Hilario
(Artículo publicado el jueves, 27 de agosto, en periódicos de EPI PRESS)
Yo lo conocía,
en los tiempos del primer Canal Plus, por el guiñol. Hilario Pino era su guiñol. De esto parece que hace una eternidad.
Y quizá sea porque ha dado lugar a que al encartado le salga pelo, una mata
enorme de pelo, pelazo, dicen ahora los anuncios de champú, fíjense qué
tontería de palabra. Hilario Pino era su calva y su guiñol, un fijo que sacaban
parodiando su forma de decir las Noticias
de Canal+. Luego Hilario pasó 15 años ligado a Mediaset, donde de nuevo presentó
sus noticiarios hasta el año pasado ligado a Cuatro. Al final, aunque la
versión oficial fue la tontuna de que Hilario iniciaba otra etapa profesional
fuera de ese grupo, y como no podía ser de otra manera en un tipo que dejaba
claro que él no era “un presentador florero”, Hilario Pino no cedió a tanta
bagatela periodística como le hacía tragar la deriva impuesta por Pedro Piqueras.
Ya sabemos que
Piqueras hace un noticiario que sólo tiene un tramo inicial, nunca más de 10
minutos, que podemos considerar de interés periodístico. A partir de ahí inicia
un descenso al infierno del suceso, del espectáculo y el entretenimiento
enmascarado como información. Lo contrario a un informativo creíble. Lo cierto
es que al poco tiempo a Hilario lo vimos sentado como colaborador de La Sexta noche, y desde el minuto uno
dejó notar su impronta. Suave de formas, sin levantar la voz, es un cazador que
sabe rodear a su presa. Dibuja una sonrisa entre pícara e irónica y pregunta
con astucia, argumentando, dejando claro que no es un periodista florero, y que
tampoco necesita ser una Ana Pastor
encantada de escucharse o un Eduardo
Inda fallero. Pino sustituye a Iñaki López en La Sexta noche este verano. Su fina mordacidad es un regalo.
Hilario Pino en un momento de una de sus intervenciones en La Sexta Noche. |
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