¿Cuánto
te mide?
(Artículo publicado el domingo, 18 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)
Ya estamos. La
pregunta del titular, como supongo imaginan, tiene truco porque esta página, y
este medio, no va de eso, aquí no se preguntan esas cosas, siendo esas cosas,
la cosa. Creo que está claro. ¿Entonces a qué me refiero cuando pregunto cuánto
te mide lo que sea? Es un cebo. Un truco periodístico. Es un titular llamativo
que roza aquello de lo que se quiere hablar. Lo usan no sólo en Sálvame, maestros del disimulo, maestros
del encubrimiento, de la exageración y la cocina informativa. También te lanzan
el cebo oportuno en programas más serios, desde el informativo de Helena Resano en La Sexta, que pone
unas imágenes mientras la voz del reportero te deja con la miel en los labios
para que termines la noticia en la correspondiente aplicación de tu móvil, al
cebo que lanza Mamen Mendízabal en Más vale tarde y que se resolverá en
cuanto termine el bloque de publicidad, y aseguro por la pilila incorrupta de Franco que se vuelven locos vomitando
anuncios. Vale. Las medidas se resuelven echando mano de los centímetros.
¿Sabían que hay en La Sexta, los sábados por la mañana, un programa que se
llama Centímetros cúbicos? Yo
tampoco. Lo que sí parece lógico es que cuantos más centímetros, sea de lo que
sea, la cosa es más grande, tiene más potencia, es decir, más prestigio.
Referido al mundo motor, centímetros cúbicos se refiere al volumen, es decir,
al tamaño del mismo. ¿Ven? Al final sí que el titular tiene que ver con la
pieza de hoy. Me centro. El sábado pasado, por accidente, me topé con Centímetros cúbicos en la pantalla. Y me
atrapó. Y por varias razones. Una, no tenía ni idea de su existencia –y lleva,
nada menos, que nueve temporadas, y eso que uno se las tiene por comentarista
responsable y al tanto de lo que se mueve en la pantalla-. Y dos, su factura,
su ritmo, el sumario, sus reportajes, y sus invitados hacen de Centímetros cúbicos un producto muy
interesante para quienes quieran estar al día en lo relacionado con los coches
–marcas, avances, inventos, y por supuesto campañas muy bien elaboradas sobre
prevención de accidentes, como la que apoya Atresmedia con el lema Ponle
freno-.
Maxi
Iglesias
Presenta Centímetros cúbicos Javier Reyero, y lo hace con esa seriedad del presentador que va a
lo suyo, que sabe que lo suyo no es un programa de audiencias millonarias pero
que parte de una idea tan básica como noble, que el espectador que se pone un
sábado por la mañana delante de la pantalla para ver Centímetros cúbicos es alguien que no sólo está interesado en el motor
sino que entiende de eso y hay que afinar el sumario para que al sábado
siguiente vuelva a la cita. Es más, el producto es tan atractivo que se hace
interesante hasta para quienes el mundo del automóvil nos queda lejos. Viendo
una entrega emitida a finales del mes de octubre –Atresplayer ha remozado su plataforma,
ha rediseñado su forma de acceder a sus diferentes ofertas, y a un golpe de
ratón puedes ver los directos de Antena 3 o La Sexta y los programas y series
de ambas junto a las de Neox, Mega, o la interesante Flooxer, que acaba de
estrenar la serie adolescente Más de 100
mentiras, un thriller que retrata el lado oscuro de sus protagonistas-, lo
que decía, que viendo una entrega de finales del mes de octubre me topé con Maxi Iglesias, que al parecer es un
amante de los coches y acudió a Centímetros
cúbicos no para alardear de tamaño sino para probar la última tecnología en
sonido para coches. ¿El último grito tecnológico en sonido para coches? Dios,
qué lejos me pilla todo. Para probar el sonido, que inunda el interior del
automóvil, capaz de sacar matices insospechados, escuchan Love runs out, de One
republic, y por la cara que pone el joven de los ojos de esmeralda sin duda el
sonido es un sonido celestial.
Qué
listas son
Por si fuera
poco, en el último Centímetros cúbicos
que vi descubrí a un Bárcenas que no
llevaba pegado al culo un sobre, un sobresueldo, un chanchullo, una condena, un
fajo de billetes, unas patillas de arrogante mafioso, un tipo de repente
desconocido para la “organización criminal” de la que formaba parte –así llamó
el juez José de la Mata a la cúpula
financiera del PP-. Era un Bárcenas, pero no Luis Bárcenas el cabrón o el “sé fuerte” del lector de prensa
deportiva Mariano Rajoy sino Willy Bárcenas, su hijo. Sé que al
joven le tiró Boris Izaguirre
piropos de deseo asegurando que “está buenísimo”. He leído por ahí, para
documentarme como merece esta página, que Willy
maneja un Willy –palabra coloquial inglesa que viene a significar lo que
nuestra infantil pilila o colita- de mucho octanaje, dato que aquí sólo es puro
morbo, como cuando el muchacho pasó por Liarla
Pardo como miembro de Taburete, su grupo de música, y Cristina Pardo lo despidió con un “Willy, sé fuerte”, ay, estas
rojas. ¿Y qué hacía este Bárcenas en Centímetros
cúbicos? Pues ver quién tiene el Willy más grande, si Willy Bárcenas o Andrés Ceballos, vocalista de Dvicio,
un grupo para olvidar. La cosa consistía en el reto que les puso el programa de
pilotar un Suzuki Swift Sport en el circuito del Jarama y ver quién llegaba
primero, es decir, quién ganaba la prueba, o sea, quién la tiene más grande.
Por cierto, me entero de que Taburete y Dvicio han hecho una coplilla juntos, 5 sentidos, y saben qué les digo, que
mientras la escuchaba me dieron ganas de coger el Suzuki ese y perderme. Voces
afectadas, niños pijos, música sin alma, machacón chinda chinda como base
sonora, en fin, Centímetros cúbicos,
que dirige Fernando Gómez Blanco, es
un buen programa sobre coches y un escaparate para ver a conocidos en
situaciones distintas a su rol habitual. Por cierto, si vas pedo da igual que
bebas aceite y tomes claras de huevo. Ni te va a bajar el nivel de alcohol ni
vas a tener unos testículos y un pito más grandes. El mundo del motor, incluso Centímetros cúbicos, parece cosa de
hombres, de machos que se la miden a ver quién la tiene más grande. Apenas
salen mujeres. Ellas no tienen que demostrar nada subidas a un coche. Ay, qué
listas son.
La guinda
La
Lotería
El mensaje del
anuncio de la Lotería de Navidad consigue lo que pretende, es decir, que te
puede tocar la lotería mil veces, pero la que de verdad te hace feliz es la vez
que has compartido la suerte con alguien. La historia la dirige Javier Ruiz
Caldera –Anacleto, 3 bodas
de más, Spanish movie-, y la
interpretan con perfección Luis Bermejo –Goya por Magical girl- y Chiqui Fernández –memorable en Mujeres, que emitió La 2-.
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