La hora musa
(Artículo publicado el jueves, 3 de octubre, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
Escucho la
palabra música en televisión y me da sarpullido al instante. Escucho que en la
tele dicen que veremos la actuación de un niño prodigio que canta como los
ángeles y cojo las pistolas. Cuando veo a un presentador dando paso a una tipa
que arrasa con su última parida en internet pido que me envíen al desierto del
Sahara para que me coman las alimañas. Es ver a un puñado de contertulios –no
te lo perdonaré jamás, Susanna Griso,
jamás-, dedicar el precioso tiempo televisivo a la hija de la Pantoja, llamada para el mundo de la
afrenta, la ignominia y el despendole Isa
P., diciendo que la pájara se dedica a la música, y mis entrañas entran en
estado de regurgitación y expelen bilis a cascoporro. Así que cuando La 2
estrenó el martes La hora musa mi cerebro
reaccionó como el perro de Paulov porque La
hora musa es nada menos que un programa de música.
Es una broma,
claro. La hora musa es, para decirlo
sin adornos, el único programa, pero el único del mundo mundial de la tele
española, dedicado a la música, pero a la música de verdad, con sus músicos en
acción, sus baterías, sus guitarras, su piano y una voz cantante que dice
letras subrayadas por unas melodías que te llegan al corazón. Presenta La hora musa la dulce Maika Makovski, y la primera entrega de
la segunda temporada fue apoteósica. Pasó por el programa ZAZ, francesa que ama el español y que incendia su obra de una
bellísima y conmovedora melancolía, lo llenó de elegancia irónica Kiko Veneno, el colombiano Juanes concedió entrevista, y los
jóvenes de Carolina Durante, con su atrevido y doliente pop, estilo Poch, dejaron claro que juventud y
estupidez no siempre van de la mano. Vean La
hora musa si aman la música.
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