Ni Águila roja
(Artículo publicado el martes, 5 de mayo, en diarios de EPI PRESS)
Esto es la
repera, no sé si
patatera, pero sí la repera, con permiso de la cueva oscura que Montoro y los de Hacienda saben que hay
en su cloaca. Vayamos a por todas. Digamos que el regreso de Águila roja a La 1 ha sido la repera
patatera, pero por lo ocurrido, por su fría acogida, por su rácana audiencia.
Lo nunca visto. En temporadas pasadas Águila
roja te hacía con la punta de la pluma más de cuatro o cinco millones de
audiencia, con cuotas de pantalla que alcanzaban el 24º o 25%, una barbaridad
que se quedó la semana pasada en un flojo12% de audiencia que habla de
catástrofe, de lío en la casa, de pérdida de credibilidad de la marca TVE. ¿Es
que antes era un buen producto y ahora ha dejado de serlo? No, Águila roja es lo que es, una buena
serie para echar un rato con sus tramas divertidas, con sus personajes de
tebeo. ¿Qué ha pasado, entonces?
Lo de siempre. Que a perro flaco todo
son pulgas. El día del regreso, el miércoles, es un día potente en la
competencia, con La voz en Telecinco
y la cada vez más interesante en su final Sin
identidad, en Antena 3. Enfrentar la producción de Globomedia a esos
gigantes ese día no es muy acertado, pero tampoco lo sería cualquier otra
noche, es decir, hay que buscar otras razones. No ha perdido fuelle el
producto. Ha perdido comba La 1. La cadena pública cerró el mes pasado con un
9’9% de cuota de pantalla, el peor abril de su historia, apenas unos puntos por
encima de cadenas jóvenes como Cuatro o La Sexta. Aún así, en la televisión
pública lo importante no son los datos de audiencia, lo que ocurre es que si
los malos datos de audiencia no tienen que ver con sus productos sino con la
marca en sí, lo que hay que revisar es el concepto de televisión pública.
El equipo artístico de Águila roja casi al completo en la temporada pasada. |
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