Los Bardem
(Artículo publicado el jueves, 14 de febrero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
En Socialité, el programa de chisme extremo
de Telecinco –hoy, en este país, casi todo es extremo, bronco, montuno, de
gallitos de corral-, salen de caza a ver qué pillan. No les interesa la cara
amable, la cosa educada. Cuando salen, olfatean víctimas y sacan de ellas su
parte más fea. Una vez que caen en sus garras, malo. Dirigiendo ese cotarro de
mal gusto, María Patiño, que lleva
viviendo de estos sucios saraos toda una vida, y con cara de intensa. El otro
día, en uno de sus reportajes, comprados a saldo, o enviados por agencias que
venden esas imágenes al peso, se hicieron con uno en el que hablaba Pilar Bardem, buena pieza, no por ella
sino por su hijo y su nuera Penélope
Cruz, que son inalcanzables para
tribuna tan chabacana. La actriz acudió al homenaje que le dio el Círculo de
Escritores Cinematográficos, que le entregó su medalla de honor.
La cómica, de 79
años y casi otros tantos de trabajo para sacar a su familia adelante, le dijo a
la agencia que a su edad no la llaman para trabajar y que cobra “una pensión de
mierda”. Suficiente. Todo eso dura apenas 15 segundos, y estoy seguro de que
Pilar, sin pelos en la lengua, lo soltó porque es verdad, sin edulcorar una
realidad que al quedar retratada sólo pretendió denunciarla. Pero hete aquí que
este Socialité, un programa de basura
de primera, retorció las declaraciones, las ralentizó con drama
sensacionalista, volvió a ellas una y otra vez, y saltó sobre el cuello de
quien en realidad les interesa, su hijo Javier
y su nuera Penélope. Y qué dijeron. Pues que cobran un pastón, que tienen
millones arrollados, y que sus hijos llegan al mundo con fajos debajo del
brazo… mientras la madre y abuela “pasa uno de los peores momentos de su vida”.
Qué gentuza.
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