Amigos y…
(Artículo publicado el jueves, 11 de junio, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
Pues sí, tal
como dejé aquí escrito, he visto el programa que desde el lunes presenta en La
1, cuando termina La mañana de María Casado, Máximo Huerta. Y sí, hablaron un poquito del tema, del tema de su
breve faceta como ministro de Cultura. Hala. A otra cosa. ¿De qué va el
programa, de qué va A partir de hoy?
Voy a hablar del plató, o sea, del decorado. Simula una terraza con sus
rinconcillos para sentarse con los amigos, y amigas, echar unas risas, y si se
tercia quedarse en silencio mirando el gran ventanal por donde tal vez se cuele
el atardecer. Pero como en la tele la palabra silencio no existe, el tiempo se
pasa comentando cosas. Sí, cosas, pero no cosas al estilo de las cosas que se
comentan en Al rojo vivo –qué dolor
ver a Antonio García Ferreras
bailando, o lo que fuese aquello, el día del Orgullo en plena calle-.
En A partir de hoy no existe la política,
ni la polémica. Nadie se aturulla ni se atropella ni se encabrita. En A partir de hoy el presentador da paso a
una serie de asuntos –sobre el verano, el calor, las costumbres- y los
colaboradores –de una rescatada Ana
García Siñériz a Roberto Leal o
el inevitable Santiago Segura- dan
su opinión tan a gustito. O sea, un encuentro suave, sin aspavientos, sin
polémicas, un paseo por una actualidad inventada, elegida, seleccionada para
eso, para no levantar ampollas y que el mundo fluya. ¿Tiene tirón? Pues no. No
puedo decirlo de otra manera. Lo puedes ver, puede haber algo interesante en
los distintos reportajes, en los invitados que hablan de su disco o de su
libro, pero quedarte loco si te apagan la tele en ese momento, no, eso, no
pasa. ¿Es otro Amigas y conocidas?
No, la verdad, pero podría ser.
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