TD de Museo
(Artículo publicado el jueves, 22 de noviembre, e diarios del grupo EPI PRESS)
Allí estaba Carlos Franganillo ante Las meninas, de
espaldas a la obra de Velázquez, y
en directo, a las 9 de la noche, abriendo el Telediario –la otra noche, aunque desde el plató de Torrespaña, fue
cazado por el realizador cuando no debía bebiendo un trago de agua de un
botellín, fallos que a mí me gusta vivir en directo porque humanizan la, a veces, necesaria imagen de estatua de este
tipo de presentadores-. Me emociona como espectador que la televisión pública
traslade al Museo del Prado, pinacoteca que celebra el próximo año su
bicentenario, a todo un equipo para abrir el informativo desde una de sus salas
más visitadas. Fue el lunes, y convirtió en primera noticia el cumpleaños del
museo cantado por sus trabajadores. Esta novedosa visita de TVE a nuestro museo
nacional más conocido mostró las obras más visitadas, entre las que está El
jardín de las delicias, de El Bosco,
obra ante la que, se dijo, la gente pasa más rato en su recorrido.
También se
aprovechó la ocasión para enseñarnos algo que apenas nadie ha visto, y que se
conoce como “los peines”, paredes móviles en las que se cuelgan joyas que
esperan a ser expuestas y que descansan en los sótanos del edificio, reportaje
que firmó Carlos del Amor. A la
emoción de convertir en plató de televisión el Museo del Prado en su 200
aniversario, elevando la cultura a la categoría e importancia que merece –más
allá de la mera gestualidad, y desde luego como otro rasgo del nuevo aire que
se vive en los informativos de TVE- hay que añadir uno de los momentos más
vibrantes de la noche, el apagado de las luces del museo, tal como se hace a
diario, para dejar en penumbra obras que tanta belleza y luz irradian. Fue un Telediario para enmarcar.
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