lunes, 6 de abril de 2015

Maldeojos. A 1.000 euros el minuto de basura


A 1.000 euros el minuto de basura 
(Artículo publicado el domingo, 29 de marzo, en diarios de EPI PRESS)


       Tenemos que hablar con él y revisar el programa entero. Habla José Antonio Sánchez. No es el señor de la limpieza en RTVE. Es el presidente de la Corporación. Cuando dice él, quiere decir José Luis Moreno, uh, uh, uh. Y el programa a revisar, entero, es el no va más, quizá lo más grande que se ha visto en décadas en TVE, Alfombra roja palace. Ya el nombre apunta maneras. Puro Moreno. Delirio verbal exuberante y glamuroso para esconder, debajo de la alfombra, la cantidad de suciedad y roña que le espera al espectador incauto. Pero con el presidente de la Corporación no acaban los males para el ventrílocuo. José Ramón Díez es el director de TVE, que esta semana ha pasado por el FesTVal de Murcia. Venía con la tropa de Masterchef . Presentaban en el edificio Moneo de la ciudad, arquitectura de racional verticalidad frente a la exuberancia barroca de la fachada de la catedral, la tercera temporada, que se emitirá después de la semana menos santa del año aunque las calles de media España se llenen vírgenes de afligido gesto. En un multitudinario encuentro ante decenas de medios y periodistas en el ático del Moneo, mientras un chirimiri calaba esta rara entrada de la primavera en Murcia, se turnaban los cocineros Pepe Rodríguez, Jordi Cruz, y Samanta Vallejo-Nájera para festejar las novedades del programa, pero lo que queríamos era destapar la olla podrida bajo el felpudo del Moreno. No, no ha funcionado Alfombra roja, dijo al fin el director de TVE, en TVE tiene cabida un buen programa de variedades, no lo que vimos el sábado. Toma, Moreno. El cabreo y la decepción son tan grandes en la casa como lo fueron en la calle. Periódicos, radios, redes sociales, todo el mundo se quedó turulato con la infamia y el truño. Alfombra roja no es apta ni para Telecinco, cuya feligresía consume una exquisita mugre, basura de calidad, desde sus informativos de pacotilla –asombra que semejante pamema, sea Pedro Piqueras, sea José Ribagorda, haga audiencias que superan los 3 millones de espectadores- a su cinta sin fin de esperpentos creados en el resto de programas. 
Foto de familia de parte del equipo de Masterchef, en el FesTVal, en la presentación de la tercera temporada en la terraza del edificio Moneo, y aunque la luz lo impide y no se ve, al fondo está la catedral de Murcia, una joya del barroco español. Bien. José Ramón Díez, director de TVE, es el cuarto por la derecha. Dijo que en la tele pública cabe un programa de variedades, "no lo que vimos el sábado".

 Francisco y Valencia
      Esta misma semana, a raíz del siniestro del avión de Germanwings en Francia, parte de la audiencia de esa cadena se retrató al ver que el programa de Ana Rosa Quintana se alargaba más de la cuenta, tanto que comía terreno a Mujeres y hombres y viceversa. Y para que quedara constancia del tipo de espectador que puede fabricar esta abyección pudimos leer sus protestas en Twitter. Cito solo a tres, para no herir la sensibilidad del lector. Todas son textuales, con ortografía incluida. 1. Amos a ver mucha pena todo lo del avión y tal vale? Pero que pasa no me van a poner #myhyv???? Muy mal Tele 5 ehh ??? 2. Muchísimas gracias a todos!!! Por fin me ponen #myhyv. Gracias Tele 5. Y los del avión, a las 3 en el telediario. Un besii? Y 3. me cago en dios van a quitar #myhyv por esto de francia a mi que me importa¡¡¡. Suficiente, ¿verdad? Volvamos a TVE. Volvamos al felpudo. ¿Por qué Alfombra roja, ese desatino, no puede seguir ni un programa más en la televisión pública? ¿Por qué se ha creado el ambiente propicio para que algo así pueda si quiera ocurrir? ¿Tiene culpa el productor Moreno de elaborar mierdas tan deshilvanadas, desganadas, zafias, y emitirlas en la tele pública? La culpa no es de él sino de quien lo contrata. Si una televisión busca el servicio del ventrílocuo no va buscando el estilo de Santiago Tabernero. Si TVE llama a Moreno sabe que en la pantalla se apelotonarán señoritas con pícaras transparencias –inaudita involución televisiva la de Berta Collado, prestándose a este mamarracho-, caballos, patinadores, modelos, cantantes de tercera, risas grabadas, escenas de matrimonios resabiados, de sexo podrido y machista, coros y danzas, chistes de un Jaimito Borromeo abstruso, trasnochado y patético, la voz del Moreno como si hablara un dios beodo, uno que hace sonidos con el micró, otros que salen en calzoncillos, el checo Martin Czehmester, ese cachas fetiche de mariquitas que vuelve loca al dueño del corral, Francisco atacando el himno de Valencia como si no hubiera un mañana, aunque eché en falta en semejante parada a Rita Barberá abriendo el desfile cantando el caloret, viva el caloret. 
Toma y toma, cadena pública. Esto es vanguardia. Doña Rogelia y Francisco, que pasó por La alfombra roja para sonrojo de almas sensibles. Al tío le hicieron cantar el himno de Valencia acompañado por un desfile de señoritas disfrazadas con trajes regionales. Puro esperpento. Marca José Luis Moreno. Una cosa fachorra y casposa.
 Ciénaga inaugurada
Es demasiado. El jurado para decidir qué niños lo hacen mejor en la sección que busca talentos infantiles, jurado formado en la primera entrega por dos cantantes sin futuro y un Rafael Amargo en caída libre, puede representar el espíritu del programa, la nada, humo, una pantomima, un jurado fantoche que llena su juicio de ditirambos huecos que no van a ningún sitio. Bien. Esa España cutre en blanco y negro, a un paso de ver con toda normalidad la figura de Franco inaugurando el pantano de esa cochambre hasta las cejas de mugre, se enmarca dentro de una línea marcada por los directivos de la pública, que se pasan el servicio público, la contención del gasto, la apuesta por la cultura y otras zarandajas por la alegría y el sin complejo de quien se siente respaldado por el partido al que sirve como un corderillo. Lo malo de todo esto, lo peor, es que ni siquiera los datos de audiencia apuntalan el descarrile y desnorte de TVE apostando por estiércol tan nocivo. Un 5% de audiencia, un poco más de 800.000 espectadores. La nada. Lo triste, lo doloroso, lo que de verdad encoge el alma a quienes apostamos por una tele pública independiente es que ni siquiera en momentos clave, de interés nacional como las pasadas elecciones autonómicas en Andalucía, TVE es referente ya. La Sexta, la última mona llegada a la selva, hizo un 12% de audiencia. La 1, apenas un 5%. Y eso duele. A mí me duele. La alfombra roja palace no es El Ministerio del tiempo, o Seis hermanas, la serie de sobremesa que ya mismo se emitirá, y por donde han de ir las apuestas de la pública sin dudarlo. La alfombra roja cuesta por programa la indecente cantidad de 220. 000 euros, a 1.000 euros el minuto de mierda. 

Hala, venga presentadores, más que público. Y ellas, monísimas, con sus transparencias y sus tetillas medio al aire, tontas, inútiles, absurdas, floreros rancios al servicio de un insulto pagado con dinero público. Alguien tiene que dar explicaciones de semejante despropósito.


La guinda

Encaje
En Murcia, en la edición de primavera del FesTVal, se han presentado las series con que La 1 quiere revitalizar sus ajadas tardes. Seguirá el esquema de Antena 3, es decir, en batería, una detrás de la otra, como Amar es para siempre y El secreto de Puente Viejo. En La 1 serán Seis hermanas, ambientada a principio del siglo pasado, y Acacias 38, a finales del XIX. ¿Cuál irá en primer lugar para dejar alta la audiencia? Se juega mucho.

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