domingo, 12 de enero de 2020

Maldeojos. Ana Rosa y otro


Ana Rosa y otro
(Artículo publicado el sábado, 11 de enero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     La noticia que fue cebando la mañana del jueves el magacín de Ana Rosa Quintana, pero cebando desde que se ponen las calles, cebando como se ceba un cochino para la matanza, no era tanto la entrevista desde la cárcel de Lledoners en Barcelona donde se encuentra preso el político Oriol Junqueras, de Esquerra Republicana de Cataluña, líder del partido y condenado a 13 años de prisión por sedición y malversación, no era tanto la entrevista como que la señora que la haría. Ya está en el coche, decía desde el estudio su sustituta, Ana Terradillos, ya está llegando, ya le quedan cinco minutos, ya puede estar dentro. Y así. Es decir, la noticia es ella, es la periodista que va a entrevistar al preso, que le regala ese tiempo como presente de cumpleaños, que El programa de Ana Rosa lleva 15 en Telecinco.

     En una de las conexiones en directo, no te lo pierdas, con el coche de la licenciada, se lamentaba, o no, que con esta mujer nunca sé cómo tomarme nada, de que como las cámaras no pueden entrar en el trullo para inmortalizar el ¿histórico momento? –seguro que así lo entiende la paya- el encuentro es una “vuelta al periodismo de toda la vida, con bloc y boli”. Me encanta. Los rótulos que el viernes anunciaban que la entrevista se vería en cosa de minutos, y que se parara el mundo, hablaban de “exclusiva”. Claro. La misma exclusiva que han tenido antes otros medios, que Junqueras es muy educado y habla con todo el mundo. A lo que voy, que cuando llega “la exclusiva”, y al no contar con imágenes, una voz en off reproduce las preguntas y las respuestas que, sobre una foto de Junqueras, se escriben en la pantalla. O sea, mucho castillo para tan poco fuego.



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