Arús con leche cortada
(Artículo publicado el domingo, 1 de diciembre, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
Se dijo a lo
grande que Alfonso Arús, el calvo,
el señor tostado, el del rayo uva, el que habla con la máscara de la sonrisa
encajada -a veces lo miro sin volumen en la tele y por la gloria de la niña Mélani, otra que habla y sonríe al
mismo tiempo- me da yuyu, patatús, canguelo, se dijo que volvía el señor Arús
al horario de máximo consumo televisivo después de 25 años, y que lo hacía
donde lo dejó, a Antena 3. Si por las mañanas en La sexta hace Aruser@s, con buenos datos de audiencia,
la noche de los viernes hace Arusytis
prime, o sea, que haga lo que haga este hombre pone su nombre en la fachada
de su chiringuito. Dicho lo anterior, queda claro que Alfonso Arús y su tropa
volvió a la cadena grande de Atresmedia. ¿Y cuál fue el resultado? Según la
audiencia del primer envite, flojo. Arús con leche cortada. Digo envite porque
Telecinco tomó el estreno del único programa que tiene Antena 3 en directo como
guerra cuya primera batalla tenía que ganar, y así fue. Telecinco cambió esa
ñoñez de Volverte a ver y programó Perfectos desconocidos, la película de Álex de la Iglesia, con Belén Rueda y Ernesto Alterio entre otros, que en 2017 triunfó en los cines, y
que volvió a hacerlo en la pantalla de casa. Hay que limar los contenidos, ha
dicho sin dejar de sonreír el morenazo que parece maquillado con pegotes de
pasta marrón. Yo también lo creo. Vi gran parte de Arusytis prime, y me resultó
irregular, en algunas ocasiones aburrido, sin interés, un guirigay sin norte.
Lo de colar contenidos de corazón me resulta de una pobreza descorazonadora,
permítanme el juego de palabras, el chiste malo. Y eso que el señor marqués, o
duque, o hijodalgo, o lo que sea Cayetano
Martínez de Irujo, o tal vez simple jinete de la casa de Alba, supo estar a
la altura y dio espectáculo porque a él le dieron la posibilidad de no tener
que decir “aquí he venido a hablar de mi libro”.
Jeanine y la Biblia
Pero lo gordo,
la carne, la parrilla echando fuego, el castillo que reventó en el aire de la
noche, el pastelito, la zanahoria del loro -¿come el loro zanahorias con avaro
placer?- fue el Dúo Pimpinela, fue la presencia con las mangas remangadas de la
madre y la hija, de Maritere Campos
y de Terelu, parte del trío La la
la, las Campos. De verdad, Arús, ¿es necesario saber que Teresa no moja, y que
su hija se lo preguntara? O al revés. Fue en la sección Entrevista2. ¿Original, verdad? Más rancio que José Bono hablando de su libro, que anda como vaca sin cencerro por
los platós, aunque no llega al nivel magistral de las Campos, que se preguntan
si lo hacen, con quién lo hacen, las veces que lo hacen y si están secas o
húmedas, en fin, innecesario, pornográfico. Por cierto, Bono todavía no forma
parte de The waking dead socialist,
donde brillan con luz cegadora señoronas que eran de izquierdas y ahora viven
una segunda juventud tonteando como críos con la derecha. Sólo hay que escuchar
a González, Corcuera, Rodríguez Ibarra,
y al último de la fila, Alfonso Guerra,
aterrados con la posibilidad de que el inconsciente por joven y atrevido Pedro Sánchez forme gobierno con los
rojos. Total, que Wyoming, como médico
que es, lo tiene claro. Les aconseja algo infalible. Que canten la
Internacional cada 8 horas y, sobre todo, que dejen de ver las tertulias de 13tv,
donde los gatos al agua maúllan letanías apocalípticas. Este cuarteto podría
formar parte de los vídeos a los que suele echar mano Arús en sus programas. Un
consejo. Que vea lo que va produciendo Jeanine
Áñez, la tipa que se ha nombrado presidenta de Bolivia tras el golpe de
estado –de nuevo, José Luis Rodríguez
Zapatero llamando a las cosas por su nombre-. La imagen de la ex
presentadora alzando su Biblia me queda coja. A una Biblia hay que añadirle una
buena metralleta. Pero un momento. ¿Qué pensarían los que defienden el golpe
mirando a otro lado –se ve que Bolivia no es la ogra Venezuela en los medios-
si la dama en vez de Biblia abrazara un Corán, y en vez de peliteñida de
fotonovela se cubriera el pelo con un hiyab? Muy fácil, terrorista, sería una
terrorista. Insisto, señor Arús, échele un ojo a Jeanine, que sus contertulios
podrán disfrutar a lo grande, y sobre todo Máximo
Pradera no tendrá la sensación que advertí la noche del estreno, como el
que piensa, ay, dios, qué hago yo aquí, es mejor robar que opinar sobre tontás.
Agua ardiente
¿Será una
tontería hablar del triunfo de la pícara y monjil Tamara Falcó, que arrastró al festín de confetis a mamá y al Nobel?
Si Tamara gana, gana la banca. Y si la banca flojea, salta como una liebre
herida Mediaset. Hasta ahora Telecinco no había dicho ni pío sobre la posible
violación hace dos años en Gran Hermano
a Carlota Prado por un tal José María López. A ese abuso se tiró
como una leona Antena 3, La sexta, y Atresmedia entera, y dio la noticia, y la
siguió, y la bola creció, y se hizo viral. Es lógico. Ante un abuso, ni tantito
así, que las manadas acechan. ¿Y qué ha pasado? Pues que la bola de la
indignación y la furia se ha hecho insoportable y las empresas de publicidad,
como las moscas ahítas de carroña, se van retirando del programa. Y eso duele.
Y por eso Paolo, aterrorizado, ha
dicho basta, esa historia no es mía y la culpable del escándalo la tiene la
competencia. Ay, Vasile, Vasile, si manejas mierda te puedes manchar. Otros
manejan agua ardiente, sí, agua que arde, y se pueden quemar, como le pasó esta
semana a un compi de Pablo Motos en
la sección de Marron ante el asombro de
los darines, Ricardo y Chino. Otros, sin embargo, como el
zumbado de Vox Ortega Smith sí
parece apretarse todas las mañanas unos litros no de agua ardiente sino de anís
el mono, de aguardiente puro. ¿Qué le pasa a este hombre? Es tan arrogante que
no miró a Nadine Otmani no por
vergüenza ante lo que decía la mujer, inmigrante, musulmana, y víctima de
violencia de género –un cóctel catatónico para esta furia- sino por desprecio. Si
el arroz del programa de Arús flojeó por la leche cortada, la que fabrico
escuchando a esta tropa es capaz de matar a las víboras más letales.
La chispa
Sí, Zapatero
Llámenme Bambi,
o tonto, pero si José Luis Rodríguez
Zapatero fue un presidente que, para mí, tuvo más luces que sombras, como
ex está demostrando que es el mejor de nuestra historia reciente. Elegante,
sensato, educado, discreto y dialogante nada tiene que ver con el afán
entorpecedor y ególatra de sus colegas, del PSIOE o del PP. Habló el viernes
con Susanna Griso en Espejo público. Y fue toda una lección
demócrata.
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