sábado, 11 de mayo de 2013

La última nave



La visita
Emitido el 1 de julio de 1991 en Onda Regional de Murcia

Cuando María Rosa recibió la carta se puso blanca, aunque luego le dio por reír. El remite venía del cielo, así, como suena, y se la enviaba el mismísimo Señor. Firmaba así, El Dios del cielo. La dejó sobre la mesa sin querer abrirla. Pensó que podía ser una carta bomba, alguna gracia sin gracia.

Se fue a la cocina para olvidarse del asunto. Pero no pudo seguir haciendo la tortilla. Volvió al comedor. Cogió la carta, la tocó por sus esquinas, palpando con suavidad cada pliegue por si en ellos se adivinaba algo extraño, un cable, un botoncillo, algún bulto horrible. Nada.

Cogió unas tijeras y extendió las manos pensando que si explotaba la carta, le pillaría de refilón. Hizo el primer corte. Nada. Hizo otro, y tampoco. Se relajó. Allí sólo había un papel doblado con mimo y primor, inmaculado. Lo desdobló y lo leyó. Prepárate, decía en letras muy claras, porque mañana la Muerte vendrá a recogerte.

Se tuvo que sentar. Comenzó a sudar. La fiebre le subió. No tuvo fuerzas ni para levantarse y apagar el butano. Por supuesto, la tortilla se hizo carbón.

Al día siguiente, a las 12 del mediodía, tocaron a la puerta. Tuvo miedo y no abrió. Pero frente a ella, una mujer enlutada y vieja, le guiñó diciéndole que la siguiera. María Rosa preguntó si le concedía alguna gracia. La Muerte respondió que sólo podía llevarse una cosa.

Y María Rosa se fue al cuarto de baño, cogió el cepillo de dientes, y salió de su casa echándole a la puerta dos vueltas de llave.


Decenas de relatos escritos a mano en estos papeles de notas de Onda Regional de Murcia. Historias escritas de un tirón y en cualquier sitio, en el autobús, en la mesa de un café, incluso, si la historia llegaba con urgencia, sentado en un banco de la calle. Luego, por la noche, con la música adecuada, se contaba a los oyentes de La última nave. Duraba apenas unos minutos, pero conseguía su objetivo, esperar su final, que casi siempre guardaba una sorpresa, una sonrisa, un pequeño disgusto, alguna hilaridad.


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