El
directo les confunde
(Artículo publicado el domingo, 11 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)
Los que somos
más viejos que la tos sabemos que la noche confundía a Dinio, cubano que se montó una sociedad anónima para contar
guarradas imposibles con la lagarta Marujita
Díaz, más ordinaria que Aramís Fuster,
qué tiempos aquellos de televisión de finales del XX, cuando los platós se
incendiaban con las pelucas de Marujita, salían chispas de la órbita desbocada
de sus ojos, y los montajistas apenas daban abasto para ir contando inventos de
una cadena a otra. Incluso TVE daba cancha a las historias de la estrambótica
pareja. He recuperado unas imágenes de Corazón
en las que Jose Toledo en marzo del
año 2000, repito, marzo del año 2000, hablaba de un posible embarazo… ¿de
Marujita?, no por dios, de la mujer de Rafa
García, hermano gemelo de Dinio, un tipo que por aquellas fechas enseñaba
el bacalao a las presas de la cárcel de Picassent. A lo que voy, que si a Dinio
le confundía la noche a principios del XXI, a Antonio García Ferreras le confunde el directo, tanto directo, en
su primer cuarto. Pues no que hace unos días va el ventilador humano de manos
en acción y presenta al naranjito Albert
Rivera como “Albert Rivera, líder de Podemos, diputado, buenas tardes”. El
diputado que no sabe si el centro está aquí o en su extrema derecha se colapsó
y por poco hace como el hermano de Dinio, que para explicarse saca el badajo,
le da unas vueltas, y se lo lía a la pata. Bueno, perdón, chiste malo, como
algunos de Buenafuente, que ahora el
de la naranja ciudadana anda un poco cojo –es lo que tiene el tenis, decía el
otro día por las calles de Alsasua-, y a pesar de todo viajó al norte para
incendiar las plazas seguido por las cámaras de las televisiones. Los políticos
en fin de semana son un peligro, con lo monos que estarían en sus casas
repantigados en el sofá dejándose lamer por el perro. No paran. Y luego nos dan
la tabarra en el telediario con sus mensajitos inflamados de un nacionalismo
estropajoso.
Dimisión
en diferido
O al revés, y es
cuando se le va la mano a la bandera a Dani
Mateo y se suena la nariz en ella, y la lía parda. Hasta algunos
anunciantes de El intermedio han
movido el culo y han abandonado este informativo humorístico. Supongo que saben
a qué me refiero, a la performance que hizo el cómico limpiándose los mocos
“con el trapo” que tenía a mano y que tanto rechazo ha causado. El directo les
confunde. Esa torpeza le ha valido que, entre otras marcas, la del modisto Álvaro Moreno deje de vestir a los
presentadores de El intermedio.
Quieto, quieto. ¿Dejar de vestir a los presentadores de El intermedio? ¿Me está diciendo el señor Moreno que a partir de
ahora veremos a Wyoming en cueros
vivos? No por dios, no hay bandera que aguante esa afrenta. Ni desmadre que se
pueda generar en torno “al trapo”. Ya ha salido el tonto del pueblo apagando el
fuego con un bidón de gasolina en la mano. Nos llega de Ceuta, es nada menos
que consejero de, atención, Educación y Cultura del gobierno del PP en la
ciudad autónoma, y se llama Javier
Celaya. Que dice el pelanas que le dará 1.000 euros al que le parta la cara
a Dani Mateo. No hay bandera que justifique y ampare semejante desatino. A su
manera, el lunes de esta semana, El
intermedio pidió perdón en directo. Muchacho, vuelvo a dar la cara por ti,
dijo Wyoming con ironía, ¿se te ha pasado el resfriado de repente? De golpe,
respondió Dani Mateo, ahora sólo sorbo los mocos. Perdón a su manera, digo.
Como hace las cosas la comandanta Cospedal.
A ella no le ha ido nunca el directo, porque como a Dinio la noche, la confunde
hasta hacerla ininteligible. Ella se mueve mejor en lo grabado. El lúcido Ignacio Escolar, que tiene memoria para
hilvanar el pasado de forma que el presente tenga sentido, entró en directo la
otra mañana en Al rojo vivo y explicó
que “el PP acusaba a Rubalcaba de
tener una policía política para investigar al PP, y ahora resulta que quien
contrataba a un policía corrupto es Cospedal, que dimite en diferido y en
régimen de simulación”. Brillante.
Gana
la banca
Y de lo más
excelso, de la reina en declive de la Mancha, mi señora Mariloli Cospedal de Todos los Chanchullos –abandona el barco del
escaño empujada por el bravo oleaje, aunque a Teodoro García, secretario general de la congregación popular, le
parece una dimisión ejemplar-, a lo más groserillo, a lo más plebeyo y
cachondo, que en el submundo de la
pantalla también cuecen sus habas, y qué habas, válgame el cielo. Que una tal Techi –pasó por Gran Hermano VIP, con eso lo digo todo para que se hagan una idea
del peso neuronal de la señora- ha dicho que no va a las galas del debate en
directo porque no la llaman y no sabe si está vetada o qué, aunque lo que sí
sabe es que cuando ve los programas, “veo muebles, que son como papeleras
recoge mierdas allí sentaditos”. Dicen los expertos que la papelera recoge mierda
no es otra que Isa Pantoja. ¿Ven? En
estos directos hay más sangre y pus y bilis que en una pelea entre el farsante Santiago Segura y la divina Paz Vega, que han hecho de las cocinas
de MasterChef un lugar tan peligroso
como la frontera de EEUU vigilada por campesinos enardecidos por el grosero Donald Trump para que no entre al país
la chusma que pretende hacerlo como una piara de ñus que abandona la reserva
del Cherengueti cruzando en Tanzania el río Mara en busca de las verdes
praderas de Kenia, momento exacto en que los cocodrilos, como esos salvajes
sicópatas yanquis quieren hacer, se tiran al cuello de los bóvidos sembrando de
muerte el curso del río. Pues bien, Techi, que al parecer tiene morros como
espuertas, explica que la hinchazón que mostró en sus labios en sus últimos
días encerrada en Guadalix se debió “a una puta reacción alérgica al bótox”. ¿Algo
así, una reacción alérgica a no seguir el dictado de la banca sufrieron los
miembros del Tribunal Supremo el martes? La reputación del alto tribunal, en
directo y en diferido, está a la altura de cualquier Techi con el bótox
podrido. Qué asco.
La guinda
Revilla
bis
Hasta en la
sopa. Miguel Ángel Revilla no es
sólo el presidente de la anchoa, el tipo que preside el Gobierno cántabro, es
un tema, un programa de televisión en sí mismo. No para. No se sabe si gobierna
desde su despacho o desde un plató de televisión, sea la cadena que sea. Lo
último, por si con el original no hubiera suficiente, la descacharrante
imitación que de él hace el maestro Raúl
Pérez de vez en cuando en Late Motiv,
de #0
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