miércoles, 19 de agosto de 2015

Maldeojos. El arquitecto



El arquitecto
(Artículo publicado el martes, 11 de agosto, en periódicos de EPI PRESS)

      A Santiago Calatrava se le caen a cachitos sus monumentales cagadas. Mónica Oltra, la diablesa, la bicho, la tocapelotas del anterior Gobierno del PP, la vicepresidenta hoy de la Generalitat Valenciana, le dijo a Jordi Évole en Salvados, La Sexta, con su tino habitual, que el arquitecto valenciano es famoso por los pufos que va dejando por ahí, refiriéndose al monumental de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, un jolgorio que se inició cenando con Francisco Camps, presupuestado en 41 millones, y acabó costando 90. Carísimas goteras. El señor arquitecto era el terror de los ayuntamientos. Su legado se reparte por la patria dejando un olorcillo –como dice la sensata Oltra- a pufo y exceso. En Palma, por cerrar el círculo, es conocido el dúo Calatrava-Matas. 

      Pero hay otro arquitecto cuyos pufos no son tanto sus obras como él mismo. Acabamos de saber que el conocido como, atención, “arquitecto de las estrellas”, Joaquín Torres –prometo, juro y perjuro que no es familia mía-, en vez de erigir edificios ha dedicado los tres últimos meses a amachacarse la barriga hasta dibujar en ella unas tabletas que ya quisiera para sí el amojamado Aznar, un aprendiz. Dicen los expertos en cuestiones de vital importancia que este albañil de postín ha conseguido el milagro de ser aún más repulsivo que antes en sólo tres meses de gimnasio. Quizá algún día haga un Sálvame de Luxe o nos enseñe la cosa en la portada de Interviú. Joaquín Torres saltó a la fama como él quería, de la mano de la televisión, sobre todo de Telecinco, brindando momentos de una vergüenza sideral. En España, además de Calatrava y Torres, hay otros arquitectos.

Es el arquitecto Joaquín Torres. Sin comentarios.


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