Dani, al Palau
(Artículo publicado el martes, 13 de noviembre, en diarios del grupo EPI PRESS)
Ha hecho bien Joan Ribó, alcalde de Valencia, en
ofrecer el Palau de la Música al cómico Dani
Mateo para que lleve su espectáculo, junto a J.J. Vaquero y Raúl Cimas,
tras la cancelación de la actuación prevista de Nunca os olvidaremos el día 23
y 24 en el Teatro Olympia de Valencia. La cancelación de la función por parte
de la empresa está razonada por la amenaza de la banda de ultraderecha España
2000 de ir a las puertas del teatro, y sus alrededores, y formar gresca,
intimidar al personal, y vaya usted a saber qué cosas más. Esta gente no tiene
límite. Todo viene a cuento, como es fácil sospechar, por la torpeza de Dani
Mateo de sonarse los mocos en El
intermedio con la bandera española. Para mí no es una afrenta, en serio. No
considero este ni otros símbolos tan intocables, pero sí entiendo que pueda
generar reacciones primarias. Y así ha sido. Las banderitas, trapos cargados de
metralla, no pueden estar por encima de la sensatez. Ni del humor, como
defiende el cómico.
Este tipo de
reacciones se van instalando como algo normal, y no, no son normales. No hay
más que ver la pachorra con la que un estúpido tirador, Manuel Murillo, franquista desde la cuna, cegado por su ideología
atrabiliaria radical, y a raíz de la intención del Gobierno de sacar los restos
del dictador Franco del Valle de los
Caídos, planeaba matar de un disparo certero a Pedro Sánchez, el presidente. Un magnicidio de esta categoría a
estas alturas de democracia, cuando el terrorismo de los cuatreros de ETA hace
años que se fue desinflando por la presión social, no es ni baladí ni porque
sí. Hay líderes políticos que cargan sus palabras con munición, ciegos e
irresponsables.
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