Gonzo, salvado
(Artículo publicado el martes, 22 de octubre, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
Espero que los
espectadores sepan perdonar que no hayamos empezado en Cataluña, dijo entre
risas a unos cuantos periodistas el periodista Fernando González, Gonzo, que el domingo se estrenó en la nueva
etapa de Salvados, el clásico de Jordi Évole y La Sexta. Pues no, Gonzo, no sólo estás, estáis
perdonados, sino que se agradece la no insistencia en “el tema catalán”, que
vaya vaya. A lo que voy. Gonzo dejó El
intermedio –su familia, también ha dicho más de una vez- después de nueve
años para embarcarse en la aventura de sustituir nada menos que a Jordi al
frente de Salvados siendo, como
parecía ser, que Évole no sólo era la cara visible de Salvados sino Salvados.
Pero la entrega del estreno de Gonzo dejó algo claro, y es que Salvados es un buen formato y Gonzo el
buen periodista que ya sabíamos.
No siempre es
así. Hay casos en los que el formato da igual porque si lo presenta alguien
como Samanta Villar lo estropea,
seguro. No es el caso del regreso de Salvados
con Gonzo como presentador y un asunto tan delicado como el del acoso sexual en
el trabajo, que no, que además de actrices de renombre hay miles y miles de
mujeres que tienen que aguantar a jefes babosos y compañeros sinvergüenzas que
se creen dueños de sus colegas o, peor aún, que banalizan ese atropello tan
humillante y doloroso y lo tildan “como bromas”. En la entrega que comentamos
habló Gonzo con algunas mujeres que dieron la cara contando, y reviviendo de
nuevo, su calvario, y lo hicieron para animar a esas otras mujeres que, quizá a
nuestro lado, sufran lo mismo. Gonzo se salvó, pasó con matricula la prueba, y
los espectadores, con él.
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