Montapollos
(Artículo publicado el sábado, 12 de octubre, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
El actor Daniel Grao –La catedral del mar, Gigantes,
Paquita Salas- se hace una foto
tapándose lo de abajo con una toalla tan pegada al cuerpo que ha provocado más
llamas de deseo que si se la hubiera quitado y así, al natural, enseñara lo que
se intuye debajo del algodón, un cacharro que, como en el anuncio, no engaña. Isabel Díaz Ayuso, la presi más
castañera del Madrid más divertido, no para. Yo creo que la invitan a la tele
para eso, para que no pare, para que también provoque llamas e incendie las
redes, el altillo de los armarios, el bajo de los pantalones, para que anime la
tertulia del café a media mañana con los amigos, para que a su costa se hable
de ella, como un mártir, se mire a otras esquinas, y nos quedemos con su
notoria, burra simpleza. La otra noche el Canal 24 Horas la invitó a La noche en 24 horas y la señora, con su
necia soltura, la lió.
Dijo que
Telemadrid ya no es esencial porque estando HBO o Netflix, “pa qué”. Lo que
pido a un hospital, dijo sin que su mirada vacuna se inmutara, se lo pido a
Telemadrid, o sea, que ajuste sus cuentas –al hospital no le pide excelencia
sino que recorte gastos-. El señorito Albert
Rivera no podía faltar si de montapollos hablamos. Que RTVE ya no se llama
así sino TeleSánchez porque está al servicio de los socialistas –sordo y ciego,
el líder en apuros no atendía a Xabier
Fortes, que explicaba por qué RTVE, antes de la convocatoria electoral,
contactó con los partidos para un debate, tan simple como respetar plazos, o
licitar platós y permisos-. La casa de Gran
Hermano está plagada de piojos. Literal. No se puede bajar la guardia. Cada
época tiene su afán, dice Jorge
Fernández –ex de Rajoy-, y la de
ésta es montar pollos. O pollas, como la de Grao.
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