Bien matados
(Artículo publicado el sábado 12 de enero en diarios del grupo Prensa Ibérica)
Nunca ha pasado
nada en Torrecillas, decía un personaje en el primer capítulo de una serie con
muchos ingredientes para convertirse en algo grande por su interés, Matadero, que Antena 3 estrenó el
miércoles con una audiencia que superó los tres millones. Y así es, en Matadero pasa de todo, hay de todo,
puede ocurrir todo, y si algo puede ocurrir, ocurre. Hasta que muera un
personaje fundamental en la primera entrega, el del actor Antonio Garrido, un vivales de espíritu corrupto que trafica con
todo. Así que en esta ficción que cuece en la misma olla el humor y el drama se
acumulan deseos, envidias, el tráfico de drogas, lo policial, lo sentimental, el
guiño del orgullo de ser de un lugar, de Puerto Lumbreras en este caso, o sea,
murcianico, como alardea Pascual, el personaje de Ginés García Millán, un malote sin escrúpulos ni sentimiento de
culpa que trabaja para el capo Don Julio, jefe de un clan de narcos de la Ría
de Arosa.
Nunca ha pasado
nada en Tordesillas, decía el jefe del puesto de la Guardia Civil del pueblo,
el capitán Villanueva al que pone alma Janfri
Topera. Pero vaya si pasan cosas que, mire usted por dónde, quiere
investigar María, metódica y racional, enamorada de su profesión, la actriz Camila Viyuela, hija del actor Pepe Viyuela, el veterinario, un tipo
sencillo que de golpe –nunca mejor dicho- abocará en una geografía vital en la
que jamás pensó moverse. Vean Matadero,
es divertido, emocionante, un gran espectáculo. Y el sobrenombre de Matadero, un thriller ibérico, perfecto
para centrarse aún más. De Berlanga
a los Cohen de Fargo, con tonos dorados como los atardeceres castellanos, la serie
retrata la capacidad del ser humano para combinar mercadeo de cerdos con drogas,
bondad y maldad extremas, ingenuidad y astucia. Vean este formidable
entretenimiento.
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