martes, 17 de diciembre de 2019

Maldeojos. Sacra urna


Sacra urna
(Artículo publicado el jueves, 5 de diciembre, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Ha vuelto a tener momentos memorables el presidente circunstancial del Congreso en el arranque de la XIV legislatura. Hablo del diputado de más edad que organizó “el flujo de votantes” para formar la presidencia de las Cortes. Es Agustín Zamarrón, socialista, el de barbas blancas, abiertas, de algodón, barbas de profeta bíblico, con un puntito tan arcaico que está al otro lado de la modernidad, casi irreverente, estrafalario y sabio, el Valle-Inclán de la política. Así, con ese evidente y razonable calificativo saltó a la fama efímera de la anterior legislatura, tan corta, tan tonta, porque también entonces actuó en el mismo papel como presidente de la Mesa de edad de la Cámara Baja. Y es por esa y no otra razón por la que el diputado burgalés abrió el martes la sesión con un ataque de dignidad desconocido al pedir “perdón al pueblo español por el incumplimiento en la decimotercera legislatura de otorgar gobierno a la nación”. Impecable. Ejemplar.

     El martes seguí la solemne constitución de las Cortes –lo digo tratando de no parecer demasiado cínico- por La 1, aunque empecé con Antena 3 y Telecinco –no puedo, me supera Ana Rosa Quintana-, que abandoné al momento porque ambas conectaban con el Congreso sólo para contar las anécdotas de la mañana, alternadas con la carnaza de los sucesos, de la amenaza de tormentas. Xabier Fortes, TVE, desde las ocho y media de la mañana, con un frío helador, mantuvo el pulso informativo como ha de hacerlo la televisión pública. Entre las anécdotas, el esguince de la socialista Adriana Lastra, que pudo votar porque “la sacra urna” fue llevada hasta ella por el autor del florido término. Ojalá el refinado Zamarrón no tuviera que pedir perdón de nuevo. Sería el colmo.

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