La bicha y TV3
(Artículo publicado el jueves, 26 de octubre, en diarios de EPI PRESS)
No me gusta la
tromba cachonda de opiniones sobre la decisión de Rajoy de hacerse con el control de TV3, la pública catalana, a raíz
de la puesta en marcha del artículo 155 de la Constitución. El Gobierno dice
que lo hace para garantizar que allí, sometidos al albur de los comisarios
políticos, los ciudadanos reciban una información objetiva, veraz, y rigurosa.
Me descoyunto. Cuando Rajoy dice esto estoy seguro de que piensa en ese ejemplo
claro e inequívoco de pluralidad e independencia informativa que es TVE. Los
opinantes cachondos, que ven venir un mundo de oscuridad y tergiversación, de
sometimiento al dictado del Gobierno, se ponen en lo peor y dan posibles
nombres para dirigir la cadena catalana, y lo hacen a lo grande, es decir,
poniendo en la quiniela a periodistas tan, tan entregados al PP que suenan a
broma.
En esas
quinielas se habla de Paco Marhuenda,
Eduardo Inda, Isabel San Sebastián, o Carmen Tomás, ejemplo de periodistas
objetivos, rigurosos, independientes, con sentido del equilibrio y ganada
credibilidad, como todos sabemos. Está claro que hablan de ellos con ironía, es
decir, convencidos de que será imposible, de que a nadie en el Gobierno se le
ocurriría semejante atrevimiento. Se habla de más nombres en tono simpático,
desbarrado, delirante por lo mismo, por imposible, y se dice que Cárdenas, y su media lengua, se
repartirán las noches echando basura en TVE y en TV3, y que don José Luis Moreno, que en la paz de su
casa descanse, podría hacerse cargo de un programa de fino destornille como Polònia. ¿Disparates? No me gustan.
Estas bromas las carga el diablo, y Alfredo
Urdaci está sin curro ahora.
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