 de julio de 2019

Maldeojos. Ni el 10%


Ni el 10%
(Artículo publicado el jueves, 4 de julio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Ya sé que eso de las audiencias, los tantos por ciento, y otras cifras que ni siquiera hablan de calidad sino que tienen que ver con el negocio, al espectador medio no le dice nada. Aún así, imaginemos. Con el mes recién empezado, el lunes, según los expertos la noche de más consumo televisivo, ninguna cadena en el cómputo del día superó el 10% de audiencia y por supuesto ninguna hizo “millones de espectadores”, con la excepción de Antena 3 Noticias 1, que alcanzó el 18% y más de dos millones. El resto de programas en lucha nocturna apenas llegó al millón y ninguna superó el 10%. ¿Cuál era la oferta? En La 1, que ganó la noche por la mínima, La otra mirada. Antena 3 con Masters de la reforma, que emitió su semifinal con menos gloria que la venta de ventiladores en Groenlandia, y Telecinco, con Brigada Costa del Sol, tuvieron algo así como un empate técnico. Ni para ti ni para mí.

     Lo normal hubiera sido, hasta 24 horas antes, que se alzara con el laurel de la noche la oferta de Telecinco, es decir, el monotema, el único verso, la verdad verdadera, la luz hecha billetes, ni series ni telediarios, ni magacines ni leches, nada, a todo tren con las trifulcas de los isleños. Ya saben, Supervivientes es algo más que un concurso sucio y aburrido –ya sé que miles, millones de criaturas, se divierten con lo que allí sucede-. Es verdad que si paso por esa cadena me puedo quedar lelo y pillado con las broncas, la imagen desencajada de la Pantoja, o la ordinariez insoportable de una tal Dakota, pero enseguida me canso y cambio de canal. Supervivientes, digo, es para Telecinco algo más que un concurso. Es la vida, su maná. Una noche no lo emite y no llega al 10%.


martes, 2 de julio de 2019

Maldeojos. Reinonas


Reinonas
(Artículo publicado el martes, 2 de julio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     La tele es cíclica, o no es. Cada estación tiene su tele, es decir, sus contenidos, y a ella y a ellos nos acostumbramos. La tele y la vida son cíclicas. A ver si la vida es la tele. Lo digo porque ahora, mientras escribo esta pieza sentado en el patio, aprovechando que el calor aún no es un arma de destrucción masiva, escucho la sintonía de Mi casa es la tuya o la de mi perro o Mi casa no es mía sino del banco o como quiera que se llame ahora lo de Bertín Osborne –qué mundo más alucinante ver al cantante de rancheras moderando un debate sobre América Latina con Vargas Llosa y el ex presidente del Gobierno Felipe González, todo por la pasta-. La semana pasada, a la misma hora de la mañana, también se oyó la sintonía del programa que llegaba de la casa del vecino. Es decir, la costumbre, la rutina como espectador, se ha hecho vida.

     Nos podemos reconocer en esa inercia quien tenga tele. Somos espectadores porque somos rutinarios. Siguiendo con el vecino sabía que esa sintonía dejaría de escucharse al instante porque sabía que ni siquiera esperaría a ver el invitado del programa y cambiaría de canal. Así fue. De repente se escuchó la voz de intensa teatralidad de Gloria Serra en La Sexta ya que ahí también repinten Equipo de investigación los domingos por la mañana. Mi vecino es, como la mayoría, un espectador de costumbres. Quizá como usted. Por eso a partir de este mes nos acostumbraremos a no ver en pantalla a las reinonas de la tele. Ha llegado el verano. Y con él se van Ana Rosa, Susanna Grisso, Pablo Motos, o Wyoming.  Penita que el verano haya juntado a Osborne, Llosa y González, reinonas del negocio. Que no se convierta en costumbre.


lunes, 1 de julio de 2019

Maldeojos. Alcàsser, zona cero


Alcàsser, zona cero
(Artículo publicado el domingo, 30 de junio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Cuando a una víctima la hacen importante por ser víctima, no es bueno, eso no puede ser bueno, decía el sociólogo municipal de Alcàsser José Gil. Esa declaración forma parte de El caso Alcàsser, serie de 5 entregas producida por Bambú para la plataforma Netflix, que se puede ver de un tirón, que es lo que te apetece una vez que picas y le das al inicio. Como el rascar, no puedes parar. De aquella historia chunga lo sabes, lo recuerdas casi todo. Han pasado 27 años, pero hay espectadores que la recordamos sin apenas despeinarnos. He dicho espectadores, y lo he dicho sabiendo lo que digo porque, por desgracia, al crimen de Miriam, de 14 años, Desireé, de la misma edad, y Toñi, de 15, sólo le faltó haberlo vivido cada cual en la comodidad de su casa formando parte de la programación, sí, del espectáculo. Mientras el Gobierno de Felipe González se descomponía, acosado por la guerra sucia contra ETA, con un Luis Roldán huido y las cloacas del estado escupiendo su hedor a toda máquina, la tele empezaba a expeler otro tipo de veneno que entraba a casa como una adormidera que ya, sin remedio, se iba a quedar como parte de la familia. Qué bien contado todo esto en El caso Alcásser, qué bien recordado, analizado, retratado. “Alcàsser, zona cero” he llamado a esta columna, y lo hago pensando en aquel programa, ya mítico, que emitió Antena 3 y presentó una cardadísima y lacada Nieves Herrero, un especial de su De tú a tú que se emitió el 28 de enero de 1993 desde la Societat Musical de Alcàsser justo el día en que, como un golpe en el lomo de un país conmocionado, se encontraron los cuerpos de las niñas en lo alto de un cerro a pocos kilómetros de donde fueron subidas a un coche que les llevó a la muerte el 13 de noviembre de 1992. Aquella noche, la del hallazgo de sus cuerpos, se lee sobreimpresionado en la pantalla, la tele en España fue la ganadora absoluta. Se habla de Nieves Herrero, Horrores la llamaría este comentarista después de aquello, pero por allí había un río de periodistas de todos los medios, incluido Paco Lobatón, que ya hacía su ¿Quién sabe dónde?” para TVE, que fue quien en realidad ganó la contienda de la audiencia con más de 8 millones de espectadores, el 47’6% frente a los 6 y pico de Nieves y el 31’9% de cuota. La suma de ambos programas, se dice en El caso Alcàsser, permanece como una de las cinco emisiones más vistas en la historia de la televisión en España, y está claro que estas cifras mareantes no serían posibles sin la complicidad de la audiencia. Como siempre. Como ahora.

Zipi y Zape
     La minuciosa reconstrucción que de los hechos se hace en El caso Alcàsser, documento que dirige Elías León como un cirujano una reparación arterial, es un juego de encajes, una especie de puzle que no por conocido tiene menos interés narrativo. Hay mucho que alabar en este trabajo colectivo en el que hasta su productor, Ramón Campos, aparece en algunos momentos hablando con personajes importantes de la trama, pero hay uno que destaco sobre ellos. Podían haber echado mano de la fórmula del docudrama, de la recreación de los hechos con actores –siempre desconocidos para dar realismo a lo contado-, pero no, cuando usan este recurso lo hacen a corazón abierto, es decir, sin dar gato por liebre, sin tapujos, mostrando los focos, la cámara, el truco limpio bajo la luz de la noche y la voz de alguien que lee el acta con una voz tan neutra que pone los pelos de punta mientras el equipo se acerca a la maldita caseta donde sucedió el horror. Por aquel entonces, a partir del 29 de enero de 1993, cuando se hace una segunda autopsia a los cadáveres de las niñas, nace una estrella. Pepe Navarro brilla con su show excesivo en las noches de Telecinco empeñado en cruzar el Mississippi, un espectáculo que en su día revolucionó el concepto de magacín nocturno por su mezcla de géneros, por su atrevimiento conceptual, por su tendencia al morbo descarado, por su apuesta y su tono gamberro, y allá donde veía morbo y circo, allá que metía la nariz. El crimen que había noqueado al país no llegó solo. Esta noche cruzamos el Mississippi forjó a una estrella de la tele de la década del 90 del siglo pasado, había nacido para el show Fernando García, padre de Miriam, y con él, como Zipi y Zape, como Pili y Mili, como el dúo Pimpinela, el periodista de sucesos Juan Ignacio Blanco, que se engancharon a la teoría de lo que ya entonces empezó a conocerse como “conspiranoica”, una droga dura que llenó las noches delirantes del circo de Navarro, que iba edificando con sabia, decidida, adictiva y magistral arquitectura los cimientos de la televisión basura.

Gestión del dolor
     Para esta pareja, que terminó tirándose los trastos a la cabeza a raíz de otras chifladuras que jamás probaron como la aparición de una cinta donde se veía a gente poderosa, de la política y la banca, y de Marte y de la Conchinchina, olisqueando para disfrute guarro sexual, lo que se conoce como vídeo “snuff”, los cadáveres de las crías, salir en la tele y contar ocurrencias era un trabajo. La locura alcanzó tal grado de vesania que entre las imágenes que recupera El caso Alcàsser hay una que la resume, es el momento en que Mauricio Anglés, hermano pequeño de Antonio Anglés, acusado el crimen, huido, y del que jamás se supo, es saludado por el padre del Miriam con afecto, en línea con su idea de que Miquel Ricart, el otro culpable, tampoco tuvo nada que ver. Sé que este texto no es ni una aproximación a la densa seriedad del trabajo que Bambú ha realizado en El caso Alcàsser, lo sé, y que dejo fuera partes de una importancia fundamental. Pero vuelvo al principio. Cuando a una víctima la hacen importante por ser víctima, malo. La Fundación del padre de Miriam es una prueba, dinero a espuertas ganado manejando el dolor sin desfallecer. Nada ha cambiado hoy. Hoy tenemos varios Fernandos García que han sido criados bajo los focos de la tele. ¿Hablamos de Juan José Cortés, el diputado del PP por Huelva? Lo peor es que la zona cero de estas bombas se activó en Alcàsser, pero no encontrará mano que la desactive.

La guinda
Otegi
Es delicado, muy delicado. Cuando se tocan las fibras del dolor más intenso nunca sabe uno lo que haría si estuviera en ese lado del drama. Llevar a Arnaldo Otegi a La Noche en 24 horas –tele pública- para ser entrevistado por Marc Sala es delicado, ¿doloroso?, pero enseguida hay que decir que sí, que hay que llevarlo porque es líder de Bildu, un partido con todas las de la ley. Otra cosa es el rechazo que produce este indecente.  

Maldeojos. Orgullo


Orgullo
(Artículo publicado el sábado, 27 de junio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Hace un año creo recordar que titulé esta columna, y por tanto por estas fechas, de la misma manera. Un orgullo que se refiere al que usted cree y que estos días está presente en los medios, que hacen referencia a la lucha, sí, lucha, que a lo largo del tiempo han venido haciendo hombres y mujeres que aman a otros hombres y a otras mujeres, pero también, y con un futuro aún desasosegante, aquellas personas que nacieron con unos genitales que no se corresponden con lo que esas personas sienten en realidad. Esa lucha no sólo ha de continuar sino que es muy necesaria. Estos días, ayer, 28 de junio, fue el Día Internacional del Orgullo LGTBI, el cincuenta aniversario de las manifestaciones de Stonewall, el pub de ambiente homosexual de un barrio neoyorquino, el Village. Ahí, de forma oficial, empezó todo. La lucha seguirá hasta que no haya nada que reivindicar.

    Mientras el nuevo viejísimo gobierno municipal de Madrid, con los peleles Almeida del PP y Villacís de Ciudadanos, en brazos del gigante Smith, trata de trabar la celebración en la capital, ocultando banderolas reivindicativas aprobadas por el ayuntamiento de Carmena, un gesto de ridiculez supina frente al río reivindicativo que se espera por las calles de la capital, RTVE hace una programación ejemplar no sólo en la tele sino en la radio pública, y en la plataforma Playz. España directo emitirá el día 3 el pregón, y el 4 la loca Carrera de Tacones. Corazón o La mañana también se unen a la fiesta reivindicativa. Destaca la serie Nosotrxs somos de La 2, de César Vallejo y Paco Tomás. San José Luis Rodríguez Zapatero habló la otra noche con los Javis, casados gracias a la ley aprobada por su Gobierno. Así que sí, orgullo, orgullo de RTVE.