Cloaquillas
(Artículo publicado el jueves, 13 de mayo, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
De aquí no
salimos con vida. Ya veremos si podemos seguir con el programa. Lo que se nos
viene encima es muy fuerte. Pero la libertad y la denuncia de los malos se alza
por encima de cualquier consideración. Vaya, me dije, Todo es mentira va a por todas con el asunto este de Las cloacas
del periodismo. El programa vespertino de Cuatro parece que se está asentando
haciendo de la política su foco de atención, y los colaboradores, de la mano de
Risto Mejide, funcionan, con Marta Flich, Elsa Ruiz, Antonio Castelo,
y Miguel Lago. Perfecto. Perfectos.
Buen ritmo, buen pellizco. La semana pasada, al más puro estilo Sálvame –recordemos que la productora,
La fábrica de la tele, es la misma de ambos formatos- empezó a promocionar el
programa sobre el fango periodístico cada tarde, y cada tarde usaba la técnica
del cebo –como en Sálvame- para
llamar la atención.
El no va más de
la investigación, trabajo que al fin se emitió, con la muletilla de Todo es mentira especial, el domingo por
la noche, frente a lo de Ana Pastor
en La Sexta –no sé qué me pasa, doctor, pero mi fascinación por la periodista
se hace añicos, ¿es grave?-. Bien. De nuevo, La fábrica de la tele hizo de las
suyas. Creó unas expectativas que no se correspondieron con lo emitido. De
investigación sobre las cloacas del periodismo, nada. El esqueleto del programa
fue la entrevista con David Jiménez,
ex director de El Mundo, hablando de su libro sobre las presiones, chanchullos,
amenazas, y vínculos que existen entre las élites periodísticas y las políticas
o económicas. En fin, nada que no se supiera. Se mencionó al comisario Villarejo, a Inda, a Alfonso Rojo,
pero no, no se ha investigado nada. El programa sobre las cloacas del
periodismo sigue por hacerse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario