¿Es idiota?
(Artículo publicado el martes, 21 de abril, en diarios de EPI PRESS)
No me preguntéis
qué pienso de Mariano Rajoy. Es la
única condición que puso el ministro de finanzas griego Yanis Varoufakis
para conceder la entrevista a Jordi
Évole, que La Sexta emitió en Salvados.
Seguro que durante el encuentro con el periodista, el peculiar economista dijo
cosas muy interesantes, pero no se mostró como el potro que en vez de comer
yogures revitalizantes parece que se zampa al día varios lomos de emputecido
colega europeo, no, sino como el político que aprendió que la diplomacia es
algo más que una palabra. De hecho cuando Évole le preguntó si en sus contactos
con políticos ha detectado a algún idiota su respuesta no sólo fue diplomática
sino pícara y pedante al decir que un idiota es el que, según los griegos
antiguos, no participa en lo público.
Por tanto, según
esa definición, ni siquiera Mariano
Rajoy es un idiota porque no sólo participa en la vida pública sino que es su
máxima cabeza, el mayor responsable de la organización colectiva del país. Pero
Varoufakis le puso a Jordi Évole esa condición, que no le preguntara qué
pensaba de Rajoy. Eso es peor que si hubiera dicho lo que piensa. Esa exigencia
tan refinada y perversa la convierte en explosiva porque es lógico deducir que elude
el berenjenal porque su opinión no es muy benévola. ¿Qué pensará el ministro
griego, con pinta de estibador cultivado, de Rajoy para no querer decirlo? Los
idiotas, según la raíz griega de la palabra, se preocupan de sí mismos, de sus
intereses privados y particulares -¿como el 75% del Gobierno del patriota Aznar, con “el milagro Rato” y Rajoy incluidos?-. Este
Varoufakis es el demonio.
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