miércoles, 22 de enero de 2020

Maldeojos. ¿Racializadas?


¿Racializadas?
(Artículo publicado el sábado, 18 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Por la mañana escuché en Espejo público la tertulia que tenía abierta Susanna Griso, y de golpe, a punto de arrojar a caños la tostada con el mejor aceite de oliva y el zumo con naranjas de primera, o sea, lo que más quiero y por lo que a esa hora sería capaz de matar, escuché el palabro del titular. Ahí va. Racializadas. Mujeres racializadas. Detuve la tostada, detuve el zumo, detuve mi vida, y presté la atención debida. Es que resulta que Alba González era nombrada por Irene Montero, ministra de Igualdad, directora general de Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial por la mañana –prometo por mi conciencia y honor que se llama así, con un par de ovarios- pero por la tarde dimitía la buena señora porque es blanca, y esa dirección pasaba a manos de la “racializada” Rita Bosaho, negra, ante las protestas de colectivos como Afroféminas.

     Como mi tostada y mi zumo están por encima de cualquier contingencia racial, local, demencial, papal, floral, y gutural, seguí a lo mío. Ay, tonto, Edipo huyó creyendo que se alejaba de la madre, y recordemos lo que pasó. Lo mismo me pasó a mí, quitando lo sórdido. Unas horas más tarde me tope con la mismísima ministra, que respondía a Ferreras –último titular, doce y quince, atención, titular, etcétera-. Y doña Irene habló también de mujeres racializadas, la ostia puta. Pues mira qué os digo, racializada es una puta tontería lo diga Montero, el porquero, el que se inventó la yenka, el que firmó los Conciertos de Brandenburgo o María Jesús con o sin acordeón. No nos libramos, ni las mujeres estigmatizadas por su origen ni por el color de su piel, de ser idiotizados y de convertir el lenguaje en un pantanal que en vez de aclarar, oculta y enmaraña.


No hay comentarios:

Publicar un comentario