Évole y Maduro
(Artículo publicado el sábado, 21 de octubre, en diarios de EPI PRESS)
Aún no se ha
emitido, no sé si aún ni siquiera se ha grabado, pero estoy seguro de que la
anunciada entrevista, el encuentro periodístico entre Jordi Évole –Salvados, La
Sexta- y Nicolás Maduro –presidente de
Venezuela-, será un hito, un escopetazo, un éxito de audiencia sin precedentes.
Seguro. Es una de las entrevistas más perseguidas de la historia del programa,
ha dicho el periodista. El venezolano, un hombre al que le va el circo para
hacer ruido y tapar basura con sus chorradas, alabó a Évole en su respuesta de
petición de entrevista, al que define como periodista “no complaciente, investigativo, mordaz e informado”. Cada vez que veo Salvados, cada vez que recuerdo su paso
por programas en los que coincidía con Andrèu
Buenafuente, recuerdo que no acababa de hacerme gracia, y eso que como El
Follonero la buscaba porque era su cometido.
Incluso recuerdo
aquella primera etapa de Sálvados,
sin duda titubeante, un equipo trabajando para buscar el tono y el ritmo del Salvados que ha llegado a ser, cuando
Jordi Évole –increíble, alucinante, pecador de la pradera, atrevido- le daba
una sección a un tipo como Carlos
Navarro, el Yoyas, del submundo social nacido, creo no errar, en la
madriguera pestosa y oscura de Gran Hermano,
una criatura de ignorancia voraz aunque premiada con un rato de televisión
donde platicaba, disertaba y opinaba sin freno, avergonzando hasta a las
piedras y descolocando a una audiencia perpleja. Aquello pasó. Y Salvados es hoy un lugar de referencia
para hablar de buen periodismo en televisión. Ha conseguido lo que pocos,
prestigiar a la cadena que lo emite, a los invitados que dicen sí, y a la
audiencia que lo sigue.
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