Concha y Paquirrín
(Artículo publicado el martes, 15 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
Estoy seguro de
que no tiene que ver una cosa con otra. Pero voy a intentar llevar a mi terreno
el titular a ver qué pasa. Juntar Concha
Velasco con Paquirrín, con el patán
de Isabel Pantoja por muy
pinchadiscos o cantante de discotecas que sea, de extrarradio y fiestas de
pueblo donde alcaldes horteras dilapidan el dinero que no es suyo propalando el
mal gusto a espuertas. Este pájaro se ha encerrado en Guadalix con una señora,
no sé si es la suya, una que pasaba por allí, o algún apaño ocasional, para
concursar junto a otras parejas amañadas o no en la última cagada de Telecinco,
Gran hermano dúo, y allí estará hasta
que le salga de las pelotas y se infle a ganar dinero. Digo bien. Se infle, más
de lo que ya está aunque creo que ha reducido sus lorzas. Kiko
Rivera
gana a la semana, según he leído, cerca de 45.000 euros. Repito, 45.000 euros.
Y la parienta 35.000. O así.
De hecho
aceptaron acudir al estercolero sin fin de la cadena de Mierdaset porque así no
sólo estarían juntos sino que los dos llevarían dinerito a casa. Dinerito que
serviría para que el popular juglar pague sus débitos a Hacienda. Coño, ya
tengo el vínculo. Concha Velasco, la gran actriz, la gran artista, también le
debe a Hacienda unos cuartos que ha de pagar, como es lógico. Por eso cuando le
preguntan cómo se presenta su futuro ella no duda en responder que “no puedo
retirarme, tengo que pagar a Hacienda”, es decir, como Paquirrín. Eso sí, hay
una, enorme, dolorosa, clarificadora, definitiva diferencia. Concha Velasco
conseguirá su dinero subida al escenario, con casi 80 años, dando vida a su
personaje en El funeral, dirigida por su hijo Manuel Velasco. Paqurrín conseguirá 45.000 euros a la semana
tocándose los cojones.
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