viernes, 24 de noviembre de 2017

Maldeojos. La víctima



La víctima
(Artículo publicado el jueves, 23 de noviembre, en diarios de EPI PRESS)

     Pasó la semana pasada, pero no importa, por desgracia sigue de actualidad ese tipo de noticias que los medios atienden, unos con actitudes de carroñero, refocilándose en los detalles para arañar unas décimas en el escalafón que mide la audiencia, y otros con el deber de informar encogido para separar el trigo de la paja. Hablo de la violación por un grupo de jóvenes canallas a una chica en los sanfermines del pasado año. Conocerán, supongo, la historia cuyo juicio se celebra estos días. Como siempre, el asunto es muy delicado por aquello de los juicios paralelos y la presunción de inocencia, que no puede olvidarse en ningún caso. Pero tampoco enfangar a la chica bañándola de sospechas. La semana pasada vimos en El intermedio a Sandra Sabater ocupando el pico de la mesa, lugar reservado a Wyoming para las reflexiones importantes. La de Sandra la fue en su defensa de la víctima.

     Al contrario, Nacho Abad, colaborador de sucesos en Espejo público, dejó caer veneno con una pregunta en internet, “¿Violación o sexo consentido? Tuvo que retirarla al ver lo que se le vino encima. La pía cadena de los obispos, esa que pagamos todos aunque no creamos en la multinacional que los ampara, fue más lejos. 13tv, ahora Trece, en su programa Detrás de la verdad jugó a emitir sí, o a emitir no, imágenes de esa violación, convertida para estos insurrectos en cebo, en morbo, en mero espectáculo –los jefes han cancelado el programa-. Por si fuera poco, en el tratamiento informativo se sembró la duda sobre la chica ya que, al poder estar bebida, pudo habérselo buscado. A otros tipos, tertulianos que dan asco, es mejor ni mencionar. De nuevo, todo muy sucio.

jueves, 23 de noviembre de 2017

Maldeojos. A la calle



A la calle
(Artículo publicado el martes, 21 de noviembre, en diarios de EPI PRESS)
      Hala, se acabó. A la calle. A la puta calle. No hablo de Nicolás Maduro, al que muchos venezolanos, y creo que más gentes del resto del mundo, quieren ver ahí, en la calle, es decir, fuera del poder. El domingo se pasó la segunda parte de la conversación que Jordi Évole, para gloria de Salvados y de La Sexta en cuanto a audiencia, mantuvo con él. Vi, y sobre todo escuché con interés, los disparates que soltaba por su boquita coronada de mostacho el señor Maduro, que pedía respeto para él, para su país, aunque escupía algo que no admite matices, desprecio, intolerancia y la creencia absoluta de que cualquiera que pueda discrepar es imbécil en sí mismo. A la calle. A la puta calle, pero no, no me refiero a este político que aquí parece tan estrambótico como nefasto. Me refiero a la patada que le ha dado la audiencia a otro botarate.
     Volvió a la tele como el mesías que baja del monte para salvarnos del mal gusto, de la hez, de la opresión, pero ha sido la audiencia la que ha señalado a Carlos Herrera la salida. TVE, que creyó ver en él la gota que colmaba el vaso de la excelencia, también se ha metido el rabo entre las patas y ha cancelado su programa basura  ¿Cómo lo ves? Desde el programa se pretendía que el público, España entera, participara mediante una aplicación con la que la audiencia podía votar, manifestarse, retratarse según lo que el espacio debatiera. Pero la gente no es gilipollas, y no siempre se deja tomar el pelo con cuestiones tan ridículas, necias, e impropias de una televisión pública como quién finge más en la cama, el hombre o la mujer. De los 13 programas previstos en esta tacada sólo se han emitido seis. Qué vergüenza, Herrera en la sombra. Venga, hombre, a tu casa.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Maldeojos. La pregunta del millón



La pregunta del millón
(Artículo publicado el domingo, 19 de noviembre, en diarios de EPI PRESS)

     La inquietud, la zozobra y hasta la lástima se apoderan de este observador de la tele y no puede dejar de preguntarse lo que usted ya se preguntó muchas veces. ¿Tiene Ferreras camisas de otros colores? Después de ¿quién le corta el pelo a Ana Blanco?, España entera, incluyendo parte del extranjero, incluida Cataluña, la pregunta que todos nos hacemos es esa, ¿tiene Ferreras camisas de otros colores? La esposa pasó por El hormiguero y contó intimidades de la pareja, y consiguió que el programa se convirtiera en el más visto de la temporada. Pero no, sería una maldad absurda, de un machismo zoquete, hablar de Ana Pastor por su relación con el director de Al rojo vivo. Pastor contó que se gastan un pastón en la niñera del crío y que se pican entre ellos por los invitados para sus programas. Sin embargo la periodista se sometió a las preguntas de Trancas y Barrancas para “hablar de mi libro” en forma de nuevo programa, ¿Dónde estabas entonces? -La Sexta, jueves, más de 2 millones de espectadores-. Seguro que Pastor sabe si Ferreras tiene en el armario camisas de otros colores que no sean el negro. Pero estando en El hormiguero hay que hacer la misma pregunta. ¿Tiene Pablo Motos camisas de otros colores que no sean el blanco? Hasta Jean Paul Gaultier le diseñó el jueves un nuevo atuendo en su paso por el programa. Tanto Ferreras como Motos tiran de comodidad y se olvidan de lo accesorio para centrarse en lo importante. Tiene que ser un coñazo pensar qué ponerse en un programa diario, así que ellos no tienen ese problema, como sí lo tienen las mujeres, desde Ana Blanco –la encargada de vestuario anota qué día se puso tal o cual chaqueta para no repetir- a Susanna Griso, María Casado o Ana Rosa, que cada día, sí o sí, han de salir a la plaza con atuendos distintos, sin repetir ni uno.

Amaia la estreñida
     Ya me gustaría a mí leer lo que se diría en papel, lo que se escribiría en Twitter, las bocanadas de bilis que se escucharían en las tertulias, y los aspavientos de loca, con sus ojos espantados y su pluma desbocada, que desplegaría Josie en Zapeando comentando que Ana Blanco, Susanna Griso, Ana Rosa o María Casado llevan siempre el mismo vestido, el mismo displicente patán que calla ante la uniformidad de Motos o Ferreras. Machismo cotidiano, machismo de consumo diario, machismo asimilado, incluso ese tipo de machismo tan machista que no se vive como machista. Me hago otra pregunta que también tiene categoría de ser la del millón. ¿Tiene Amaia Salamanca caras con otros gestos? Afirmo que no, que doña Amaia tiene la misma cara para un roto que para un descosido, para un polvo mañanero que si le avisan de que su hermano en Amor en tiempos de guerra se ha ido de nuevo al frente a matar rifeños de la cabila, la misma cuando mira con arrobo a un maromo que cuando pilla un berrinche si le regaña con ardor por necia Alicia Borrachero, otra que siempre parece estar cabreada como un mona, qué mujer. Siempre que veo en la pantalla a esta señora, a Amaia, le veo idéntica expresión, sí, hay que decirlo, la misma cara de estreñida, que me perdone Ramón Campos –cabeza visible de Bambú, la productora que la amamanta, mima, y cuenta con ella en cada nuevo proyecto de la casa-. No la recordaba así en Sin tetas no hay paraíso, pero si busco ahora la mítica serie donde Miguel Ángel Silvestre era el duque canalla y amoroso, no falla, también ahí estaba la expresión de la actriz. Así que vale preguntarse, ¿tiene Amaia Salamanca otros gestos que no sean el de estreñida para todo?

Inda y el PP
     Si damos un salto a la política, donde los uniformes hay que buscarlos en las entretelas no de la apariencia sino del cerebro, nos topamos con Pablo Iglesias, la excepción, pues se pone el uniforme ideológico por la mañana al mismo tiempo que sus camisas y esa otra extensión de sus ideas llamada coleta. Pablo es como Amaia la estreñida. ¿Tiene Pablo Iglesias otras caras que no sean la del estreñido, la del enfadado, la del cura que se afila la uña del dedo para señalar y acusar al mundo de pecador de la pradera? Creo que don Pablo está harto de la coleta, pero ya es rehén de ella y no sabe cómo quitársela de una manera honrosa. Que acuda a Cámbiame, coño, que allí lo espera con los brazos abiertos el equipo del programa. El gesto no se lo cambiará nadie, pero su imagen, eso de “su look” que dicen los catetos, seguro que sí. Nada se le resiste al pelón Pelayo, a la pizpireta Cristina Rodríguez, a la que vi un día, lo juro por lo más sagrado, y si miento que me castiguen a ver tres programas enteros de La voz con sus correspondientes intervenciones de los “coaches” –perdonen que me retire a vomitar por meterme en la boca palabro tan estúpido- vi un día a Cristina Rodríguez, digo, más pintada que una puerta de ocasión. Entre Pelayo y Cristina seguro que apañan a Pablo, le cortan o le cardan la coleta, le hacen tirabuzones, o se la tiñen de azul Lucía Bosé –amante de los picassos ¿ajenos?- y firman el programa del año. Excuso decir si pillan por el camino a Puigdemont y hacen algo con su flequillo. Y ya puestos, ¿tiene Eduardo Inda otra sonrisa que no sea la de hiena que exhibe? Al PP le gusta, como si fuera un cerdo, todo de Inda, al que presentó esta semana en el Senado en la comisión de investigación de financiación de Podemos como, atención, cójanse los sexos, destacado periodista de investigación, que volvió a presentar las pruebas, con manchurrones de ir de un plató a otro, cocinadas con pringue de photoshop, rechazadas por la Justicia. TVE sí informó de la financiación de Podemos en el Telediario –eso sí, sin música de El exorcista, como hacen en Informe Semanal cuando habla Puigdemont-, pero callaron cuando un jefe de la UDEF dijo que había indicios de la mano larga de Mariano Rajoy y el PP con el dinero. Termino con otra pregunta del millón de millones. ¿Tendrá Anna Gabriel otras camisetas, pantalones que no sean cagados?, por dios bendito, la CUP que la parió.

La guinda
Censura
Con la altanería del censor al que no le cuesta un euro su decisión -para eso estamos usted y yo-, TVE guarda bajo llave producciones que se hicieron durante la época socialista y que, según se ve, no agradan a la nueva dirección. Hay casos tan ridículos como La república, con Félix Gómez, entre otros actores, de la que se emitió la primera temporada y se cortó el rollo. laSexta Noticias habla de 18 millones tirados en un cajón.

martes, 21 de noviembre de 2017

Maldeojos. Lo sabía



Lo sabía
(Artículo publicado el jueves, 16 de noviembre, en diarios de EPI PRESS)
     Lo sabía. Era cuestión de días, era cuestión de entregas. Ha sido a la segunda. No puede resistirlo. Hablo de Samanta Villar. Lleva muchos años haciendo el mismo programa. Se llame como se llame. Empezó a dar la cara, y a darnos la tabarra, con 21 días, pero como ahí no aparecía su nombre, y eso no lo soporta ella, en las siguientes copias, 21 días se llamó Conexión Samanta o, ahora, Samanta y… Lo sabía. Era cuestión de días, era cuestión de entregas. Ha sido a la segunda. No ha podido esperar más, y la segunda entrega de Samanta y… ha estado dedicada, como no podía ser de otra manera, al sexo. No sé si le queda rincón que abordar del “tema”. Seguro que sí, ella es “asín”, lleva el periodismo en las venas, en su mirada, en su talante, y si hay que seguir investigando sobre sexo, se investiga. Pone su cuerpo y su coco al servicio de la causa.
     En Samanta y… el sexo, la señora se dejó manosear por otra señora que se ofrece a acariciar a quien no puede hacerlo, y si llega el caso le masturba porque ella es una “asistente sexual” que sabe separar muy bien el placer del trabajo. La sabuesa Samanta dio con un chico que necesita ayuda para todo –se tiró a una piscina con poca agua, y se le jodió la columna-, que contó que solicita asistentes sexuales para sus cosas más íntimas. También habló con Jorge Javier Vázquez, que contó detalles que a nadie le interesan. Visitó a una pareja de chicos que viven en Berlín y practican un sexo de puertas abiertas en su casa. Y también un prostíbulo de muñecas en Barna. Joder, tía, echar un polvo con las putas muñecas te sale a 100 euros. ¿Han terminado ya los temas del sexo? Qué va. Samanta es insaciable. Y Cuatro muy exigente con la basura. 

sábado, 18 de noviembre de 2017

Maldeojos. El Gordo



El Gordo
(Artículo publicado el jueves, 16 de noviembre, en diarios de EPI PRESS)
      En el anuncio que este año produce Loterías y Apuestas del Estado de cara al Gordo de Navidad, el Gordo no es el Gordo de la lluvia de euros sino el gordo del amor. Hala, lo voy a poner también en mayúscula, qué puñeta. En el anuncio toca el Gordo, como no podía ser de otra manera, pero lo que de verdad toca, interesa, y recalca la historia es que a los protagonistas les toca el Gordo del Amor. ¿Han visto ya el anuncio? Lo verán, no se preocupen, aunque en la tele se emite en versión resumida. La original tiene nada menos que 19 minutos, un corto no muy corto. Y con una producción cuyo coste, qué digo, menos de la mitad, ya quisiera cualquier director joven que empieza en esto. En el anuncio de la Lotería de Navidad hay que tirar la casa por la venta para que la gente tire de bolsillo y el negocio siga siendo redondo.
     Esta historia de amor, con estrellitas espaciales, chica que llega de los cielos, con perrito que no falte, colas frente a la administración de lotería donde luego tocará el premio, y musiquilla –nada menos que del jumillano Roque Baños con su ristra de premios Goya-, está firmada por, oh, Alejandro Amenábar. La pareja elegida es gente joven, actores de buen ver, guapísimos ambos, Charlotte Vega, la marciana, y Dani Luque, un guía turístico que se queda prendado de la bella y extraña chica a la que, todo un caballero, le paga el décimo. El final, quién lo duda, sólo podía ser feliz. Se anuncia un gran negocio, coño, hay mucho dinero en juego. ¿Pastelazo? Y qué. Es lo que se espera de productos donde lágrima y emoción, incluso lo cursi, forman parte del merengue. Hay un matiz. Vuelvo al principio, celebrando ganar el Gordo, resalta el Gordo del Amor. Qué bonito.