No veo la tele
(Artículo publicado el sábado, 23 de mayo, en diarios de EPI PRESS)
No me digan que no lo han dicho alguna
vez. Yo es que no veo la tele, o yo es que casi no veo la tele. Los políticos
no ven la tele, no tienen tiempo de ver la tele, así que sólo les muestran
vídeos que les puedan interesar en su campaña, en el siguiente debate, en
definitiva, en su trabajo. Concha
Velasco, por ejemplo, sí dice que ve la tele, sobre todo el programa que la
ha llamado como invitada, y lo mismo dice que sigue el matinal de Ana Rosa que el nocturno de Andrèu Buenafuente, es decir, la divina
Santa Teresa, a la que La 2 le lavó
la cara para volver a emitir en su 500 cumpleaños, ejerce de espectadora, y lo
dice. Luego hay otro grupo de famosos que darían el último aliento de su vida
por salir en televisión todo el rato pero, estirados y neuróticos, aseguran que
no la ven, que nada les gusta, que nada es de su interés, que qué tele más mala
tenemos.
Y por fin, aparte el ciudadano
corriente, el de la calle, usted y yo, que sólo somos una cifra si tenemos ese
aparato fantasma de medir audiencias, están los actores del medio que dicen que
no ven el medio. Le preguntaban el otro día a Imanol Arias que cómo estaba en el estreno de A cambio de nada, la primera película de Daniel Guzmán como director –Biznaga de oro en el festival de
Málaga- y no en casa viendo Cuéntame.
Sin pensarlo, Imanol contestó, “como comprenderás, yo no veo Cuéntame, no veo la tele”. También le
preguntaron por la bajada de audiencia. Bueno, dijo, “creo que es una señal
porque cuando una serie pierde tres millones de espectadores tendrían que
reflexionar los que la escriben, dirigen, y hacemos”. Es valiente esa opinión.
Dijo lo que dijo pero quería decir mucho más. Quizá Imanol no vea tele, pero
sabe de qué va.
No hay comentarios:
Publicar un comentario