viernes, 8 de noviembre de 2019

Maldeojos. El perrito


El perrito
(Artículo publicado el martes, 5 de noviembre, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Como es lógico, el debate de anoche, donde actuaban los líderes más destacados del circo, no puede entrar aquí. O sea, imposible comentar esa tontuna de quién ganó o perdió el debate, quién estaba más nervioso, quién más sereno o más certero. O si Ana Blanco y Vicente Vallés ejercieron de jueces equilibrados, que seguro que sí, no tengo ninguna duda. Tampoco si arrasó en audiencia, o si la audiencia se volcó más en Antena 3 y La Sexta o en La 1, y mucho menos si los expertos que todo lo saben acertaron en sus reflexiones a toro pasado, siguieron en sus trece, o a raíz de lo dicho hubo alguno que cambió su punto de vista. Nada de eso puede entrar en esta pieza porque estas líneas, como saben, se mandan al periódico el día antes. Aun así da igual. Digo que da igual porque lo del perrito está haciendo las delicias de las pantallas desde el domingo.

     El perrito, como supongo intuyen, es el perrito de Albert Rivera, Bueno, el perro Lucas de un compañero de su equipo. Más. Es nada menos que “el arma secreta” de Rivera, el líder supremo de Ciudadanos, para el debate de anoche. En un tono y con caritas que se supone pretendían ser naturales, graciosas, ocurrentes, el ciudadano Rivera, con los ojos desarbolados y una vocalización de primero de arte dramático, o sea, lo que se entiende por vocalizar con el culo, advirtió, “quien me ataque en el debate, ya sabe, tendrá que enfrentarse a Lucas”. Cuando uno ve el vídeo se le queda la cara de alpargata, algo así como una desolación tremebunda y paternal. ¿Qué le pasa a este señor? La decadencia de Albert Rivera y Ciudadanos no tiene la nobleza de otros declives. Yo también creo que más que los politólogos es cosa de siquiatras. Es tan tontito. Pobre.

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