domingo, 12 de mayo de 2013

Maldeojos



¿En paro? Reza

      Cada vez los católicos ponen más velas a sus santos, y por eso la cerería es uno de los negocios que resiste muy bien a la crisis, dijo muy serio Marcos López casi al final del Telediario, es más, lo dijo impasible, como si diera paso a un encuentro con periodistas donde se anunciara la dimisión de Ana Mato. Según los sicólogos, acercarse a un altar puede calmar la ansiedad por la falta de trabajo o por el temor a perderlo, dijo muy seria Marta Jaumandréu siguiendo la misma noticia de alcance, es más, lo dijo impasible y grave, como si diera paso a una conexión urgente con el Palacio de la Zarzuela porque el rey Juan Carlos I de Borbón y Borbón iba a repetir, punto por punto, el chiste del año pasado, que la ley es igual para todos –juas, juas, todavía me estoy riendo-. Dieron paso desde el plató a una pieza de las que habrá que conservar. 

      Al parecer hay un santo, San Expedito, que es la mar de resolutivo. De hecho ya se le conoce como el santo de la crisis. Paparruchas, dirán ustedes, descreídos. Pero noticia tan principal no puede dejarse al albur de la superchería, y por eso, con la credibilidad que caracteriza a los informativos de la televisión pública, la televisión pública va y pide la opinión de los expertos y habla con ellos, y por eso un sicólogo dice que rezar es como cruzar los dedos, aunque poner una vela tiene un efecto balsámico. No me extraña que Mariano Rajoy y sus ministros crean lo que a los demás nos cuesta creer. Se acabó esa tontería de ir a la oficina de empleo –Rajoy se retrató delante de una para vender la burra y ahora le hablan de eso y no sabe ni contesta-. La crisis se combate rezando y poniendo velas a los santos. Lo ha dicho La 1. Palabra de dios. 

Imperturbables, Marcos López y Marta Jaumandréu dan paso al reportaje santero..., prueba de que la televisión pública, con este penúltimo chiste, va perdiendo el norte.


He aquí la nueva estrella que colabora con el INEM, San Expedito.

Vela que se enciende, moneda que llena el arca de esta sucursal de la empresa vaticana. Es un no parar, y sin declarar impuestos ni ná. Viva San Expedito. Viva La 1.

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