Prescindibles
Hago el juego
burdo de cambiarle a la palabra el prefijo, y de imprescindibles pasa sin el in
a prescindibles, es decir, de lo que no se puede prescindir, de lo que no se
puede uno privar, a lo que sí se puede prescindir. De lo necesario,
obligatorio, a lo descartable. Ya conocen –bueno, quizá no, o sí, pero de
pasada, de oídas- que existe un programa en La 2 que se llama Imprescindibles. Como dice su enunciado
por él pasa gente de todo tipo, bueno, gente que conocemos como del mundo de la
cultura, y gente gorda, es decir gente con trayectoria, que consiguió el
respeto y la admiración de sus semejantes por su talento musical, pictórico,
literario, científico, es decir, imprescindibles. Para hacerse una idea, por Imprescindibles ha pasado Victoria de los Ángeles, Ana María Matute, Maruja Mallo, Fernando
Botero, Terenci Moix, Picasso, o Elías Querejeta.
Le dedicaron un Imprescindibles a este hombre de cine
que hizo del cine no sólo su vida sino que cambió la forma de entender y ver
cine con películas que, la mayoría, hoy son imprescindibles para entender una
época de nuestra historia. El programa que emitió La 2 en su día, el domingo
por la noche, y justo cuando acababa de morir el productor, es decir, que tenía
la ventaja de lo actual, de lo reciente, de lo que estaba en informativos y
tertulias, fue visto por 199.000 personas, o sea, el 1% de la audiencia. Sólo
una persona de cada cien que en ese momento veía la tele eligió La 2 para ver
el Imprescindibles de Querejeta. Cualquier
emisión de Astro TV, ese esperpéntico
show de charlatanes ante velitas milagrosas, oraciones, contactos con el más
allá, y persignaciones teatrales, tiene una audiencia semejante. Los datos,
como diría Ana Pastor, no engañan.
Pero retratan.
El productor Elías Querejeta, al que La 2 le dedicó un Imprescindibles. |
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