Andrea Ropero
(Artículo publicado el jueves, 1 de agosto, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
No hago más que
despedirte, y volveremos juntos en taxi a casa, le dijo con su elegante y fino
sentido del humor Iñaki López a su
colega, dueña de su corazón –perdonen la cursilada- Andrea Ropero el sábado pasado en La Sexta Noche. Después de seis años en el programa de debate
político de la cadena roja Andrea Ropero forma parte del tablero de ajedrez que
la empresa puso en marcha con la despedida de Jordi Évole de Salvados, la
llegada en su lugar de Fernando González, Gonzo,
lo que significa dejar su puesto en El
intermedio, y el fichaje de Ropero para ocupar la sección de reportajes que
con acierto, interés periodístico, y talento comunicador venía haciendo el
gallego. En sus años como copresentadora de La
Sexta Noche, Andrea Ropero nos acostumbró a rebajar los excesos de la
jauría de galgos que ladraban en la tertulia con datos para ampliar, explicar,
centrar, o dar el pistoletazo de salida a un nuevo asunto en la tertulia
moderada por Iñaki, y sí, también tuvo tiempo en esos seis años de amarrar su
corazón al de López –perdonen de nuevo el comentario-, cobrando así sentido lo
que se lee al principio de esta pieza. La noche del pasado sábado fue una noche
de despedida del equipo y de los espectadores, y como es lógico de emociones
porque la dirección del programa preparó el típico reportaje con los momentos
más destacados de la periodista, emisión que arrancó algún brillo en sus ojos.
Pasar de La Sexta Noche, tertulia
política con vocación de entretenimiento de masas, a El intermedio, formato que apuesta por el mejor humor informativo,
es un regalo. Igual que Gonzo puede ser el mejor sustituto de Évole, Ropero lo
será de Gonzo. Suerte.
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