A partir de hoy
(Artículo publicado el domingo, 15 de diciembre, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
No hacen mucho
ruido en las mañanas ruidosas de la tele donde el fárrago político, que se ha
convertido en un Sálvame blanqueado,
ocupa buena parte de los magacines, ruido que alterna, como los clientes de un
puticlub, con los contenidos sanguinolentos -¿qué es eso de sanguinolento, por
qué es lenta la sangre?- del suceso, a ser posible suceso de los que se
convierta en culebrón, en serie, en entrega por capítulos, en hacer del caso
del asesinato de Diana Quer un caso
macabro, un negocio, un espectáculo nauseabundo, en hacer de la muerte de la
valenciana Marta Calvo un auténtico
serial donde hay de todo, ligue por internet de colombiano de 38 con chica valenciana
de 25, descuartizamiento en casita de pueblo pequeño y reparto de los restos de
la muchacha por contenedores de la zona, en fin, búsqueda metódica del cadáver
a piezas por los vertederos, un derroche de reporteros diseminados para entrar
en directo y dar “la última hora”, expresión que a estas alturas tiene el mismo
valor que la declaración del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, apoyando el aire limpio, el que
alardeaba de cargarse en cuanto llegara a la alcaldía el Madrid Central de la ogra
Manuela Carmena –por cierto, que
decía el juez Baltasar Garzón en La sexta noche que hay que decir Martínez-Almeida y no sólo
Almeida, que “queda más bonito”, y que a Iván
Espinosa de los Monteros, el que llamó a Maritxel Battet como “la presidente” del Congreso, lo va a llamar a
partir de ahora diputada, como hacía servidor en columna reciente en este mismo
periódico-. En definitiva, que las mañanas de las televisiones son un trasiego
de carne fresca para que Nacho Abad
o Manu Marlasca y otros colegas de
otros emporios se ganen las habichuelas, ya digo, negocio sangriento, negocio
que huele a podrido, negocio oscuro y deleznable, sin duda ignominioso porque
hace del dolor ajeno un entretenimiento que se escuda en el derecho a la
información. Y no es así.
Sangre y corazón
Igual que
puñados de empresas retiran su publicidad de Gran hermano por no atajar como hubiera debido la violación a la
que un concursante parece que sometió a una chica en la casa de Guadalix, decenas
de empresas deberían de hacer lo mismo con ese abuso espurio del suceso en la
mayoría de magacines. ¿Y la pública, que no ha de estar pendiente de si entran
o no gallinitas al corral del dinero? Una vergüenza. Terminan Los desayunos de Xabier Fortes –el martes, la diputada Espinosa de los Monteros fue el invitado, y volvió a emperrarse con
los menores inmigrantes en un sinsentido dialéctico tratando de enmascarar la
realidad con su realidad-, y empieza La
mañana de La 1, y en cuanto María
Casado abre la boca, zas, un vaho a putrefacción invade la pantalla, un
hedor a suceso revenido, a sexo y droga, como apuntan hablando del cuerpo despiezado
de Marta Calvo –pobre familia, qué infierno, cuánto dolor escuchar cada día lo
mismo-. Me da mucha rabia y mucha pena que TVE también crea que este tipo de
sucesos forme parte del entretenimiento, reducidos a mero consumo. Otra rama
del idéntico aquelarre mañanero es la crónica rosa, rosa sucia, lo que es el
chisme de toda la vida por muy algodonoso que se presente, y Susanna Griso, reciente neófita del
tema, lo trata como si no fuera con ella, algo así como “la puntita nada más”. Ahora
les ha dado por “la amiga de Cayetano
Rivera Ordoñez”, lo que en lenguaje de mesa camilla quiere decir posible
infidelidad del “maestro” –maestro por aquí, maestro por allí, así lo trata el
reportero de Espejo público
persiguiéndolo por los aeropuertos, quizá con la esperanza de que tratamiento
tan pomposo y de tan perverso uso ablande el corazón del que mata a herbívoros
en plazas de arena y gradas exaltadas-. Unas imágenes sinfín, que completan el
mensaje, muestran a su esposa, la presentadora Eva González, saliendo de su coche, negándose a hablar diciendo no
con la cabeza, volviendo al coche, y saliendo de nuevo del coche mientras en el
plató dan su opinión los unos y las otras como si de verdad fuese algo que nos
importa al resto. “El maestro” le pidió al reportero, por favor, que ya está
bien, que pararan. El reportero respondió, “no puedo, ¿quién puede parar esto?
Y Cayetano, con su mirada verde, deteniéndose, mirando por primera vez a
cámara, dijo lo obvio, “vosotros, podéis pararlo vosotros”.
Distinta tertulia
No es así en A partir de hoy, del que hablo aquí,
aunque sea en el tramo final de este espacio. Destaco de entrada su
presentador, Máximo Huerta. La
mañana del martes acabó de conquistarme, aunque sólo sea por nuestra común
frialdad, digámoslo de forma elegante, del “fenómeno Rosalía”. Fue así como lo dijo. Acababa La mañana, y María Casado conectó como cada día con el plató de A partir de hoy recordándole a Máximo
que ese día actuaba Rosalía en Madrid, que si tenía entradas, porque ya no
quedaban. Ah, no, contestó él, Rosalía no es mi té preferido, me da igual,
claro que a las 3 de la mañana bailo lo que me pongan. Qué grande. Por cierto,
¿has hecho el reto de la silla, ese que sólo las mujeres consiguen?, preguntó
de nuevo María antes de despedirse. Claro, y lo he conseguido, respondió
Huertas, te recuerdo que yo no tengo género. Y echaron unas risas, las mismas
que traspasaron la pantalla y compartí. Cuento todo esto porque quizá ese es el
espíritu de A partir de hoy –el nombre
es lo que menos me gusta-. Ah, he hecho el reto, y sí, lo conseguí, o sea, soy
una mujer en toda regla –forme un ángulo
recto apoyando la cabeza en la pared, coja una silla por el asiento, llévesela
al pecho… bueno, mejor siga las instrucciones por internet, es fácil-. Lo que
trato de explicar es que A partir de hoy,
con unos colaboradores muy ahormados, es una alternativa a lo machacado y
repetido en el resto de ofertas, sea la política o el suceso. Y no es el
plomizo Amigas y conocidas que presentaba
Inés Ballester. ¿Y ya está? Y ya
está. Vean el programa a las doce y media de la mañana en La 1 a partir de hoy.
La chispa
Almudena Ariza
Se ha tirado
dando tumbos como corresponsal de TVE por todas las esquinas del mundo durante
más de una década, desde la zona Asia-Pacífico o Nueva York, a París- Y ahora
de nuevo a Madrid, pero nada menos que como directora de Informativos. Es
Almudena Ariza , que acaba de recibir el Premio de Periodismo Pedro Antonio de
Alarcón que da Guadix y la Diputación de Granada-. Se merece ambas cosas. Enhorabuena.
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