miércoles, 1 de mayo de 2013

Maldeojos. Amnesia a la valenciana. Martes, 30 de abril de 2013




Amnesia a la valenciana

      Lo consiguieron. Casi. En Valencia apenas se recuerda. En el resto del país, nada. Era 2006, año en que los ojos del mundo miraban con envidia el milagro valenciano, venía a decir con su habitual sentido de la mesura Rita Barberá, la alcaldesa del pueblo. Era el año 2006, cuando “todo lo grande pasa en Valencia, y yo sé por qué, decía Francisco Camps, el presidente de la Comunidad, mirando arrobado al cielo. 2006 fue el año en que Josep Ratzinger en calidad de papa visitó la ciudad en donde corría el dinero como corren las ratas cuando advierten el fuego, las ratas o los amiguitos del alma al olor del saqueo. Pero en 2006, apenas unos días antes de visita tan comercial como espiritual –perdón, que me da el ataque de asma y tengo que echar mano del salbutamol, vale, del ventolín-, el metro de Valencia descarrila y mueren 43 personas -¿impertinentes?-.

      Desde el minuto cero, la empresa y el Gobierno autonómico trabajaron no para  aclarar el desastre sino para enterrarlo, como se olvida un objeto sin valor. Ni juicio hubo. En Les Corts se celebró un teatro de investigación, apuntado en su día por la oposición, a la que llamaron loca, y hoy confirmado por alguno de sus actores, que participó en la obra como se hacen estas cosas, ensayando respuestas adecuadas a posibles preguntas. El que fuera jefe de seguridad de Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana, Arturo Rocher, lo certificó enseñando el guión de aquella pantomima. Los familiares de la tragedia, que se podía haber evitado, recibieron visitas cuasi mafiosas. Juan Cotino, figura destacada en la trama, protagonizó ante Jordi Évole momentos de tensa y esclarecedora cobardía política. Recuperen Los olvidados –Salvados, La Sexta-. Las víctimas lo merecen. 

Cuanto más sonríe este ser de apariencia beatífica más oscura y emponzoñada es su actuación política. Es Juan Cotino, cuyo cinismo e hiopocresia no tienen límites. Gracias a Salvados, una ola de reindignación ciudadana pide a voces que se vuelva a abrir la investigación del accidente del metro de Valencia, auténtica mascarada que en su día se dio por válida añadiendo dolor a las familias y vileza a los gobernantes.

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