Erecciones
(Artículo publicado el jueves, 21 de febrero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
Sienta
Pablo Motos en la mesa de El
hormiguero a Berto Romero,
humorista, actor, y creador de la serie Mira
lo que has hecho, que cuenta cómo la llegada de hijos, la locura que
supone, puede hacer tambalear los cimientos de una relación. La primera
temporada me la bebí en unas cuantas sesiones por divertida, ingeniosa, y por
navegar en el filo de la ficción y la realidad. Para promocionar la segunda
temporada, en Movistar, acudió el martes el autor “a divertirse al Hormiguero”.
Y de paso, a divertirnos con él. Hablaron de caca, pedo y pis, y de erecciones,
de erecciones de niño chico. Contó Berto que tiene tres críos, dos niños y una
niña, y que una noche, en mitrad del salón, apareció uno de los nenes con el
pito tieso. Su hermanita, al ver el prodigio, se lo tocó como se toca un
instrumento de música vibrante. ¿Cómo lo haces, quiso saber la pequeña? No lo
sé, me sale solo, respondió el nene, que dijo tener “un pene furioso”.
Es
difícil pasar de ese tono entrañable, tierno, familiar y maravilloso a otras
erecciones de críos apenas un poco más grandes, entre siete, doce o catorce
años, y que esconden un sufrimiento íntimo que se fue fraguando cuando esos
niños, apenas adolescentes, y en colegios católicos, fueron toqueteados,
mancillados, follados, regados con esperma de cura resabiado, profesores que
desde su posición de poder, y sabiendo que la cúpula de esos colegios los iba a
arropar, tuvieron que tragar esa quina que ahora, con el tiempo, escupen en un trabajo
tremendo y duro, Examen de conciencia,
que emite Netflix y dirige Albert Solé.
Víctimas de esos depredadores con sotana dejan un testimonio desgarrador que
paraliza al espectador, que intuye que lo peor sigue oculto.
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