En el candelabro
(Artículo publicado el sábado, 29 de agosto, en periódicos de EPI PRESS)
La vuelta de Mariló Montero a La mañana de La 1 se confirma. Ella quiere estar a todas horas en
el candelabro, y le toca las narices no estarlo. Eso era todo. Protagonismo
desmedido. Dicen, y así lo confirman retratos, que a los pocos días de la
llegada de su sustituta al programa este verano, se paseó por el estudio,
saludó y, como las perras en las calles con sus gotitas de orín, fue dejando
claro que la reina del plató era ella. Lo que cuento tal vez sólo sea fruto de
mi animadversión a la navarrica, pero algo de eso hay. Lo verdadero es que su
sustituta, Teresa Viejo, lo hace mil
veces mejor que ella. El programa sigue siendo una caquita a la que habría que
darle la vuelta, abrirle la entraña, airearlo, darle un latigazo en el costado
y despabilarlo a ver si de verdad el magacín de la pública consiguiera tener
algún interés. Pero Teresa Viejo no tiene la culpa.
Ella presenta lo
que le ponen por delante. Para volver, la titular exigió a la dirección de TVE
una serie de puntos. Ahí van. Dirigir el programa, blindar su contrato por un
año –con elecciones a la vista, quería asegurar su continuidad aunque cambiara
la dirección de la cadena-, y pasar la producción del programa a Zeppelin –Gran hermano VIP y otros grandes
truños-. Es fácil imaginar el recibimiento de los trabajadores de TVE, a los
que quería apartar del equipo, en el momento en que la señora pise el plató.
Pero TVE ha dicho no a tanta y tan presuntuosa petición. Y la divina ha
tragado. O eso, es decir, o como estás –que estás de puta madre, tía-, o a la
puta calle. Pero con la boca chica, porque la pensadora tiene en TVE más
alfileres apuntalándola que los paños del sastre del rey. Su ex, Carlos Herrera, faro del PP, corta
mucha tela.
Teresa Viejo, prueba irrefutable de que la sustituta es mejor que la titular. Es verdad que el programa no ha mejorado porque el programa, qué le vamos a hacer, es un mojón del quince, pero la presentadora en este caso no tiene a culpa porque se limita a presentar. Las aspiraciones de la otra loca del coño son de risa. Mariló Montero quería dirigir el programa, que la contrataran por un año, que echaran a los trabadores de TVE, y que contrataran a la productora de Gran Hermano 15. No sólo es una mentecata. Es un peligro. |
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