Diputada Iván Espinosa
(Artículo publicado el sábado, 7 de diciembre, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
De nuevo el
humor explicando como un libro abierto lo inexplicable, el sin sentido, lo
injusto y la cerrazón por razones espurias. Y de nuevo en el clásico de la
parodia y la sátira política, en Polònia,
el indesmayable formato de TV3, que este comentarista sólo ve si algún hecho,
noticia, gag, trasciende el territorio catalán. Y desde luego negar la
violencia de género, los crímenes machistas y esa lacra que el sentir popular,
con una oscuridad de cueva maloliente, resume en el famoso “la maté porque era
mía”, no sólo trasciende ese territorio sino que es necesario airearlo para
luchar contra ella. A lo que voy. Que el equipo de Polònia monta el número en un bar al que llega el arrogante y
sudoroso Ortega Smith y pide un
cruasán. La barra está llena de ellos, pero le dicen que no hay. Cómo que no
hay, salta el parodiado Smith, y le pregunta a una mujer que toma su desayuno
en una mesa. Sí, claro que hay, responde ella.
Bah, no le haga
caso, a veces las mujeres se inventan las cosas, dice el camarero. Es una
evidencia, esta mujer no puede inventarse algo así porque lo está viendo,
responde muy enfadado el líder de Vox. Al final el camarero le trae un donut,
“es lo mismo, ¿no? No entiendo cómo es usted tan miserable negando que hay
cientos de cruasanes, brama el político. Yo tampoco entiendo, dice al final el camarero, cómo se puede
ser tan miserable negando la violencia machista, ¿verdad que jode? Y ahora, sin
parodia ni nada, la tipa real, la diputada Iván
Espinosa de los Monteros, la de barba rizada y senatorial, ha querido llamar
la atención como una adolescente consentida
llamando a Maritxell Batet “la
presidente del Congreso”, y lo hizo el miércoles en cuatro ocasiones, la muy
tonta. Hay que ser muy miserable y ridícula. El diputada Iván lo es con
soltura.
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