Rajoy es Rajoy
(Artículo publicado el jueves, 12 de diciembre, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
Que sí, que ha
vuelto. Por interés, pero Mariano Rajoy
ha vuelto. Ha vuelto como vendedor de memorias,
de sus memorias. Claro que tampoco hay que volverse loquitos, que las memorias
en este país están sobrevaloradas. ¿Quién no tiene un libro de memorias? Sí,
hasta Belén Esteban, para qué
obviarlo. Fue Thais Villas, que
estuvo sembrada, quien gastó un broma con perfiles de crueldad lacerante, como
las que a veces gasta El intermedio,
a Rafael Hernando y a Javier Maroto, a los que leyó para su
juicio un párrafo de Rajoy con pega. Alabaron la reflexión del ex jefe, pero en
realidad era un párrafo de la ex cajera, diva de Telecinco. Ferrán Monegal, que actúa en La Sexta noche, sentenció sin flaqueza.
No sé si en el fondo son iguales, quizá no haya tanta diferencia, soltó el
comentarista televisivo.
Tampoco entiende
el crítico que a don Rajoy se le trate “con un buenismo en los medios que no
entiendo”. Recordemos, dijo Monegal, que cuando llegó al Gobierno en 2011 había
sólo un 22% de independentistas en Cataluña, y cuando se fue, un 44%, ahí lo
dejo. El martes, en ese forzado recorrido “buenista”, es decir, blanqueador,
sentó su culo en el sillón de El
hormiguero, y San Pablo Motos lo
acogió en su seno. Y echaron unas trisas, como es de rigor. En este tipo de
formato el invitado va a explayarse, sabe que no va a ser sometido a un tercer
grado como ex gobernante porque prevalecerá “el lado humano”. Sin embargo, Rajoy
dotó de “cero euros” a la Memoria Histórica, logró que te despidan por baja
laboral aunque esté justificada, y vació la hucha de las pensiones que Zapatero llevó a los 64.000 millones.
Eso sí, simpatiquísimo el señor. Rajoy es Rajoy.
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