Ganó La Sexta
(Artículo publicado el martes, 3 de octubre, en diarios de EPI PRESS)
No hay duda. El
no referéndum catalán no lo ganó ni el flequillazo de Puigdemont ni los testículos en calostros del insensato,
incendiario, torpe, irresponsable, alucinado, vergonzoso y fantasioso Mariano Rajoy, que podrá ser corrupto y
un presidente para olvidar, pero no es tonto porque sabe muy bien que el
mensaje de la porra, la violencia y el desmadre de un estado enfurecido y al
borde del colapso va dirigido a la tropa ultra de sus votantes, y lo demás,
hala, un purito y a elecciones generales, que arrasa el tío. Ayer no ganó la
mascarada del referéndum los que dicen haberlo ganado. En todo caso, y creo que
es la sensación general, lo perdimos todos. Ya no hay vuelta atrás. Se ha roto
el jarrón, y ahora es muy difícil recomponerlo. Las imágenes del domingo son de
las que te dejan loco, tristón, y sin palabras.
Y sí, esa
guerra, la guerra de las imágenes, las ganó, aquí y en Uzbekistán, la banda del
jefe de la mascarada ilegal, tan irresponsable y listo, tapa agujeros
propios, como el otro. Pero el domingo,
y quizá sea la guerra que más interesa en esta pieza, hubo otra guerra. Y
tampoco aquí hay duda. La ganó, con todas las de la ley –la ley del bien hacer,
la ley de la competencia, la ley del servicio público, la ley de cubrir lo que
tendría que haber cubierto TVE- La Sexta, sin contemplaciones, sin matices, sin
equidistancias. Una cadena privada comiéndole el terreno a la pública. Qué gran
desatino. El especial Al rojo vivo
fue visto por el 28´1% de la audiencia. Mientras, periodistas de TVE clamaban
su vergüenza por el trato informativo de la cadena pública. Haré como Tamara Falcó, encomendada al Santo
Ángel –no conozco a ese pájaro- para encarar lo de Cataluña.
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